TAMMÚZ - EL ATRIBUTO DE LA VISIÓN
En principio es válido aclarar, para
aquellos que no lo saben que Israel, siguiendo la sabiduría de la Torá (Shemót/Éxodo
12) determina el ciclo del tiempo a partir de la luna, la cual es santificada
cada mes. El inicio del mes está entonces determinado por el nacimiento de la
luna (molád), y cada mes (jódesh en hebreo) posee su propio nombre.
Precisamente la palabra mes: jódesh comparte raíz con la palabra jadásh: nuevo,
esto nos permite deducir, que cada mes tiene una energía nueva, que lo
caracteriza y define.
Conocer acerca de las
particularidades de cada mes nos permite introducirnos en la dimensión del
tiempo con una mirada renovada, y nos abre las puertas a la posibilidad de
intentar habitarlo a partir del sentido.
ACERCA DE TAMMÚZ:
La Torá nos ordena contar los meses
a partir de Nisán (Aries, el mes que corresponde a la salida de Egipto: Pésaj).
Nisán es seguido por Iyár (Tauro) y luego por Siván (Géminis).
Estos tres meses son considerados de
despertar espiritual, desde arriba hacia abajo, tal como lo revelan los hechos
sucedidos durante ese tiempo: la liberación judía de la esclavitud de Egipto, (Nisán),
el Maná que caía del cielo y les permitía alimentarse en el desierto (Iyár), y
la entrega de la Torá (Siván).
Tammúz representa el cuarto mes, y
con él se inicia el periodo de los siguientes tres meses (Tammúz, Áv y Elúl) en
los cuales tenemos la responsabilidad de ascender espiritualmente, de abajo
hacia arriba, incluso en lo referente a los aspectos más mundanos. Durante este
mes sucedieron hechos lamentables para el pueblo judío, basta con señalar que
el 17de Tammúz fueron rotas las primeras brechas de la muralla de Jerusalén
durante el primer y segundo Templo. Tristes hechos que motivaron la
determinación del ayuno del 17 de Tammúz.
Como dijimos anteriormente Tammúz,
el primer mes del verano (en Israel) inicia la serie de los tres meses (Tammúz,
Áv y Elúl) de trabajo espiritual “de abajo hacia arriba” en procura de
crecimiento y rectificación de todos los aspectos de nuestra vida.
Tammúz, cuyo signo es Cáncer = Sartán
en hebreo (el cangrejo) está vinculado según el Séfer Ietzirá, al atributo de
la visión. Es notable como una visión errada de los hechos nos puede conducir a
elecciones equivocadas y por lo tanto a caminar senderos desvinculados de
nuestra esencia....”caminos sin corazón”.
Es importante recalcar que durante
este mes existe un incremento de la sensibilidad, y es un tiempo en el que la
vista puede nublarse. Es común escuchar la frase “El ojo ve y el corazón siente”,
y difícilmente exista persona que no lo haya experimentado alguna vez. Esta
expresión de sabiduría popular coincide con la de nuestros sabios al referirse
al sentido de la visión como la causa primordial de los pecados corporales.
La Torá nos señala dos
acontecimientos trascendentes que nos permiten profundizar en la energía de
este mes:
Es durante este mes de Tammúz que el
pueblo de Israel construye el becerro de oro, lo que represento la caída más
profunda en las redes de la idolatría. Sobre este acto determina la Torá en Nombre
de Di-s: “En el día de Mi selección, recordaré esto” (Shemót/Éxodo 32:34).
Este pecado, y convengamos que no se
trata de un pecado menor, menos aun si recordamos que tan solo habían pasado días
desde que el mismo pueblo recibiera la Torá en el monte Sinaí, se debió a una
falla en el sentido de la visión, ya que el satán mostró al pueblo judío una
falsa visión del cuerpo sin vida de Moshé, ya en los cielos. En el lenguaje de
los sabios: la novia traiciona al Novio estando aún bajo la juppá (palio
nupcial).
El segundo hecho que nos ayudará a
comprender la naturaleza delicada de la energía de este mes es el suceso que
leemos en la Parashá Shelaj-Lejá cuando Moshé envía a los espías a Canaán, con
el propósito de investigar y traer información sobre esa tierra, a la cual
estaban los judíos próximos a entrar. La misión de los espías duró 40 días, (la
mayor parte de ellos corresponden al mes de Tammúz). Esta misión fracasó debido
a la falsa información que transmitieron los espías, y por consiguiente la
entrada del pueblo judío a la tierra de Israel se postergó. Debido a la errónea
interpretación de los espías al investigar la tierra de Israel, se considera
que el sentido de la visión no fue utilizado con pureza y santidad (Zóhar-Shelaj-Lejá).
El profundo deseo de los espías de permanecer como príncipes en el desierto
nubló sus vistas hasta tornarse incapaces de apreciar las oportunidades que
ofrecía la tierra. Fue así que transmitieron al pueblo un informe negativo como
está escrito (Bemidbár/Números 13:32): “...una tierra que se devora a sus
habitantes...”.
Dos sucesos lamentables y un
denominador común: la visión errada de la realidad.
Sin embargo purificando su corazón,
el hombre purifica también su sentido de la visión, y puede ver en cada ocasión
y en cada hecho la revelación de Di-s, y rendir honor a Su presencia.
Tal vez sería bueno reflexionar
desde nuestra interioridad, con honestidad y con coraje..
- Con cuánta pureza somos capaces de
mirar a nuestro alrededor?....
- Qué profundidad alcanza nuestra
visión de la realidad?....
- Qué tanto apreciamos con “buenos
ojos” las oportunidades que nos da la vida?.
Que seamos capaces de comprometernos
con un trabajo exhaustivo y cotidiano sobre nosotros mismos en procurar de
elevarnos sobre nuestras propias limitaciones.
Jódesh Tammúz Tóv uMevoráj / Mes de
Tammúz Bueno y Bendecido !!!
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