miércoles, 6 de junio de 2018

SEGUNDA SEUDA-COMIDA DE SHABBAT


SEGUNDA SEÜDDÁH-COMIDA DE SHABBÁT

El Shabbát por la mañana, antes de escuchar la lectura de la Torá, cantas junto con los presentes en la sinagoga: “Se os ha mostrado para que sepáis que El Eterno, ¡Él es el Di-s! ¡No hay ningún otro fuera de Él!” (Devarím/Deuteronomio 4:35)

Poco después de salir de Egipto, al encontrarse los israelitas encerrados entre sus perseguidores egipcios y el “mar Rojo” que les impedía avanzar, pidió Moshé ayuda y le respondió El Eterno:“¿Por qué clamas ante Mí? Habla a los Hijos de Israel y que marchen.” (Shemót/Éxodo: 14:15). El significado de esta respuesta era que si mostrasen los israelitas pleno bitajón-certeza en Su providencia, esto silenciaría a los Acusadores divinos y se salvarían. Cuando Najshón ben-Ämminadáv saltó al agua, avanzando hasta que le llegara el agua a la cintura, se partió el mar en dos y la nación entera vio que HaShém llenaba el mundo, así como el alma llena el cuerpo, y por consiguiente puede cambiar el orden de la naturaleza según Su Voluntad.

Ten en mente de adquirir este nivel de fe en la segunda seüddá, a la que participas después de la oración matinal de Shabbát – sea ésta dicha en la sinagoga o en la casa. Más que emuná-fe consiste en bitajón-certeza, y es lo que el enfermo ha de tener presente cuando se siente afligido pero mantiene la certidumbre que Di-s está con él y le está dando la ayuda que él verdaderamente necesita. El efecto de la certeza interior es como una luz circundante a la que alude el salmo: “Al que tiene total confianza en El Eterno le rodea Su bondad” (Tehil´lím/Salmos, 32:10). Uno puede haber bloqueado los conductos espirituales de su alma que le permiten recibir la shéfa-abundancia Divina debido a errores pasados, pero se le puede renovar la fuerza vital que recibe en mérito de su confianza total en la Providencia Divina.

En el momento de la segunda seüddá recibimos luces celestiales del más elevado nivel de santidad, vinculado a la revelación de Ättiká Kaddishá a la que nos referimos como kéter-corona, y nos abre a los misterios de la Torá. Estas luces se relacionan con las coronas que anudó HaShém a las letras que se destacan en los pergaminos de los cuales leemos la porción de Torá en Shabbát.

Las palabras Ättikká Kaddishá aluden a una Providencia Divina incondicional y de bondad total. Cuando HaShém actúa como Rey y Soberano de Su nación durante los días semanales, no se relaciona a nosotros con bondad incondicional ya que esto debilitaría el propósito Divino de la creación, según el cual hemos de ganarnos nuestra recompensa. En cambio, el Shabbát, en este momento, HaShém está emitiendo la conciencia de esta excelsa revelación y por consiguiente, al recitar la bendición de Kiddúsh sobre el vino antes de la segunda seüddá de Shabbát, citamos el versículo de Ieshaäiáhu/Isaías 58:13-14: “Entonces te deleitarás en Di-s” – en Hebreo ‘Äl-Ado-nái. El significado literal de la palabra “äl” es ‘sobre’; por lo tanto este versículo nunca se traduce literalmente. Su sentido profundo es que en este momento la declaración de fe que acabas de recitar te sitúa por encima de la Providencia Divina con la cual HaShém nos dirige en los días de semana.

Como lo enseña Rabbí Aarón Rota, nuestro Creador pone a prueba la fe del hombre, y si se fortalece éste hasta sentir total certidumbre en la Providencia Divina, incluso si – Jás veShalóm/Di-s no lo quiera – fuese pronunciado contra él un decreto Divino de justicia estricta, sería mitigado y endulzado en lo Alto, y cambiado por un signo de bondad Divina hacia él, así como hacia toda la Casa de Israel ahora y para siempre.

Antes de la comida lee la declaración siguiente:



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