martes, 21 de marzo de 2017

DELEITE CELESTIAL



DELEITE CELESTIAL 

Cuando tu amor a Di-s es incondicional, aunque el objetivo de tu servicio no sea recibir retribución, igualmente merecerás una recompensa tan incondicional como tu propio amor. El Zóhar Vaetjanán 267a destaca esta calidad de amor:

¿Qué significa el mandamiento de "amar"? Cuando amas al Rey – [cuando mereces alcanzar el nivel de cumplir el precepto de amar a Di-s] estás rodeado [de todos los aspectos del atributo] de jésed. Eres bondadoso con todos sin pensar en ti mismo ni en tu dinero; [no vacilas en entregarte a ti mismo, ni en donar tu dinero, por amor a Él.] Hemos heredado esta cualidad de Abraham. Aprendimos que nuestro patriarca nunca se mostró indulgente con su corazón [es decir, con su mala tendencia] ni con su alma, ni su dinero.

Lo único que motivaba al corazón de Abraham era el amor a su Amo. Con [relación a] su alma, no mostró compasión hacia su hijo ni a su esposa por amor a su Amo. Y en lo concerniente a su dinero, se colocaba en los cruces de camino, y distribuía alimento generosamente a todos [los transeúntes]. Como consecuencia, Abraham fue coronado de jésed, como lo sugiere el versículo del libro del profeta Mijáh/Miqueas 7:20 "Concédele... jésed a Abraham.

Si estás apegado a tu Hacedor con amor, habrás de merecer esta corona. Más aún, todos los reinos celestiales se aunarán como consecuencia de tu servicio Divino, y la Shejiná misma será bendecida por ti.

Un día Rabí Yosei enfermó, y Rabí Aba, Rabí Yehudá y Rabí Isaac fueron a visitarlo. Lo hallaron echado en tierra, dormido. Se sentaron y esperaron. Cuando despertó, vieron que sonreía. Le dijo Rabí Aba: "¿Has visto algo insólito?" Respondió: "¡Desde luego! Mi alma se elevó a los palacios celestiales y pude ver el justo premio de los [rectos] que se entregan por santificar a su Amo. Los admiten en las trece colinas de puro árbol caqui [es decir, trece iluminaciones puras que provienen de biná] y el Altísimo se regocija con ellos. También vi algo que no tengo permiso de revelar. Les pregunté: «¿Quién merece este honor?» Me dijeron: «Los que aman a su Hacedor en este mundo». Se iluminó mi corazón de lo que percibió mi alma; por eso está mi faz sonriente". 

Replicó Rabí Aba: "¡Afortunado eres!" La Torá atestigua [el alto nivel de los hombres rectos, ya que dice el versículo de Yeshayáhu/Isaías 64:3], "nunca habían tenido noticia... ni ojo alguno había visto un Di-s aparte de Ti, que trabaja para quien Le espera". [...] [Estos rectos merecen] "contemplar el deleite del Eterno," es decir, una energía Divina que proviene de kéter y se transmite por biná. Afortunados los que están apasionadamente vinculados a su Amo. Su recompensa en el mundo venidero es infinita.

Dijo Rabí Isaac: "¡Cuántas moradas hay en el reino celestial para los rectos de este mundo! La más elevada es para los que están sumidos en amor hacia el Creador. Su morada tiene una conexión interior al más elevado de los palacios. Esto se debe a que el Altísimo está coronado [por el amor.] ¡Ven y mira! Toda [la dimensión de Atzilut] se llama "amor".

Respecto a los que cumplen la voluntad de Di-s con amor, está escrito que merecen el deleite que "ningún ojo ha visto". Escuché de mi maestro de bendita memoria, que la razón por la cual quienes cumplen la voluntad Divina con amor merecen tal recepción celestial, es porque se esfuerzan en cumplir su servicio movidos por su amor al Soberano del Universo, sin esperar retribución alguna. Por tanto, Di-s mismo les entrega la máxima recompensa.

Si emprendes tu servicio con motivos ulteriores, como recibir prosperidad o hijos, obtendrás tu recompensa en este mundo. Y así como este mundo es transitorio y efímero, lo mismo es una recompensa recibida aquí. Ahora bien, si adoptas los preceptos de la Torá con miras a merecer la gloria eterna del Edén en el mundo venidero, ciertamente la recibirás, pero será por medio de los ángeles encargados del Jardín.

En cambio, si lo único que inspira tus actos es el amor al Altísimo, tu alma se vinculará con la Luz Infinita de Én-Sóf y Sus atributos, y lograrás aunarlos. La recompensa que recibirás entonces, será gozar la dicha total del deleite celestial.    


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