sábado, 18 de marzo de 2017

AMAR ES ENTREGARSE



AMAR ES ENTREGARSE

Enseña el Tikuné Zohar que el amor Divino en su esencia supone entregarse en cuerpo y alma para santificar Su Nombre:

Dice el versículo en el libro de Daniel: "Y los sabios resplandecerán"; "los sabios" son los iniciados en la explicación mística del segundo precepto, al cual alude la expresión “bereshit” [en el principio. Es decir, el primer precepto es temer a Di-s, y el segundo es amarlo sin esperar retribución]. 

[¿De qué manera la expresión] “bereshit” [alude al precepto de amar a Di-s?] El valor numérico de las letras de la palabra hebrea ahaváh אהבה   [amor] es 13. [El valor de la expresión bereshit  בראשית es 913; pero las cifras 9, 1, y 3 también suman 13.] El hecho de que tanto ahavá como bereshit [sumen 13], implica que la fuente del amor se encuentra en [la sefirá de] jésed. [El valor numérico de la palabra  חסד “jésed” es] 72, que alude al Nombre Inefable de setenta y dos letras, [derivado de los versículos 19 al 21 del capítulo 14 del libro de Shemót/Éxodo, cada uno de los cuales contiene 72 letras.]

La primera palabra de cada uno de estos tres versículos comienza con la letra Vav: vaisá, vayavó, vayét. [El valor numérico de las letras que forman la palabra] "Vav" es 13, como el de las palabras ejád [uno], y [la palabra] ahavá. Hay aquí una referencia al primer dicho de la Creación – "Bereshít ", acerca del cual nos enseñan el Pirké Avót 5:1: "¿No podía [el mundo] haberse creado con un único mandato?" [Es decir: los conceptos] bereshít, ejád, y ahavá, [se vinculan por su idéntico valor numérico – 13].

He aquí el significado de "amor intenso": al enunciar la palabra "uno" [en la Shemá], has de entregar tu alma por el amor a tu Hacedor. Es por esta razón [que a continuación del versículo Shemá' Israel está escrito,] "amarás al Eterno, tu Di-s, [con todo tu corazón, con toda tu alma y con todos tus recursos]." [En otras palabras, por amor a Él, debes estar disponerte a] ofrecerle lo que más estimes, tu cuerpo [padeciendo sufrimientos], tu alma [tu vida], y tus recursos financieros, inclusive en tiempos de crisis.

La prueba que habrá de sobrellevar Israel durante los últimos setenta años del exilio que será el último, [en que serán más severas las tribulaciones,] es la pérdida financiera. El Talmud compara el pobre al muerto, lo que en este sentido significa que la pérdida de los recursos financieros es equivalente a la pérdida del alma. 

Si tu cuerpo, tu alma y tu dinero tienen igual importancia a tus ojos, ofrece al Todopoderoso lo que más estimes, [para santificar Su Nombre]. Al hacerlo, estás simultáneamente uniéndote a Él con la palabra ahavá [que, como hemos visto, alude a] bereshít. En ese momento, es como si el mundo hubiese sido creado para ti.

Si un judío no entrega su alma, su cuerpo o su fortuna por amor al Todopoderoso en tiempos de persecución religiosa, [decidiendo vivir en este mundo como un pagano incircunciso,] en el cielo consideran como si hubiese [destruido] el mundo, devolviéndolo a su estado caótico original. [Vemos el vínculo entre] bereshit y ahavá en el versículo "la tierra estaba desolada y vacía," ya que éste sigue al versículo que comienza con "En el principio".

En cambio, quien entrega su cuerpo, alma y fortuna por amor a su Hacedor, alcanzará el nivel más elevado en el mundo venidero. Tan sólo cuando tu amor a Di-s [se manifieste con el cumplimiento de] los 613 preceptos, puede maljút existir [como entidad cohesiva y transmitir la Providencia Divina al hombre, como lo sugiere el versículo de la Meguilat Ester 3:3],  "¿Por qué desafías la orden del rey?" El cumplimiento de los preceptos mantiene el mundo.

[El Yetzer Hará, la inclinación al mal, llamada en Cabalá] "la sirvienta malvada ", causa la destrucción del mundo [incitando a los hombres al pecado]. Por tanto, se relaciona con el versículo "la tierra estaba desolada y vacía." [El Altísimo creó a esta "sirvienta malvada"] para otorgar recompensa e imponer castigo a los hombres.

[Hay distintos modos de entregar el alma para santificar el Nombre Divino, y] quien ama a Di-s con su alma, su cuerpo y su fortuna para que Di-s lo proteja de las aflicciones de este mundo, ama con interés. Si su amor se basa en lo que Di-s le da, su motivación no es el amor, sino los resultados de ese amor. En este caso, si sucediera que el Altísimo le quitase la fortuna o el cuerpo, [su reacción natural sería] negar la existencia de Di-s.

[No puede decirse que el amor a Di-s] es la fuerza motriz [de tu vida] hasta que no estés listo a entregar tu alma [para santificar Su Nombre] por el amor de tu Hacedor. Y si los tres elementos [la vida, salud y dinero] tienen igual importancia a tus ojos, entrega los tres por Su amor. Éste es el amor fundamental. [Quien ama a Di-s de este modo causa que las Fuerzas Masculinas de la Providencia fortalezcan] a maljút, iluminándola con jésed hasta que maljút pueda funcionar como entidad cohesiva, capaz de transmitir shéfa. Cuando está iluminada por guevurá, maljút se vincula con el temor de Di-s y cuando su iluminación proviene de jésed, maljút se vincula con el amor a Di-s. 



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