SEGUNDA SEÜDDÁH-COMIDA DE SHABBÁT
El Shabbát por la mañana, antes de
escuchar la lectura de la Torá, cantas junto con los presentes en la sinagoga: “Se
os ha mostrado para que sepáis que El Eterno, ¡Él es el Di-s! ¡No hay ningún
otro fuera de Él!” (Devarím/Deuteronomio 4:35)
Poco después de salir de Egipto, al
encontrarse los israelitas encerrados entre sus perseguidores egipcios y el “mar
Rojo” que les impedía avanzar, pidió Moshé ayuda y le respondió El Eterno:“¿Por
qué clamas ante Mí? Habla a los Hijos de Israel y que marchen.” (Shemót/Éxodo:
14:15). El significado de esta respuesta era que si mostrasen los israelitas
pleno bitajón-certeza en Su providencia, esto silenciaría a los Acusadores
divinos y se salvarían. Cuando Najshón ben-Ämminadáv saltó al agua, avanzando
hasta que le llegara el agua a la cintura, se partió el mar en dos y la nación
entera vio que HaShém llenaba el mundo, así como el alma llena el cuerpo, y por
consiguiente puede cambiar el orden de la naturaleza según Su Voluntad.
Ten en mente de adquirir este nivel
de fe en la segunda seüddá, a la que participas después de la oración matinal
de Shabbát – sea ésta dicha en la sinagoga o en la casa. Más que emuná-fe
consiste en bitajón-certeza, y es lo que el enfermo ha de tener presente cuando
se siente afligido pero mantiene la certidumbre que Di-s está con él y le está
dando la ayuda que él verdaderamente necesita. El efecto de la certeza interior
es como una luz circundante a la que alude el salmo: “Al que tiene total
confianza en El Eterno le rodea Su bondad” (Tehil´lím/Salmos, 32:10). Uno puede
haber bloqueado los conductos espirituales de su alma que le permiten recibir
la shéfa-abundancia Divina debido a errores pasados, pero se le puede renovar
la fuerza vital que recibe en mérito de su confianza total en la Providencia
Divina.
En el momento de la segunda seüddá
recibimos luces celestiales del más elevado nivel de santidad, vinculado a la
revelación de Ättiká Kaddishá a la que nos referimos como kéter-corona, y nos
abre a los misterios de la Torá. Estas luces se relacionan con las coronas que
anudó HaShém a las letras que se destacan en los pergaminos de los cuales leemos
la porción de Torá en Shabbát.
Las palabras Ättikká Kaddishá aluden
a una Providencia Divina incondicional y de bondad total. Cuando HaShém actúa
como Rey y Soberano de Su nación durante los días semanales, no se relaciona a
nosotros con bondad incondicional ya que esto debilitaría el propósito Divino
de la creación, según el cual hemos de ganarnos nuestra recompensa. En cambio,
el Shabbát, en este momento, HaShém está emitiendo la conciencia de esta
excelsa revelación y por consiguiente, al recitar la bendición de Kiddúsh sobre
el vino antes de la segunda seüddá de Shabbát, citamos el versículo de Ieshaäiáhu/Isaías
58:13-14: “Entonces te deleitarás en Di-s” – en Hebreo ‘Äl-Ado-nái. El significado
literal de la palabra “äl” es ‘sobre’; por lo tanto este versículo nunca se
traduce literalmente. Su sentido profundo es que en este momento la declaración
de fe que acabas de recitar te sitúa por encima de la Providencia Divina con la
cual HaShém nos dirige en los días de semana.
Como lo enseña Rabbí Aarón Rota, nuestro
Creador pone a prueba la fe del hombre, y si se fortalece éste hasta sentir
total certidumbre en la Providencia Divina, incluso si – Jás veShalóm/Di-s no
lo quiera – fuese pronunciado contra él un decreto Divino de justicia estricta,
sería mitigado y endulzado en lo Alto, y cambiado por un signo de bondad Divina
hacia él, así como hacia toda la Casa de Israel ahora y para siempre.
Antes de la comida lee la
declaración siguiente:
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