SERVICIO DE AMOR
Al amar propagas el amor por el
mundo y, como veremos, recibes dos coronas. El verdadero servicio Divino de
amor pertenece a quien no espera recibir recompensa, ya que si esperas
recibirla te estarás vinculando con el atributo de guevurá, y recibirías tu
pago según la justicia estricta, o sea de acuerdo con la evaluación meticulosa
de tu servicio.
A la inversa, cuando cumples tu
servicio sin esperar recompensa alguna, tu esfuerzo es incondicional en el
sentido de que procuras hacer lo posible e incluso más. No piensas en el valor
de tu servicio ya que el pago no es tu objetivo. En respuesta, te atraerás el
amor incondicional de tu Creador. Entonces estarás unido a Él a través del
atributo de jésed, y como no estás motivado por el pago sino con pleno amor y
devoción, causarás que guevurá se incorpore a la corona de jésed. Como
consecuencia, el influjo de la bondad se difundirá en el mundo terrenal.
El mundo entero reposa en la bondad.
Di-s acostumbra beneficiar a los pecadores y atender sus necesidades así como
prodiga bondades a los que cumplen Su voluntad, sin medida ni distinción. Para
adquirir el atributo de jésed, debe placerte ser generoso con los demás y
ayudarles: Di-s ama a todas Sus criaturas de tal modo que los colma de abundancia,
sin esperar que le retribuyan sirviéndolo con fervor. De igual modo, si amas al
Rey le mostrarás tu propio jésed: te dedicarás a Su servicio sin esperar que
tus esfuerzos se vean recompensados, imitando así lo que Él hace al manifestar
Su atributo de bondad. En consecuencia, te vincularás con Su atributo de
bondad.
Cuando tu relación con el Rey se
basa en el atributo de jésed, tu amor por Él está tan firmemente afianzado en
tu corazón, que supera el amor que puedas sentir por cualquier otra persona o
cosa ajena a Él. La intensidad de tus sentimientos causa que pierdas interés en
cualquier clase de recompensa.
Hay quienes emprenden su servicio
Divino anticipando la recompensa que recibirán, y no por amor al Rey. Incluso
quien ama al Rey pero no obstante desea una retribución no tiene mérito, ya que
¿cómo determinar el pago por amar al Rey? Por lo tanto, no has de desear nada
para ti, ni siquiera la recompensa del mundo venidero; limítate a entregarle tu
amor incondicional.
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