EL PROCESO DE LA REDENCIÓN - La Aceleración
Según la tradición, se debe ocultar
del público la sabiduría de Cabalá, a fin de que no malinterprete sus profundos
conceptos (Zóhar vol. 3, Idra Rabá p.128a). Sin embargo, el Zóhar enseña que
eventualmente esta sabiduría saldrá a la luz y será revelada a todos. Más aún,
el Zóhar añade que en generaciones futuras, hasta los niños comprenderán la
sabiduría secreta de la Torá (Zóhar 118a).
¿Cómo conciliar ambos principios?
¿Qué distingue a las generaciones tardías de las más tempranas, especialmente
teniendo en cuenta que los niveles de erudición y rectitud de antaño superaban
con creces al actual?
Esta pregunta es paralela a otra
cuestión primordial. A saber: ¿cuándo se puede revelar esta materia, y cuándo
es mejor evitarlo? El Zóhar advierte repetidas veces que quien revela misterios
de la Torá inapropiadamente, causa que el pueblo de Israel se vuelva vulnerable
a los Acusadores, siempre prestos a recordar al Creador las faltas de Su
pueblo. Por otra parte, la participación en la difusión de la sabiduría secreta
de la Torá es una tarea esencial que despierta la compasión Divina en el mundo
y la conciencia mesiánica. Por consiguiente, abstenerse de hacerlo causa lo
contrario, tal como señalaron los cabalistas a través de las generaciones.
Y sin embargo, es innegable que
actualmente la sabiduría de la Cabalá está acaparando la atención pública.
¿Hemos de alegrarnos o lamentar tal situación? ¿Qué está haciendo el Soberano
del Universo y por qué?
A fin de allanar estas cuestiones,
es menester comprender el mecanismo del proceso redentor. Una de las razones
por las cuales es vital el estudio correcto de la Cabalá, es que sus teorías
holísticas e integradoras suscitan una nueva conciencia y sensibilidad hacia la
vida, hacia Di-s, y todos los aspectos de su Creación.
Dicha comprensión es esencial para
captar las ideas del gran sabio del siglo 18, el Gaón de Vilna, sobre la
relación entre la Torá y la sabiduría mundana, y su incidencia en el proceso
redentor. El Gaón de Vilna sostiene que el desarrollo de la redención está
intrínsecamente ligado al desarrollo de la Torá a través de las generaciones.
Debido a las leyes de armonía universal, este desarrollo de la Torá ha de ser
paralelo al desarrollo de la sabiduría mundana, como veremos a
continuación.
Rabí Hilel de Sh’klov, discípulo del
Gaón de Vilna, dice en nombre de su maestro:
El desarrollo del proceso mesiánico
se produce paso a paso, conjuntamente con la difusión de la sabiduría de la
Torá, mediante la revelación de los secretos místicos de la Torá junto con el
desarrollo de los siete campos del saber natural [la ciencia] a partir de la
iniciativa de abajo [esfuerzos humanos]. Tal es el significado del siguiente escrito
del Zóhar: “En el año 600 del sexto milenio [1840 de la Era Común] se abrirán
los portales de la sabiduría celestial y las fuentes inferiores de sabiduría”.
Estudiaremos el texto completo del
Zóhar a fin de comprender el proceso en su totalidad. Esta sección se refiere a
la última letra He del Tetragrama, que representa a la Shejiná; y a la letra
Vav, que representa la luz del Mesías. Dice el Zóhar en Vayerá Pp. 116b – 117a,
118a:
Dijo Rabí Yosei: Está escrito: אֲנִי יְהֹוָה בְּעִתָּהּ
אֲחִישֶׁנָּה “Aní HaShém Beïtáh ajishénah - Yo, HaShém, la aceleraré [la redención] en su momento (be-ïtáh)”.
La palabra בְּעִתָּהּ (“en su momento”) puede leerse [vocalizándolo de otra manera] 'ְבֵּעת ה “be-ët He”, es decir,
“cuando llegue el momento He”. Esto es, cuando llegue el tiempo que la letra
“He” se levante del polvo de Su exilio [el valor numérico de la letra He, es
cinco. O sea que “be-ët He” significa, “al final del quinto milenio, aceleraré
la redención”].
Añadió Rabí Yosei: aunque la
redención aguarde hasta que la Shejiná se levante del polvo del exilio, aún así
Israel permanecerá en el polvo del exilio por el período que representa un día
y no más.
Un “día” son mil años, ya que el
universo físico tal como lo conocemos durará seis mil años. Los seis mil años
están aludidos en los seis días de la Creación. Por tanto, cada uno de los seis
días de la Creación representa mil años. El período principal del exilio es el
quinto milenio [del 4000 al 4999. Esto es, del 240 al 1239 de nuestra era].
