RÓSH JÓDESH NISÁN: EL COMIENZO DE
LOS COMIENZOS
El Séfer Yetzirá, uno de los libros
más antiguo de la kabaláh judía es la fuente que nos revela las raíces de la
astrología. Allí encontramos en un lenguaje críptico y enigmático como se
entrelazan los meses del calendario lunar con las letras sagradas de la
creación, y las constelaciones astrológicas.
Si bien apasionante para muchas
personas, nuestro tema de interés no es la astrología en sí misma, sino la
profunda sabiduría de la Torá que se oculta detrás de la creación del tiempo, y
como HaKadosh Barúj Hú ejerce influencia sobre Su creación a través del mismo.
Asimismo, resulta fascinante comprobar que a través de los senderos de la Torá
es posible ir por encima de sus limitaciones y de la influencia de las
estrellas, dado que la Torá nos permite activar la parte eterna y trascendente
de nuestro Ser y nos pone cara a cara con lo inefable, rescatándonos de la pura
materialidad terrenal cuando se halla desconectada de su esencia.
Es la misma Torá la que nos revela
que de los hijos de Yaäkóv devienen las 12 tribus de Israel, 12 patrones
energéticos de donde provienen todas las almas de Israel. Esas mismas 12 raíces
espirituales, están conectadas como lo expresa el Séfer Yetzirá con los 12
meses del calendario lunar hebreo, las 12 constelaciones astrológicas del
zodíaco, las 12 letras simples del “abecedario” hebreo, los 12 poderes o
atributos del alma como la vista, la palabra o el sueño, y 12 partes
especificas del cuerpo. La conexión nos resulta un secreto, pero en su trama se
revela la energía de los meses, y la influencia zodiacal que tanto cautiva
nuestra curiosidad.
En definitiva a muchos nos desvela
saber que nos es concedido una fracción de tiempo, la vida, para cumplir una
tarea, y por lo tanto el tiempo es un escenario precioso sobre el cual tenemos
la "obligación" de pulir nuestro naturaleza única y revelar nuestra
misión particular.
Tal como los señala con simpleza
Moshé Winitvsky "...Tenemos la habilidad de trabajar y mejorarnos a
nosotros mismos en cualquier momento. Pero la Kabaláh señala que hay tiempos
más propicios para trabajar sobre ciertos atributos. Por ejemplo, las fiestas
judías no sólo conmemoran los eventos históricos, sino que son el resultado de
ciertas fuerzas celestiales y energías. En el mes de Nisán, cuando celebramos
Pésaj, predomina el atributo de la palabra y esto nos da una fuerza extra para
refinar nuestro atributo de comunicación.
Según el mapa astrológico, el mes en
que usted nace indica una fuerza oculta que usted puede desarrollar, o una
debilidad que usted puede superar; sin embargo, usted no se cierra con llave en
la " personalidad " de su mes. Cada uno de nosotros nace con estas
fuerzas y debilidades y tenemos la posibilidad de refinarlos, uno por uno,
durante el ciclo del año judío, especialmente cuando nosotros nos esforzamos
por lograr una vida dónde lo físico, lo mental y lo emocional se integran en lo
espiritual..."
ALINEARSE CON EL TIEMPO
La comprensión de la energía
espiritual de cada mes nos otorga la maravillosa oportunidad de trabajar
ciertos aspectos de la personalidad que se relacionan con ese mes en particular
y de esta forma el crecimiento personal se ve favorecido por el fluir
energético del tiempo. Algo así como estar en el lugar correcto, en el momento
justo, o como plantar una semilla en la estación que le corresponde,
definitivamente la posibilidad de verla crecer es mucho mayor que si lo
hiciéramos al azar, desconociendo las leyes de la naturaleza.
El mes de Nisán se corresponde con
el signo de Aries, la tribu de Yehudá, el poder de la palabra y el pie derecho.
Fue creado con la letra He y marca el comienzo del Calendario Hebreo, y la Torá
lo refiere específicamente cuando encomienda consagrar el nuevo mes al Pueblo
de Israel, anticipando la consagración de mes a cualquiera de las otras mitzvót.
ASÍ LO DESCRIBE EL SÉFER HATODAH:
Puesto que Rósh Jódesh constituye la
base de la que dependen todas las Festividades que distinguen la santidad de
Israel de la vida de cualquier otro pueblo, la mitzvá de consagrar el nuevo mes
(Kidush hajódesh) le fue entregada antes que las demás.
