DELEITE CELESTIAL
Cuando tu amor a Di-s es
incondicional, aunque el objetivo de tu servicio no sea recibir retribución,
igualmente merecerás una recompensa tan incondicional como tu propio amor. El
Zóhar Vaetjanán 267a destaca esta calidad de amor:
¿Qué significa el mandamiento de
"amar"? Cuando amas al Rey – [cuando mereces alcanzar el nivel de cumplir
el precepto de amar a Di-s] estás rodeado [de todos los aspectos del atributo]
de jésed. Eres bondadoso con todos sin pensar en ti mismo ni en tu dinero; [no
vacilas en entregarte a ti mismo, ni en donar tu dinero, por amor a Él.] Hemos
heredado esta cualidad de Abraham. Aprendimos que nuestro patriarca nunca se
mostró indulgente con su corazón [es decir, con su mala tendencia] ni con su
alma, ni su dinero.
Lo único que motivaba al corazón de
Abraham era el amor a su Amo. Con [relación a] su alma, no mostró compasión
hacia su hijo ni a su esposa por amor a su Amo. Y en lo concerniente a su
dinero, se colocaba en los cruces de camino, y distribuía alimento
generosamente a todos [los transeúntes]. Como consecuencia, Abraham fue
coronado de jésed, como lo sugiere el versículo del libro del profeta Mijáh/Miqueas
7:20 "Concédele... jésed a Abraham.
Si estás apegado a tu Hacedor con
amor, habrás de merecer esta corona. Más aún, todos los reinos celestiales se
aunarán como consecuencia de tu servicio Divino, y la Shejiná misma será
bendecida por ti.
Un día Rabí Yosei enfermó, y Rabí
Aba, Rabí Yehudá y Rabí Isaac fueron a visitarlo. Lo hallaron echado en tierra,
dormido. Se sentaron y esperaron. Cuando despertó, vieron que sonreía. Le dijo
Rabí Aba: "¿Has visto algo insólito?" Respondió: "¡Desde luego!
Mi alma se elevó a los palacios celestiales y pude ver el justo premio de los
[rectos] que se entregan por santificar a su Amo. Los admiten en las trece
colinas de puro árbol caqui [es decir, trece iluminaciones puras que provienen
de biná] y el Altísimo se regocija con ellos. También vi algo que no tengo
permiso de revelar. Les pregunté: «¿Quién merece este honor?» Me dijeron: «Los
que aman a su Hacedor en este mundo». Se iluminó mi corazón de lo que percibió
mi alma; por eso está mi faz sonriente".
Replicó Rabí Aba: "¡Afortunado
eres!" La Torá atestigua [el alto nivel de los hombres rectos, ya que dice
el versículo de Yeshayáhu/Isaías 64:3], "nunca habían tenido noticia... ni
ojo alguno había visto un Di-s aparte de Ti, que trabaja para quien Le
espera". [...] [Estos rectos merecen] "contemplar el deleite del
Eterno," es decir, una energía Divina que proviene de kéter y se transmite
por biná. Afortunados los que están apasionadamente vinculados a su Amo. Su
recompensa en el mundo venidero es infinita.
Dijo Rabí Isaac: "¡Cuántas
moradas hay en el reino celestial para los rectos de este mundo! La más elevada
es para los que están sumidos en amor hacia el Creador. Su morada tiene una
conexión interior al más elevado de los palacios. Esto se debe a que el Altísimo
está coronado [por el amor.] ¡Ven y mira! Toda [la dimensión de Atzilut] se
llama "amor".
Respecto a los que cumplen la voluntad
de Di-s con amor, está escrito que merecen el deleite que "ningún ojo ha
visto". Escuché de mi maestro de bendita memoria, que la razón por la cual
quienes cumplen la voluntad Divina con amor merecen tal recepción celestial, es
porque se esfuerzan en cumplir su servicio movidos por su amor al Soberano del
Universo, sin esperar retribución alguna. Por tanto, Di-s mismo les entrega la
máxima recompensa.
Si emprendes tu servicio con motivos
ulteriores, como recibir prosperidad o hijos, obtendrás tu recompensa en este
mundo. Y así como este mundo es transitorio y efímero, lo mismo es una
recompensa recibida aquí. Ahora bien, si adoptas los preceptos de la Torá con
miras a merecer la gloria eterna del Edén en el mundo venidero, ciertamente la
recibirás, pero será por medio de los ángeles encargados del Jardín.
En cambio, si lo único que inspira
tus actos es el amor al Altísimo, tu alma se vinculará con la Luz Infinita de
Én-Sóf y Sus atributos, y lograrás aunarlos. La recompensa que recibirás
entonces, será gozar la dicha total del deleite celestial.
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