Desde entonces la luz mesiánica ha comenzado a descender paulatinamente. Hemos
de añadir al exilio otro medio día, que es la mañana hasta el mediodía del
sexto día, de modo que el período del exilio y el proceso redentor duren “un
día y medio” – 1.500 años.
El sexto día representa el principio
de la luz mesiánica. Sin embargo, se espera que la verdadera luz mesiánica
comience a manifestarse a partir del mediodía en adelante, cuando el día
comienza a imbuirse del resplandor del Shabat entrante. Así como el sol
comienza a ponerse a partir del viernes al mediodía, la era mesiánica está
iluminada por el Gran Shabat que comienza al anochecer. El Gran Shabat
corresponde al séptimo milenio que sigue a la segunda mitad del sexto día, así
como el Shabat sucede al atardecer del viernes. Como hay diferentes modos de
calcular a qué corresponde el concepto de “mediodía”, el momento exacto fluctúa
según los méritos del pueblo de Israel.
Dijo Rabí Yehudá: Cuando la
Comunidad de Israel [representada por la He final del Tetragrama] fue exilada
del Su hogar [la Vav del Tetragrama de donde proviene la luz mesiánica] las
letras del Nombre Divino se separaron, por así decir, y la He abandonó a la
Vav. Como se separaron [la Shejiná, la nación de Israel y la Torá que están
exiliadas], dijeron a Di-s lo que está escrito en Tehilim/Salmos 39:3
נֶאֱלַמְתִּי דוּמִיָּה הֶחֱשֵׁיתִי
מִטּוֹב וּכְאֵבִי נֶעְכָּר Ne'elámti Dúmiah
Hejeshéti Mitóv Ujeví
Neëkár “Enmudecí silenciosa, callando
hasta el bien a causa de mi vivo dolor.” La voz y la expresión están mudas. Es
el exilio de la Torá, que no se expresa para ser comprendida correctamente, y
por tanto crea conceptos erróneos. Por eso Ella [la Shejiná, la nación de Israel
y la Torá] yace en el exilio durante el día representado por la letra He.
¿A qué se refiere? Al quinto
milenio. Aunque el exilio comenzó antes del quinto milenio, aún así las mayores
aflicciones sucedieron durante el quinto milenio. Como indica el Zóhar, citando
el siguiente versículo, “Me dejó desolada y enferma el día entero” (Ejáh/Lamentaciones
1:13).
La Vav es el sexto milenio, cuando
la Vav alza a la He del polvo del exilio. El texto implica más adelante que la
luz del sexto proviene del séptimo milenio – el gran Shabat. Por tanto, es
durante el sexto milenio que la luz de la Vav alzará a Israel, a la Shejiná y a
la Torá, del exilio, conduciéndolos hacia la luz del Gran Shabat.
[Hay distintas perspectivas respecto
a dónde comienza la Vav, existiendo diferentes puntos intermedios en que se
estima que descenderá la luz mesiánica. Esto se debe a que cada principio y
punto intermedio de un período de “seis” marca un nuevo nivel del descenso de
la luz mesiánica, aunque el verdadero Mesías no llegue aún]. Los períodos de
Seis [o sea la Vav = 6 multiplicada por Yud = 10, que produce sesenta],
simbolizan los períodos variables de la luz mesiánica. Si aún no llegó el
mesías, cada sesenta años del sexto milenio la He acumula poder para unirse a
la Vav con el propósito de abandonar el exilio por completo. ¡Este es el
proceso de la redención!
Por lo tanto, en el año seiscientos
del sexto milenio [el año 5.600 = 1840] se abrirán los portales de sabiduría
celestial [la Cabalá], así como las fuentes inferiores [la ciencia]. Entonces, todo el mundo se preparará a
entrar al séptimo milenio estudiando los misterios de la Torá.
