ANÉCDOTAS TALMÚDICAS
SOBRE LA TZEDAKÁ Y LA PARÁBOLA DE LAS DOS OVEJAS
Rabí Ishmael dijo: Aquél que aparta de sus bienes para Tzedaká (caridad),
se salva del Infierno. Es igual a dos ovejas que debían atravesar un arroyo; una
estaba esquilada y la otra, no. La esquilada era liviana y pasó. La otra era
muy pesada y no pudo pasar.
(Tratado Guitin, 7)
SOBRE LA SHEJINÁ Y EL HONOR A UN SABIO
Rabí Yehuda, jefe del Sanhedrin y Rabí Jía iban por un camino y
cuando llegaron a un lugar, preguntaron si residía allí algún sabio, para
visitarlo. Entonces les dijeron que había uno pero era ciego. Rabí Jía dijo
entonces que iría él solo a verlo, puesto que no correspondía que Rabí Yehuda,
el jefe, lo viese. Pero Rabí Yehuda fue igual y cuando se despidieron del
sabio, éste les dijo: “-ustedes vinieron a ver a una persona a la que se lo
puede ver, pero él no ve. Sean pues merecedores de recibir a la Santa Presencia
que ve, pero a quien no se puede ver.”. -Mira-dijo Rabí Yehuda-si no hubiese
venido contigo, me habría perdido de escuchar una bendición tan hermosa”.
(Tratado Jaguiga, 8)
UNA HERMOSA BENDICIÓN
Rabí Najman comía en la casa de Rabí Itzjak, cuando estaba por
irse, Rabí Itzjak le pidió una bendición, a lo cual Rabí Najman le dijo: “-te
voy a relatar una parábola: Un hombre iba por un desierto, hambriento, cansado
y sediento. De repente encontró un árbol que daba una hermosa sombra y pendían
de él hermosos frutos y un pequeño arroyo corría debajo. Después de saciar su
hambre y sed, descansó a la sombra, se dirigió al árbol y le dijo: “¿con qué te
puedo bendecir? que tus frutos sean dulces, lo son. Que tu sombra sea profusa,
ya lo es. Que haya un arroyo que te recorra, ya lo tienes. Lo único que te
puedo desear es que todas tus ramas que se planten en otros lados, sean tan
proficuas como tú”. Y a ti -terminó Rabí Najman- a quien nada le falta, te deseo
que tus hijos sean como tú”.
(Tratado Taanit, 5)
EL REY Y EL PRÍNCIPE
Los discípulos le preguntaron a Rabí Shimon bar Yojái: -¿Por qué
debía el Eterno enviar el maná del cielo todos los días, no lo podría haber
hecho de una vez para todo el año? Rabí Shimon respondió diciendo: “-Les voy a
dar un ejemplo al respecto: Un rey tenía un hijo al que proveía una vez para
mantenerse todo el año. El príncipe, por lo tanto, venía a ver a su padre una
sola vez al año. Entonces el rey dispuso que le provean los gastos diariamente
y así el príncipe comenzó a venir todos los días. Lo mismo pasó con la
generación del desierto, si se los hubiese proveído una vez al año, seguramente
habrían olvidado que tenían un proveedor en el cielo.
(Tratado Yoma, 76)
EL VERDADERO HEREDERO
Una madre le dijo a su hija: -Debes tener mucho cuidado con tus
amoríos, no quisiera que seas como yo. -¿Qué significa como tú?-preguntó la hija
-Debo confesarte un secreto. Tengo diez hijos, pero solamente uno de ellos es el
hijo del que ustedes llaman padre. El marido escuchó la conversación y no dijo
nada. Años más tarde, en su lecho de muerte dio instrucciones para que todos
sus bienes fueran para su único hijo. Después de su deceso prevaleció la
confusión. La familia afligida quedó perturbada. Cada hijo se decía el heredero;
así fueron a ver a Rab Banai, para pedirle consejo.
El Sabio les aconsejó que fuesen a la tumba del padre y golpearan
hasta que se levantara y entonces le preguntaran cuál era su intención. Nueve
de los hijos hicieron lo que dijo el Rabí; fueron a la tumba y la golpearon,
esperando recibir un signo. Uno de los hijos se negó a lo que llamó falta de
respeto y se quedó en casa. Observando esto, Rabí Banai dictaminó: “Este hijo es
el verdadero heredero. Toda la propiedades le pertenecen, puesto que fue el
único que mostró el debido respeto a su padre.”
(Tratado Baba Batra 58a)
LA RESPUESTA
Un gentil encontró a Rabí Ishmael y lo saludó. -Tu respuesta ya fue
contestada- dijo Rabí Ishmael. Más tarde, se encontró con otro gentil que lo
maldijo. -Tu respuesta ya fue dada-dijo Rabí Ishmael.
Entonces los discípulos que iban con él le preguntaron:
-¿respondiste lo mismo a aquél que te maldijo como a aquél que te bendijo, cómo
puede ser? -Yo me refería al versículo del Génesis (12:3): “los que te bendigan
serán benditos y los que te maldigan, serán malditos” -les aclaró Rabí Ishmael.
(TY. Tratado Brajot, 19)
HONOR A UN PERRO
Una persona invitó a su casa a un Rabino y cuando éste llegó, sentó
a su lado a su perro. -¿Qué es esto- preguntó el Rabino enojado -qué hice para
que me avergüences de esta manera? -Rabino -exclamó el dueño de casa- de
ninguna manera deseo ofenderlo, sino darle un poco de honor a mi perro, que se
lo ha ganado. Cierta vez vinieron ladrones a la ciudad y uno de ellos se quiso
llevar a mi mujer, entonces el perro lo atacó, mordiéndolo y dejándolo rengo.
(TY. Trumot, 8)
UNA PRINCESA INTELIGENTE
Un emperador le dijo a Raban Gamliel: “-vuestro Di-s es un ladrón,
puesto que hizo dormir a Adán y le sacó una costilla”. La hija del emperador le
dijo a Raban Gamliel: “-déjame contestarle a mi padre”.
La princesa le dijo: “-tráeme un juez”... El padre le preguntó el
motivo y ella contó que habían entrado ladrones y le habían robado una jarra de
plata, pero dejaron una de oro. “-Ojalá viniesen todos los días- respondió el
padre”. “-¿Viste-dijo la princesa en tono triunfal-acaso no le sucedió esa
suerte a Adán?; perdió una costilla y en su lugar recibió una mujer fiel que
estuvo a su disposición como una mucama”.
-Pienso -dijo el emperador- que Di-s no lo tendría que haber
adormecido; la tendría que haber hecho ante su vista. -Padre -dijo la princesa-
haz que me traigan un trozo de carne. Una vez en sus manos, colocó la carne
entre las cenizas para que se tostara enfrente de su padre y cuando estuvo
lista se la dio para que la comiera. El rey no la quiso comer, habiendo visto
como se la colocó entre las cenizas y cómo se fue cociendo entre las mismas.
-Es repugnante -dijo: a lo que la princesa le respondió: si Adán hubiera visto
cómo le cortaban una costilla y de ella se creaba una mujer, la hubiera también
aborrecido.”
(Tratado Sanhedrin, 39)
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