LA LETRA ב BET

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LA LETRA ב BET   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra ב ‘Bet’, primera letra de la palabra בית “casa”, se refiere a la Casa de HaShem (Ieshaäiahu/Isaías 56:7):   “Betí (Mi Casa) será llamada ‘Bet-Tefil´lá’ (Casa de Oración) para todos los pueblos”.   Consta en el Midrash que la motivación Divina para la Creación, fue que ‘HKBH’ (El Santo, Bendito Sea), deseó tener una morada en la realidad inferior. El cumplimiento de este deseo, comienza con la creación de ‘Adam’ (El Hombre), un alma Divina investida en un cuerpo físico, y prosigue con la multiplicación del hombre, la “conquista” completa del Mundo para convertirlo en ‘Maljut Shamáim’ (“El Reino de los Cielos”).   La Torá empieza la descripción detallada del ‘Mishkán’ (Tabernáculo) y sus utensilios, con la declaración de su propósito final: “VEÄSU   LI   MIKDASH   VESHAJANTÍ   BETOJAM - Y me harán un Templo y moraré en ellos”. No dice “en él”, explican los sabios, sino “en ellos”, en cada uno y uno de lo

LAS SEUDOT (COMIDAS) DE SHABBAT: CAUSANDO LA ALEGRÍA DIVINA



LAS SEÜDDÓT (COMIDAS) DE SHABBÁT: CAUSANDO LA ALEGRÍA DIVINA

Si estás buscando los modos adecuados para causar la alegría celestial, ante todo has de pensar en el Shabbát. El Shabbát es una de las mitzvót más importantes. Podría incluso decirse que es el pilar de todas nuestras mitzvót. La Torá nos dice varias veces que hemos de cuidar el Shabbát: primero en Bereshít-Génesis, luego en Shemót-Éxodo. Luego, en el libro de Vaikrá-Levítico, en que HaShém nos dice que seamos santos porque Él es santo, hay un versículo que dice: “Mis Shabbát observaréis”. Como HaShém está diciendo “Mis Shabbát”, comprendemos que el Shabbát tiene que ver con algo más relevante para HaShém que para nosotros.

Existe un libro de sabiduría mística intitulado El Bahír, que da un ejemplo que puede ayudarte a comprender lo que HaShém pide de ti: Érase una vez un rey que tenía hijos. Sus hijos le amaban así como él los quería. Él les dijo: todo cuanto hago es para vosotros. Siempre estoy obrando para ayudarles. Ahora les estoy pidiendo que hagan algo por mí, que me honren del modo que les pido, un día por semana. Quiero que os regocijéis conmigo en mi día de alegría. De igual modo, HaShém está diciéndoles al pueblo de Israel: así como Yo me regocijo en vuestros días de alegría, les pido que os regocijéis conmigo en Mi día de alegría, que es el Shabbát.

Cuando El Altísimo te pide que cuides Sus Shabbát, te está diciendo también: cuando sufrís aflicciones, vuestro dolor es Mi dolor, como dice el versículo: “Seré con él en tiempo de aflicción” (Tehil´lím 91:15). Por lo tanto, en Mi tiempo de alegría, deseo que vosotros también sintáis alegría. Cabe decir que, de algún modo, la alegría Divina no es completa sin nuestra participación.

En Shabbát, HaShém te está pidiendo que te abras a Su luz interior al decir las tres tefil´lót-plegarias de Shabbát, así como que dejes que te rodee Su Luz circundante involucrándote en tres seüddót-comidas que has de preparar para Él y también participar en ellas. Estas tres comidas corresponden a tres niveles de fe que todo judío ha de alcanzar en su vida. La participación en la alegría Divina en Shabbát está relacionada por tanto con las tres comidas que hemos de preparar para este día, y deleitarnos en ellas tras de participar en la oración que ha de pronunciarse antes de cada una de estas comidas. Cada una de las comidas está vinculada con un aspecto de la Presencia Divina que HaShém nos revela en el transcurso de la comida. Al preparar la comida y participar en ella, estamos cumpliendo lo que se requiere de nosotros según la ley judía. Mismo si estás enferma y no puedes preparar una comida en esta etapa de tu vida, al separar un panecillo o media matzá de espelta que quizás sea más fácil digerir, junto con una deliciosa ensalada o pasta para untarle, teniendo en mente que ésta será tu comida especial de Shabbát, también estás cumpliendo el requisito.