Mientras que el pueblo de Israel todavía
se encontraba en Egipto, antes de que se le encomendaran otras mitzvót, se le
entregó precepto de fijar los meses. El versículo de Shemót/Éxodo 12:1-2 expresa:
Y habló Di-s a Moshé y a Aharón en la tierra de Egipto, diciendo: este mes será
para vosotros el primero de los meses (Nisán-Aries), primero es él para los
meses del año.
Es importante aclarar que el
calendario Hebreo tiene en realidad dos ciclos anuales principales. Uno empieza
en Nisán, en la primavera y el otro comienza en Tishré, que se corresponde con
el signo de Libra opuesto a Aries, y marca el tiempo de Rósh HaShaná, y el
otoño.
Ambos comienzos incluyen dos
importantes festividades que en diferentes aspectos indican ´inicio´, y en
relación a ellas así señala el Rab Max Weiman las festividades en el calendario
son conductos para influencias espirituales específicas que vienen de arriba.
Los cabalistas ven el calendario como un ciclo de influencias cíclicas que
suceden cada año. Por ejemplo, la festividad de Pésaj no es una conmemoración
del éxodo de Egipto, es una repetición de la misma influencia espiritual que
permitió a los judíos salir de Egipto por primera vez. Cada año, esta
"influencia" se puede utilizar para que cada persona se libere de la
esclavitud que está padeciendo. Los cabalistas no ven esto simplemente como una
buena idea, ellos dicen que en realidad en el aire alrededor nuestro hay un
viento de "redención" en esa época del año. Estas fechas representan
patrones celestiales, que tienen el poder de influenciar nuestras vidas.
Di-s diseñó el mundo en Tishré
[Libra], y lo trajo a la realidad física en Nisán [Aries]. Es decir, Nisán
actualiza el potencial, Nisán revela el milagro de la naturaleza que florece en
primavera, y si esta característica la sumamos al hecho de estar encomendado en
la Torá como el primero de los meses y contener dentro de su energía la
influencia de Pésaj que permitió el éxodo de Egipto, es fácilmente deducible
que esta sellado por la novedad, y el inicio.
Siendo que la consagración del mes
[jódesh] constituye la primera mitzvá encomendada a Israel esto delata su
importancia, y una de las singularidades que lo distingue de los demás pueblos
de la tierra. En el comienzo de las mitzvót está marcada la impronta de la
renovación. De hecho la misma palabra jódesh [mes] comparte raíz con la palabra
[jadash] nuevo, hecho que nos refuerza la idea de Di-s nos entrega como primera
mitzvá el secreto mismo de la renovación permanente dado que cada mes nos
presenta una energía nueva, y una oportunidad especifica. Tal como lo señala el
Séfer HaTodah: En esta característica única radica el secreto de la existencia
y la eternidad del pueblo judío.
"Este mes será para
vosotros": esta renovación es vuestra fuerza y vuestra gloria por siempre.
Entonces, un mes no es igual al
siguiente, claro está.... pero esto puede ser solo una frase si no lo
internalizamos en nuestras vidas, si no hacemos algo concreto que nos conecte
con esa energía y nos permita pasar del mundo de lo mental al mundo de la
acción.
Toma un tiempo para reflexionar.
Seguro hay cosas que anhelas y has dejado postergadas para un tiempo futuro y
más propicio. Nisán [Aries] es el tiempo de los comienzos.
Atrévete a comenzar algo que deseas,
algo que puede ayudar a renovar tu vida; no importa que tan grande o pequeño
eso sea, inícialo.
La oportunidad de Nisán tiene
impresa una huella energética en el tiempo. El desafío es nuestro; no dejarnos
vencer por la inercia, ni la "aparente" reiteración de lo cotidiano,
ni tampoco por las sombras, tanto internas como externas que nublan una visión
más excelsa, la de la unidad perfecta, el sentido que todo lo abarca y que guía
al alma hacia la vida más plena posible.
Si podemos silenciarnos, y escuchar
a nuestra alma, por más escurridiza y sutil que su melodía nos resulte, y por
más incómoda que a veces nos parezca su demanda, entonces ella nos guiará de
regreso por el camino de lo esencial; solo ella, auspiciada por la energía del
tiempo que gobierna el HaKadosh Barúj Hú nos libera de la prisión faraónica, y
nos devuelve el poder de la verdadera libertad. La libertad de vivir en la
cornisa del tiempo, guiados por el poder de la renovación permanente.
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