EL AMOR PERFECTO
Rabí Shimón bar Yojái en el Zóhar
Bereshít 11b explica de la siguiente manera la relación entre amar a Di-s y
entregarse a santificar Su Nombre:
El segundo precepto [temer a Di-s]
incluye al primero [amar a Di-s] y se une a él; [ya que quien Lo ama, teme la
mera idea de irritarle. Estos preceptos] nunca se separan. [En consecuencia,
como veremos, ambos están insinuados en la luz del primer día de la Creación.]
Ahavá consiste en amar a Di-s con un
amor total, [y pregunta,] ¿qué es un amor total? [Es decir, ¿a qué sefirá
alude? Y responde:] Es el amor intenso [que alude a la sefirá de jésed, como
vemos en el versículo de Irmiáhu/Jeremías 31:2: “Con amor eterno te he amado;
por tanto, te he manifestado bondad”, en el cual ahavá y jésed se encuentran unidos.]
Ahavá y la sefirá de jésed tienen
una fuente común, como inferimos de las palabras Divinas a Abraham en
Bereshít/Génesis 17:1: "Anda ante Mí y sé íntegro". [Es decir,
Abraham, cuya raíz espiritual se encontraba en la sefirá de jésed, había de ser
íntegro en su amor a Di-s.] Está escrito en el relato de la Creación, que dijo
Di-s, "Haya luz". [En Cabalá, la luz representa la sefirá de jésed.
Por lo tanto, explica el Zóhar,] el amor perfecto equivale al "amor intenso".
El precepto de amar a Di-s nos enseña cómo hemos de quererle.
Dijo Rabí Elazar a su padre:
"Padre, he oído la explicación del amor intenso”. Dijo su padre,
"Dilo ante Rabí Pinjás, hijo mío, ya que él se encuentra en ése
nivel". Dijo Rabí Elazar, "El amor intenso es un amor perfecto de
ambos lados. [El amor perfecto presupone amar a Di-s, sin importar si Él te
trata con amor y ternura o con justicia estricta.] Si tu amor no incluye ambos
lados, no es un amor perfecto. Hemos aprendido que estos dos lados definen el
modo en que hemos de amar a Di-s. Un hombre puede amar a Di-s porque tiene
dinero, vida larga, hijos que le rodean, éxito en sus confrontaciones con sus
enemigos, o simplemente porque lleva una vida cómoda. Si –Jas veShalóm/Di-s
libre– su situación se invirtiese y el Altísimo fuera a cambiar la dirección de
Su rueda tratándolo con justicia estricta, pronto comenzaría a estar en contra
de Di-s. Un amor de esta índole no constituye el amor fundamental [porque se
basa en una segunda intención: si este motivo cesase de cumplirse, también
desaparecería el amor.]
Un amor a Di-s total e íntegro
presupone ambos lados, te trate Él con justicia estricta, o con amor y ternura
haciendo que tengas éxito en la vida. Por lo tanto [y a fin de rectificar tu
vida,] ama a Di-s como enseñaron nuestros sabios: “incluso si te quita la
vida”. Ya que sólo ése amor [en el que aceptas] ambos extremos [de la
Providencia Divina,] es íntegro. Esto explica el brillo [infinito] de la luz de
la Creación, [que corresponde a la Providencia Divina influenciada por la
entrega incondicional de la sefirá de jésed.]
Esta luz fue ocultada para dejar
paso a [la Providencia Divina afectada por] la justicia estricta [predominante
en la sefirá] guevurá. La luz y la oscuridad, que corresponden a la bondad y la
fortaleza, se fusionaron entonces en una sola entidad, [para mostrarnos que el
amor perfecto que hemos de sentir presupone amar al Creador cuando nos aflige,
tanto como cuando nos muestra Su amor incondicional.] Así es el amor perfecto
que hemos de sentir por el Creador.
El amor fundamental introduce el
amor en el reino de la justicia estricta, y presupone amar a Di-s con toda tu
alma, entregándosela para santificar Su Nombre. Si Di-s te pusiese a prueba de
este modo, ya fuese una prueba insignificante o de gran importancia, has de
estar listo a entregarle tu cuerpo y tu alma con amor, como aprendemos de
Jananiá, Mishael y Azariá en la hoguera, y de muchos otros. Entonces estarás
incluyendo a jésed dentro de guevurá.
