miércoles, 15 de marzo de 2017

EL PROCESO DE LA REDENCIÓN - La Aceleración



EL PROCESO DE LA REDENCIÓN  - La Aceleración 

Según la tradición, se debe ocultar del público la sabiduría de Cabalá, a fin de que no malinterprete sus profundos conceptos (Zóhar vol. 3, Idra Rabá p.128a). Sin embargo, el Zóhar enseña que eventualmente esta sabiduría saldrá a la luz y será revelada a todos. Más aún, el Zóhar añade que en generaciones futuras, hasta los niños comprenderán la sabiduría secreta de la Torá (Zóhar 118a).

¿Cómo conciliar ambos principios? ¿Qué distingue a las generaciones tardías de las más tempranas, especialmente teniendo en cuenta que los niveles de erudición y rectitud de antaño superaban con creces al actual?

Esta pregunta es paralela a otra cuestión primordial. A saber: ¿cuándo se puede revelar esta materia, y cuándo es mejor evitarlo? El Zóhar advierte repetidas veces que quien revela misterios de la Torá inapropiadamente, causa que el pueblo de Israel se vuelva vulnerable a los Acusadores, siempre prestos a recordar al Creador las faltas de Su pueblo. Por otra parte, la participación en la difusión de la sabiduría secreta de la Torá es una tarea esencial que despierta la compasión Divina en el mundo y la conciencia mesiánica. Por consiguiente, abstenerse de hacerlo causa lo contrario, tal como señalaron los cabalistas a través de las generaciones.

Y sin embargo, es innegable que actualmente la sabiduría de la Cabalá está acaparando la atención pública. ¿Hemos de alegrarnos o lamentar tal situación? ¿Qué está haciendo el Soberano del Universo y por qué?

A fin de allanar estas cuestiones, es menester comprender el mecanismo del proceso redentor. Una de las razones por las cuales es vital el estudio correcto de la Cabalá, es que sus teorías holísticas e integradoras suscitan una nueva conciencia y sensibilidad hacia la vida, hacia Di-s, y todos los aspectos de su Creación. 

Dicha comprensión es esencial para captar las ideas del gran sabio del siglo 18, el Gaón de Vilna, sobre la relación entre la Torá y la sabiduría mundana, y su incidencia en el proceso redentor. El Gaón de Vilna sostiene que el desarrollo de la redención está intrínsecamente ligado al desarrollo de la Torá a través de las generaciones. Debido a las leyes de armonía universal, este desarrollo de la Torá ha de ser paralelo al desarrollo de la sabiduría mundana, como veremos a continuación. 

Rabí Hilel de Sh’klov, discípulo del Gaón de Vilna, dice en nombre de su maestro:

El desarrollo del proceso mesiánico se produce paso a paso, conjuntamente con la difusión de la sabiduría de la Torá, mediante la revelación de los secretos místicos de la Torá junto con el desarrollo de los siete campos del saber natural [la ciencia] a partir de la iniciativa de abajo [esfuerzos humanos]. Tal es el significado del siguiente escrito del Zóhar: “En el año 600 del sexto milenio [1840 de la Era Común] se abrirán los portales de la sabiduría celestial y las fuentes inferiores de sabiduría”.

Estudiaremos el texto completo del Zóhar a fin de comprender el proceso en su totalidad. Esta sección se refiere a la última letra He del Tetragrama, que representa a la Shejiná; y a la letra Vav, que representa la luz del Mesías. Dice el Zóhar en Vayerá Pp. 116b – 117a, 118a:

Dijo Rabí Yosei: Está escrito:  אֲנִי יְהֹוָה בְּעִתָּהּ אֲחִישֶׁנָּה “Aní HaShém Beïtáh ajishénah - Yo, HaShém, la aceleraré [la redención] en su momento (be-ïtáh)”. La palabra בְּעִתָּהּ   (“en su momento”) puede leerse [vocalizándolo de otra manera] 'ְבֵּעת ה “be-ët He”, es decir, “cuando llegue el momento He”. Esto es, cuando llegue el tiempo que la letra “He” se levante del polvo de Su exilio [el valor numérico de la letra He, es cinco. O sea que “be-ët He” significa, “al final del quinto milenio, aceleraré la redención”].

Añadió Rabí Yosei: aunque la redención aguarde hasta que la Shejiná se levante del polvo del exilio, aún así Israel permanecerá en el polvo del exilio por el período que representa un día y no más.