Pero quizás quieras ir más allá de lo que se requiere de ti. Fuimos creados en la imagen Divina. Por lo tanto, para comprender qué puede significar causar la alegría Divina podemos buscar un ejemplo en el plano de las relaciones humanas. Imagina que presentas tu candidatura para gobernador. En el país en que vives, el gobernador ha de pasar una serie de pruebas rigurosas para ser considerado apto para tal cargo, y logras salir triunfante en todas pruebas a pesar del gran desafío que representan. Un grupo de tus partidarios te sigue de cerca, ayudándote en cada etapa. Eventualmente, cuando llegas a ser gobernador, desborda tu alegría. Pides a tu personal que organicen una recepción para festejar el momento. Llega el día de la fiesta y todos vienen. Te dicen: hemos preparado esta comida para festejar con usted. ¿Es eso verdad? te preguntas, mirando a tu alrededor.  Están los invitados que han venido para quedar bien contigo: son los ciudadanos del lugar y quieren tener relaciones cordiales con el nuevo gobernador. En contraste, están los que te siguieron en cada una de tus pruebas, que ahora se alegran contigo con conocimiento de causa; se dan cuenta de que serás un mejor líder que cualquiera de los otros candidatos. ¿Eso es todo? No; hay también un tercer grupo de gente en tu fiesta. Consiste en los invitados cuya relación contigo no era tan íntima como para seguirte en las etapas de tus pruebas, y sin embargo, se han informado acerca de las mismas, tratando de comprender en qué consistían. Te dicen: hemos preparado esta comida para festejar que usted pudo salir triunfante en la primera etapa, la segunda etapa, la tercera etapa… Tú les miras pensando: no tienen ni idea de lo que involucraron las etapas, pero queda claro que desean un vínculo más estrecho y que de veras se alegran conmigo.

El propósito de este ensayo es ayudarte a pertenecer al tercer grupo de invitados al tratar de participar en la alegría Divina a través de las tres comidas de Shabbát. El Todopoderoso se revela a ti de manera distinta en cada una de estas tres comidas y si en este momento no puedes aclarar la índole de estas revelaciones. Rabbí Shimön bar Iojái preparó una declaración que se pronuncia en el idioma arameo. Cada una de las tres declaraciones captura la esencia de lo que sucede en la comida, y al pronunciar tal declaración, mismo si no comprendes su significado profundo, estás expresando tu fe total – más aún, tu conciencia – que ahora, en esta comida estás en presencia de HaShém.

El sabio de la Torá, Rab Pincus Z´L, pregunta:

¿Cómo se crea la sensación excelsa de estar en presencia de HaShém? No es necesario “crearla” porque ya existe… Hemos de saber Quién está sentado a nuestra mesa. En las zemirós (cantos de Shabbát) decimos, “Askinu seudasa… Askinu significa que es HaShém Quien nos invita a Su mesa. Él es el anfitrión y nosotros somos sus invitados.

Las comidas de Shabbát causan la alegría Divina porque el conjunto de estas tres comidas nos infunde una fe que raya en la conciencia, y podremos recurrir a ella durante la semana entrante. Por lo tanto, al leer la declaración preparada para cada una de las comidas de Shabbát, estás expresando tu profundo deseo de participar en la alegría Divina adquiriendo el grado de fe que se desprende de la comida indicada.

Si estás buscando los modos adecuados para causar la alegría celestial, ante todo has de pensar en el Shabbát. El Shabbát es una de las mitzvót más importantes. Podría incluso decirse que es el pilar de todas nuestras mitzvót. La Torá nos dice varias veces que hemos de cuidar el Shabbát: primero en Bereshít-Génesis, luego en Shemót-Éxodo. Luego, en el libro de Vaikrá-Levítico, en que HaShém nos dice que seamos santos porque Él es santo, hay un versículo que dice: “Mis Shabbát observaréis”. Como HaShém está diciendo “Mis Shabbát”, comprendemos que el Shabbát tiene que ver con algo más relevante para HaShém que para nosotros.

Existe un libro de sabiduría mística intitulado El Bahír, que da un ejemplo que puede ayudarte a comprender lo que HaShém pide de ti: Érase una vez un rey que tenía hijos. Sus hijos le amaban así como él los quería. Él les dijo: todo cuanto hago es para vosotros. Siempre estoy obrando para ayudarles. Ahora les estoy pidiendo que hagan algo por mí, que me honren del modo que les pido, un día por semana. Quiero que os regocijéis conmigo en mi día de alegría. De igual modo, HaShém está diciéndoles al pueblo de Israel: así como Yo me regocijo en vuestros días de alegría, les pido que os regocijéis conmigo en Mi día de alegría, que es el Shabbát.

Cuando El Altísimo te pide que cuides Sus Shabbát, te está diciendo también: cuando sufrís aflicciones, vuestro dolor es Mi dolor, como dice el versículo: “Seré con él en tiempo de aflicción” (Tehil´lím 91:15). Por lo tanto, en Mi tiempo de alegría, deseo que vosotros también sintáis alegría. Cabe decir que, de algún modo, la alegría Divina no es completa sin nuestra participación.