Así como cuando el sol comienza a
ponerse tras su cenit de mediodía, (es decir, pasado el mediodía, a las 12:30
de la tarde cuando comienza a declinar el sol, y no al crepúsculo, cuando de
hecho comienza el Shabat, porque el Zóhar se refiere a la preparación para
Shabat que se hace la víspera de Shabat después del mediodía. Este período del
viernes por la tarde representa la verdadera era mesiánica. De aquí proviene el
concepto de la duración del exilio, “un día y medio”, el quinto milenio hasta
la tarde del sexto. El quinto milenio es la dureza del exilio, del que no
podrían liberarse ni siquiera por medio de la teshuvá (el arrepentimiento). Sin
embargo, a partir del sexto milenio en adelante la luz del Mesías comienza a
brillar, y aumenta la posibilidad de redención) en el viernes por la tarde, la
gente se prepara para recibir el Shabat, asimismo a partir de la segunda mitad
del sexto milenio todo se acelera, como aumenta la actividad el viernes por la
tarde en un hogar judío y se hacen los preparativos para el Gran Shabat. A esto
alude el versículo: “En el año seiscientos de la vida de Noé… se rompieron las
fuentes del gran abismo [la ciencia] y se abrieron las ventanas del cielo
[Cabalá]” (Bereshít/Génesis 7:11)
El proceso de la redención se
acelera a medida que nos acercamos al tiempo indicado. Como hemos mencionado, אַנִי ה 'ְבִּעָתּה אִַחיֶשנָה “Yo, Di-s, la
aceleraré”. Continúa el Zóhar:
A medida que nos acercamos a la
verdadera era mesiánica, incluso los niños podrán comprender la simplicidad de
la sabiduría mística que se revelará a todos. Como dicen los profetas: “En ese
tiempo daré a los pueblos labios puros, para que todos ellos invoquen el Nombre
del Señor, para que le sirvan de común acuerdo. (Zefaniah/Sofonías 3:9)
Explica el Zóhar que el proceso de
la redención se refiere a la luz de la era mesiánica que desciende por etapas.
Cuando ésta finalmente comience, la Unicidad del Altísimo será revelada a
todos, todos estarán conscientes de ella y tendrán los medios para
comprenderla.
No obstante, si no merecemos la era
mesiánica su energía luminosa se esparcirá en diferentes campos y seguirá
haciéndolo hasta el punto intermedio siguiente. Di-s prometió irradiar esta luz
hacia abajo en un momento determinado, y está cumpliendo Su promesa, ya que una
vez que se emite la energía espiritual, ésta ha de alcanzar su propósito. Si
quienes estaban destinados a recibirla – el pueblo judío – no han llegado al
nivel de cercanía al Creador que de ellos se esperaba, la energía espiritual
descenderá igualmente, pero desviándose de su meta inicial. Sus chispas serán
diseminadas entre las naciones, que a su vez producirán ilustración, ciencia y
tecnología.
Cuando las chispas de la luz
mesiánica se diseminen entre las naciones, como dice el Zóhar precedente, se
abrirán los portales de la sabiduría celestial junto con las fuentes inferiores
de la ciencia. No obstante, la revelación de distintas facetas de la sabiduría
no es una meta individual. Mejor dicho, esto sucede para que la sabiduría se transforme
en un recipiente para las nuevas percepciones de la Cabalá, revelando la
unicidad de Di-s. Esencialmente, la sabiduría no es tan divisiva como la vemos
hoy. Más bien se compone de diferentes aspectos, como las partes de un partzuf
o entidad íntegra. La redención de la sabiduría secular, hasta el punto de
unificarse con la Cabalá, forma parte del proceso redentor. La Cabalá es un
metasistema que unifica toda la sabiduría en una entidad íntegra superior,
volviéndose un reflejo de la unicidad de Di-s.
La aceleración del progreso
científico está sucediendo en nuestra época particular para preparar a la
humanidad para la era mesiánica, que es la luz del séptimo milenio. Esto no
significa la puesta del sol, sino el momento en que el sol comienza a descender
en el firmamento pasado el mediodía. Di-s está llevando a cabo este proceso a
nivel cósmico, preparando a la humanidad para la luz del gran Shabat.
Según el Zóhar, la sabiduría secular
junto con la Cabalá, son chispas de la luz oculta del Mesías. Y en su opinión,
la aceleración ya mencionada está sucediendo como parte de los preparativos
para el séptimo día; es decir, el séptimo milenio, que sucede a la era
mesiánica. Asimismo, a partir de la mitad del sexto día comienza a vislumbrarse
la luz del séptimo, y su fulgor aumenta a medida que el día se acerca.
El quinto día [milenio] corresponde
al exilio. Tenemos después como otro medio día, “la mañana” del sexto milenio.
Observamos un proceso similar en la obra de la creación. Aunque en el quinto
día fueron creados los pájaros, peces y
animales marinos, aún así, durante la mañana del sexto día fueron creados los
mamíferos. Este día y medio que el Creador dedicó a los animales, representan
la duración de nuestro exilio. A continuación, pasada la mitad del sexto día de
la Creación, Di-s formó a Adán, que representa la idea del Mesías. Por tanto,
el período comprendido desde la creación de los animales hasta la del hombre es
paralela al día y medio de nuestra preparación para el Shabat y asimismo, al
concepto del Zóhar del día y medio que conduce a la era mesiánica – la Gueulá/Redención.
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