Un “día” son mil años, ya que el universo físico tal como lo conocemos durará seis mil años. Los seis mil años están aludidos en los seis días de la Creación. Por tanto, cada uno de los seis días de la Creación representa mil años. El período principal del exilio es el quinto milenio [del 4000 al 4999. Esto es, del 240 al 1239 de nuestra era]. Desde entonces la luz mesiánica ha comenzado a descender paulatinamente. Hemos de añadir al exilio otro medio día, que es la mañana hasta el mediodía del sexto día, de modo que el período del exilio y el proceso redentor duren “un día y medio” – 1.500 años.

El sexto día representa el principio de la luz mesiánica. Sin embargo, se espera que la verdadera luz mesiánica comience a manifestarse a partir del mediodía en adelante, cuando el día comienza a imbuirse del resplandor del Shabat entrante. Así como el sol comienza a ponerse a partir del viernes al mediodía, la era mesiánica está iluminada por el Gran Shabat que comienza al anochecer. El Gran Shabat corresponde al séptimo milenio que sigue a la segunda mitad del sexto día, así como el Shabat sucede al atardecer del viernes. Como hay diferentes modos de calcular a qué corresponde el concepto de “mediodía”, el momento exacto fluctúa según los méritos del pueblo de Israel.

Dijo Rabí Yehudá: Cuando la Comunidad de Israel [representada por la He final del Tetragrama] fue exilada del Su hogar [la Vav del Tetragrama de donde proviene la luz mesiánica] las letras del Nombre Divino se separaron, por así decir, y la He abandonó a la Vav. Como se separaron [la Shejiná, la nación de Israel y la Torá que están exiliadas], dijeron a Di-s lo que está escrito en Tehilim/Salmos 39:3

נֶאֱלַמְתִּי דוּמִיָּה הֶחֱשֵׁיתִי מִטּוֹב וּכְאֵבִי נֶעְכָּר Ne'elámti  Dúmiah  Hejeshéti  Mitóv  Ujeví  Neëkár “Enmudecí silenciosa, callando hasta el bien a causa de mi vivo dolor.” La voz y la expresión están mudas. Es el exilio de la Torá, que no se expresa para ser comprendida correctamente, y por tanto crea conceptos erróneos. Por eso Ella [la Shejiná, la nación de Israel y la Torá] yace en el exilio durante el día representado por la letra He.

¿A qué se refiere? Al quinto milenio. Aunque el exilio comenzó antes del quinto milenio, aún así las mayores aflicciones sucedieron durante el quinto milenio. Como indica el Zóhar, citando el siguiente versículo, “Me dejó desolada y enferma el día entero” (Ejáh/Lamentaciones 1:13).

La Vav es el sexto milenio, cuando la Vav alza a la He del polvo del exilio. El texto implica más adelante que la luz del sexto proviene del séptimo milenio – el gran Shabat. Por tanto, es durante el sexto milenio que la luz de la Vav alzará a Israel, a la Shejiná y a la Torá, del exilio, conduciéndolos hacia la luz del Gran Shabat.

[Hay distintas perspectivas respecto a dónde comienza la Vav, existiendo diferentes puntos intermedios en que se estima que descenderá la luz mesiánica. Esto se debe a que cada principio y punto intermedio de un período de “seis” marca un nuevo nivel del descenso de la luz mesiánica, aunque el verdadero Mesías no llegue aún]. Los períodos de Seis [o sea la Vav = 6 multiplicada por Yud = 10, que produce sesenta], simbolizan los períodos variables de la luz mesiánica. Si aún no llegó el mesías, cada sesenta años del sexto milenio la He acumula poder para unirse a la Vav con el propósito de abandonar el exilio por completo. ¡Este es el proceso de la redención!

Por lo tanto, en el año seiscientos del sexto milenio [el año 5.600 = 1840] se abrirán los portales de sabiduría celestial [la Cabalá], así como las fuentes inferiores [la ciencia].    Entonces, todo el mundo se preparará a entrar al séptimo milenio estudiando los misterios de la Torá.

Así como cuando el sol comienza a ponerse tras su cenit de mediodía, (es decir, pasado el mediodía, a las 12:30 de la tarde cuando comienza a declinar el sol, y no al crepúsculo, cuando de hecho comienza el Shabat, porque el Zóhar se refiere a la preparación para Shabat que se hace la víspera de Shabat después del mediodía. Este período del viernes por la tarde representa la verdadera era mesiánica. De aquí proviene el concepto de la duración del exilio, “un día y medio”, el quinto milenio hasta la tarde del sexto. El quinto milenio es la dureza del exilio, del que no podrían liberarse ni siquiera por medio de la teshuvá (el arrepentimiento). Sin embargo, a partir del sexto milenio en adelante la luz del Mesías comienza a brillar, y aumenta la posibilidad de redención) en el viernes por la tarde, la gente se prepara para recibir el Shabat, asimismo a partir de la segunda mitad del sexto milenio todo se acelera, como aumenta la actividad el viernes por la tarde en un hogar judío y se hacen los preparativos para el Gran Shabat. A esto alude el versículo: “En el año seiscientos de la vida de Noé… se rompieron las fuentes del gran abismo [la ciencia] y se abrieron las ventanas del cielo [Cabalá]”  (Bereshít/Génesis 7:11)

