EL ABRAZO DE LOS QUERUBINES
En su libro Taamé Hamitzvót, Rabí I.
Parji escribe que una de las razones por las cuales debemos amar a Di-s, es que
al sentir amor causamos que los querubines se enlacen cara a cara en un abrazo
amoroso [...] e impregnamos los reinos celestiales de energía y bendición
Divinas. Enseña el Zohar en Vaetjanán 263b. :
El precepto de amar a Di-s requiere
que el ser humano ame a su Creador con un amor intenso. Como Abraham, que en un
acto de amor se entregó en cuerpo y alma al Todopoderoso [en Ur de los
caldeos]. Aprendemos de esto que quien ama a Di-s sustenta los diez dichos con
que Di-s creó el mundo, [si estudias Torá y cumples los preceptos por amor a
Di-s, en el cielo se considera que estás sosteniendo y rectificando las diez
sefirot o modos básicos de la creación Divina], tanto en el cielo como en la
tierra.
Las diez pruebas de Abraham se
equiparan a estos diez dichos. [Es decir, cada prueba aportó energía luminosa y
rectificación a una de las diez sefirot.]
Una por una, Abraham sobrellevó
estas diez pruebas porque se vinculó apasionadamente a la diestra del Altísimo,
llamada "amor intenso," [y se identificó con las Fuerzas Masculinas
de la Providencia]. ¿Por qué designamos al Todopoderoso "amor intenso"?
Porque [quien logra sentir este amor] se vincula [con los atributos Divinos] en
el mundo celestial.
[En cambio, el "amor
perdurable" es el concepto místico de este mundo,] es decir, de la sefirá
de maljut. Cuando la base de la relación del hombre con su Creador es un amor
tan intenso como perdurable, se produce un yijud entre el Todopoderoso y la
Comunidad de Israel, quienes a partir de ahora están juntos como si jamás se
hubiesen [separado].
Como hemos visto, el servicio
ejecutado por amor se eleva más que ningún otro. También le otorga más honor y
bendición al Nombre Divino que cualquier otro, y asigna energía Divina a todas
las sefirot. Bendito sea Su Nombre por siempre y eternamente.
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