En Shabbát, HaShém te está pidiendo que te abras a Su luz interior al decir las tres tefil´lót-plegarias de Shabbát, así como que dejes que te rodee Su Luz circundante involucrándote en tres seüddót-comidas que has de preparar para Él y también participar en ellas. Estas tres comidas corresponden a tres niveles de fe que todo judío ha de alcanzar en su vida. La participación en la alegría Divina en Shabbát está relacionada por tanto con las tres comidas que hemos de preparar para este día, y deleitarnos en ellas tras de participar en la oración que ha de pronunciarse antes de cada una de estas comidas. Cada una de las comidas está vinculada con un aspecto de la Presencia Divina que HaShém nos revela en el transcurso de la comida. Al preparar la comida y participar en ella, estamos cumpliendo lo que se requiere de nosotros según la ley judía. Mismo si estás enferma y no puedes preparar una comida en esta etapa de tu vida, al separar un panecillo o media matzá de espelta que quizás sea más fácil digerir, junto con una deliciosa ensalada o pasta para untarle, teniendo en mente que ésta será tu comida especial de Shabbát, también estás cumpliendo el requisito.

Pero quizás quieras ir más allá de lo que se requiere de ti. Fuimos creados en la imagen Divina. Por lo tanto, para comprender qué puede significar causar la alegría Divina podemos buscar un ejemplo en el plano de las relaciones humanas. Imagina que presentas tu candidatura para gobernador. En el país en que vives, el gobernador ha de pasar una serie de pruebas rigurosas para ser considerado apto para tal cargo, y logras salir triunfante en todas pruebas a pesar del gran desafío que representan. Un grupo de tus partidarios te sigue de cerca, ayudándote en cada etapa. Eventualmente, cuando llegas a ser gobernador, desborda tu alegría. Pides a tu personal que organicen una recepción para festejar el momento. Llega el día de la fiesta y todos vienen. Te dicen: hemos preparado esta comida para festejar con usted. ¿Es eso verdad? te preguntas, mirando a tu alrededor.  Están los invitados que han venido para quedar bien contigo: son los ciudadanos del lugar y quieren tener relaciones cordiales con el nuevo gobernador. En contraste, están los que te siguieron en cada una de tus pruebas, que ahora se alegran contigo con conocimiento de causa; se dan cuenta de que serás un mejor líder que cualquiera de los otros candidatos. ¿Eso es todo? No; hay también un tercer grupo de gente en tu fiesta. Consiste en los invitados cuya relación contigo no era tan íntima como para seguirte en las etapas de tus pruebas, y sin embargo, se han informado acerca de las mismas, tratando de comprender en qué consistían. Te dicen: hemos preparado esta comida para festejar que usted pudo salir triunfante en la primera etapa, la segunda etapa, la tercera etapa… Tú les miras pensando: no tienen ni idea de lo que involucraron las etapas, pero queda claro que desean un vínculo más estrecho y que de veras se alegran conmigo.

El propósito de este ensayo es ayudarte a pertenecer al tercer grupo de invitados al tratar de participar en la alegría Divina a través de las tres comidas de Shabbát. El Todopoderoso se revela a ti de manera distinta en cada una de estas tres comidas y si en este momento no puedes aclarar la índole de estas revelaciones. Rabbí Shimön bar Iojái preparó una declaración que se pronuncia en el idioma arameo. Cada una de las tres declaraciones captura la esencia de lo que sucede en la comida, y al pronunciar tal declaración, mismo si no comprendes su significado profundo, estás expresando tu fe total – más aún, tu conciencia – que ahora, en esta comida estás en presencia de HaShém.

El sabio de la Torá, Rab Pincus Z´L, pregunta:

¿Cómo se crea la sensación excelsa de estar en presencia de HaShém? No es necesario “crearla” porque ya existe… Hemos de saber Quién está sentado a nuestra mesa. En las zemirós (cantos de Shabbát) decimos, “Askinu seudasa… Askinu significa que es HaShém Quien nos invita a Su mesa. Él es el anfitrión y nosotros somos sus invitados.

Las comidas de Shabbát causan la alegría Divina porque el conjunto de estas tres comidas nos infunde una fe que raya en la conciencia, y podremos recurrir a ella durante la semana entrante. Por lo tanto, al leer la declaración preparada para cada una de las comidas de Shabbát, estás expresando tu profundo deseo de participar en la alegría Divina adquiriendo el grado de fe que se desprende de la comida indicada.



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