El proceso de la redención se acelera a medida que nos acercamos al tiempo indicado. Como hemos mencionado, אַנִי ה 'ְבִּעָתּה אִַחיֶשנָה “Yo, Di-s, la aceleraré”. Continúa el Zóhar:

A medida que nos acercamos a la verdadera era mesiánica, incluso los niños podrán comprender la simplicidad de la sabiduría mística que se revelará a todos. Como dicen los profetas: “En ese tiempo daré a los pueblos labios puros, para que todos ellos invoquen el Nombre del Señor, para que le sirvan de común acuerdo. (Zefaniah/Sofonías 3:9)

Explica el Zóhar que el proceso de la redención se refiere a la luz de la era mesiánica que desciende por etapas. Cuando ésta finalmente comience, la Unicidad del Altísimo será revelada a todos, todos estarán conscientes de ella y tendrán los medios para comprenderla.

No obstante, si no merecemos la era mesiánica su energía luminosa se esparcirá en diferentes campos y seguirá haciéndolo hasta el punto intermedio siguiente. Di-s prometió irradiar esta luz hacia abajo en un momento determinado, y está cumpliendo Su promesa, ya que una vez que se emite la energía espiritual, ésta ha de alcanzar su propósito. Si quienes estaban destinados a recibirla – el pueblo judío – no han llegado al nivel de cercanía al Creador que de ellos se esperaba, la energía espiritual descenderá igualmente, pero desviándose de su meta inicial. Sus chispas serán diseminadas entre las naciones, que a su vez producirán ilustración, ciencia y tecnología.

Cuando las chispas de la luz mesiánica se diseminen entre las naciones, como dice el Zóhar precedente, se abrirán los portales de la sabiduría celestial junto con las fuentes inferiores de la ciencia. No obstante, la revelación de distintas facetas de la sabiduría no es una meta individual. Mejor dicho, esto sucede para que la sabiduría se transforme en un recipiente para las nuevas percepciones de la Cabalá, revelando la unicidad de Di-s. Esencialmente, la sabiduría no es tan divisiva como la vemos hoy. Más bien se compone de diferentes aspectos, como las partes de un partzuf o entidad íntegra. La redención de la sabiduría secular, hasta el punto de unificarse con la Cabalá, forma parte del proceso redentor. La Cabalá es un metasistema que unifica toda la sabiduría en una entidad íntegra superior, volviéndose un reflejo de la unicidad de Di-s.

La aceleración del progreso científico está sucediendo en nuestra época particular para preparar a la humanidad para la era mesiánica, que es la luz del séptimo milenio. Esto no significa la puesta del sol, sino el momento en que el sol comienza a descender en el firmamento pasado el mediodía. Di-s está llevando a cabo este proceso a nivel cósmico, preparando a la humanidad para la luz del gran Shabat. 

Según el Zóhar, la sabiduría secular junto con la Cabalá, son chispas de la luz oculta del Mesías. Y en su opinión, la aceleración ya mencionada está sucediendo como parte de los preparativos para el séptimo día; es decir, el séptimo milenio, que sucede a la era mesiánica. Asimismo, a partir de la mitad del sexto día comienza a vislumbrarse la luz del séptimo, y su fulgor aumenta a medida que el día se acerca.

El quinto día [milenio] corresponde al exilio. Tenemos después como otro medio día, “la mañana” del sexto milenio. Observamos un proceso similar en la obra de la creación. Aunque en el quinto día fueron  creados los pájaros, peces y animales marinos, aún así, durante la mañana del sexto día fueron creados los mamíferos. Este día y medio que el Creador dedicó a los animales, representan la duración de nuestro exilio. A continuación, pasada la mitad del sexto día de la Creación, Di-s formó a Adán, que representa la idea del Mesías. Por tanto, el período comprendido desde la creación de los animales hasta la del hombre es paralela al día y medio de nuestra preparación para el Shabat y asimismo, al concepto del Zóhar del día y medio que conduce a la era mesiánica – la Gueulá/Redención.  




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