La introducción de guevurá dentro de
jésed es de gran importancia. Si amas a Di-s por Su inmensa bondad hacia ti y
por todos los beneficios con que te ha colmado, no confíes en tu rectitud, sino
teme que una debilidad pasajera te cause caer en el pecado. Este es el amor
total, que incluye ambos lados del espectro, ya que sólo puede decirse que la
bondad es perfecta cuando se combina con la fortaleza, y a la inversa, la
fortaleza sólo es perfecta si está impregnada de bondad.
La razón oculta por la cual
repetimos el versículo, "HaShém es Elokím," durante los diez días de
arrepentimiento entre Rósh Hashaná y Yom Kipur, es que el Nombre Inefable יהוה es el Nombre Divino que representa el amor
incondicional, mientras que el Nombre Elokím
אלהים expresa Su justicia estricta. Esto nos
recuerda que, especialmente durante esos días, Di-s dirige hacia nosotros tanto
Su amor incondicional como Su justicia estricta.
La primera vez que la palabra
"amor" aparece en la Torá es con referencia al sacrificio de Itzják/Isaac
en el monte Moriá. Como está escrito en Bereshít/Génesis 22:2: "Toma ahora
a tu hijo, el único al que amas, a Isaac... ". Este versículo es un claro
ejemplo de guevurá combinada con jésed. El nombre de Abraham se relaciona con
el apego del Todopoderoso hacia el patriarca, refiriéndose a este como, "Abraham
Mi amado," ya que el amor puro proviene de la sefirá de jésed. Isaac, en
cambio, está vinculado con guevurá.
Ambos conceptos aparecen más
adelante en la Torá, cuando Isaac se casa. Dice: "tomó a Rivkáh/Rebeca,
que fue su mujer, y la amó" (Bereshít 24:67). El aspecto dominante en Isaac era la justicia estricta. Al ser
ofrecido en sacrificio pudo contenerse lo suficiente para aceptar las fuerzas
de justicia estricta. Sin embargo, al amar a Rebeca desarrolló en su interior
las fuerzas Divinas de jésed que heredadas de su padre Abraham. En su amor por Rivkáh
y su unión con ella, Isaac muestra las fuerzas de jésed que están en él, como
explicaremos referente al concepto místico del amor relacionado con la Shejiná.
Por tanto, lo principal del amor
proviene del atributo de justicia estricta, que se manifiesta cuando entregas
tu existencia por la santificación de Su Nombre. Tu cuerpo fue creado de
acuerdo con las fuerzas de la naturaleza, por medio del Nombre Divino Elokím:
como al aceptar la muerte en potencia por amor a Su Nombre muestras que no te
preocupa tu bienestar, estarás santificado por las fuerzas de jésed, quienes
tienen ahora la capacidad de contener la justicia estricta.
Por otra parte, la estructura
espiritual de la neshamá proviene de las fuerzas de jésed. Como dice Rabi
Shimón Bar Yojái (Rashbí), jésed es hija de Abraham. El patriarca mereció su
contacto con las fuerzas Divinas de jésed porque, como deducimos de las
numerosas pruebas que sobrellevó, se desgastó (tanto física como
económicamente) al servicio de su Creador. Mostró que estaba desprovisto de la
gula habitual en los seres humanos.
Lo mismo sucede con los donativos
que se donan a causas de tzedaká. Quien da mucho dinero por caridad, actuando
en contra de su tendencia natural, se vincula a jésed. Por tanto, cualquier
aspecto de tu servicio Divino en que tengas que actuar en contra de tu
naturaleza, te otorgará un contacto directo con el amor Divino.
Lo que anotamos más arriba (que el
"amor perdurable" pertenece al mundo terrenal y se une al mundo
celestial) se explica ahora con una cita de los Tikunim Zóhar 8, 100b:
El venerable sabio se incorporó, y
alzando la piedra entre sus manos, dijo: “¡Luminaria bendita! Hasta ahora la
piedra [es decir, maljút] estaba en tu posesión, pero ahora se está elevando;
guárdate de Sus piedras [de la Shejiná] ya que ahora Ella está elevándose a Su
Amado por medio de las plegarias y canciones de los individuos rectos y por sus
buenos actos.” Cuando esta piedra [maljút] desciende al mundo terrenal, se
convierte en la "piedra de prueba" que probó a los patriarcas. Por
tanto, dice el versículo de Tehilim 118:22: "La piedra que rechazaron los
constructores..." [Los constructores] son los patriarcas. Cuando la piedra
desciende a este mundo, [el amor incondicional de las Fuerzas Divinas de la
Creación es suplantado por las Fuerzas de la Providencia Divina, porque su
fusión característica de bondad y fortaleza ha de ponerse en vigor en el mundo
terrenal.]
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