TAMMÚZ SEGÚN EL SÉFER IETZIRÁ
De acuerdo con el Séfer Ietzirá,
cada mes del año judío tiene una letra del alfabeto hebreo, un signo del
zodíaco, una de las doce tribus de Israel, un sentido, y un órgano controlador
del cuerpo que le corresponde.
Con el mes de Tammúz empieza la “estación”
(tekufá) del verano. Los tres meses de esta estación son: Tammúz, Av y Elúl y
corresponden a las tres tribus del campamento de Reuvén (Reuvén, Shimön y Gád),
que estaban ubicadas al sur.
Tammúz es el mes del pecado del
becerro de oro, que dio lugar al rompimiento de las Tablas. En ese día, el 17
de Tammúz, comienza el período de tres semanas llamado “iemé bén hammetzarím” (hasta
el 9 de Av), que conmemora la destrucción del Santo Templo de Jerusalén.
Este, es el mes en que los espías
que Moshé/Moisés envió recorrieron todo Israel para ver la tierra e informar al
pueblo, regresando la víspera del 9 de Av).
Color: Naranja
Letra: Jet ח
La forma de la letra Jet está
compuesta de las dos letras anteriores del Álef-bet, la Váv y la Záin, que
corresponden a los dos meses previos, los meses de Iyár y de Siván. Estas
letras están conectadas en la parte superior por un “puente” delgado. Con
relación al sentido de la vista, la forma de la Jet representa la dinámica de
la luz espiritual, emitida por los ojos (la Váv) y la luz física, que vuelve
del objeto observado a los ojos (la Záin).
La palabra Tammúz se lee en hebreo: “Tám
Váv Záin”. Tám significa “conecta o integra”. De este modo, leemos en la
palabra Tammúz: “conecta Váv y Záin”. La unión de estas dos letras forman la
letra Jet.
Mazzál: Sartán (Cáncer- el
cangrejo).
Uno de los significados de la raíz
del término sartán, seret, es en general: “cinta”. En particular (en el hebreo
moderno), una cinta de “película” (un film).
El significado espiritual referente
al sentido visual propio del mes de Tammúz es la capacidad de “entrever” la
realidad física para vislumbrar su origen Divino. De acuerdo con este
pensamiento, se entiende que la palabra sartán está compuesta por dos palabras:
Sar y Tan, que literalmente significan: “dejar de lado el cuerpo” (para revelar
el alma), es decir sacar la “kelippá/cáscara” externa de la realidad (a través
del poder de la visión profunda) para revelar el “fruto” y la fuerza vital de
la realidad interna.
Tribu: Reuvén.
El nombre Reuvén viene de la raíz “ver”,
el sentido correspondiente al mes de Tammúz.
La piedra preciosa correspondiente a
la tribu de Reuvén en el pectoral del sumo sacerdote es el ódem, el rubí, que debido
a su fuerte color rojo (odém significa rojo) es la piedra más llamativa.
El rojo es el más seductor de los
colores, lo que implica tanto la caída del hombre (en hebreo odém (rojo) se
escribe igual que adám (hombre), como en el pecado del becerro de oro o la
elevación y rectificación últimas del hombre con la llegada del Mashíaj.
Sentido: La vista.
El verano (el período de Tammúz)
representa las “vacaciones” de los ojos. Es el tiempo en que uno tiene que “cubrir”
sus ojos para ver sólo aquello que es recatado y bueno (en el mundo en general
y en particular en el prójimo). La capacidad de cuidar y enfocar la vista
correctamente conduce a la rectificación del “sentido” visual.
Al final de la bendición de Moshé a
Israel dijo (Devarím/Deuteronomio 33:28): “BÉTAJ BADÁD ËN
IAÄKÓV - confiado y apartado está el ojo
de Jacob”. La palabra Bétaj, “confiado” es el acrónimo de tres palabras: Berajáh
Tóv y Jaím, bendición, bien y vida. Estos son los tres puntos centrales para
rectificar la vista, como está dicho (Devarím/Deuteronomio 11:26): “Mira que
pongo delante de vosotros hoy la bendición y la maldición. La bendición,...” y
posteriormente (Devarím/Deuteronomio 30:15-19): “Mira que pongo delante de ti
la vida y el bien, la muerte y el mal... escoge, pues, la vida”. Con respecto a
estos tres conceptos (Berajá Tóv Jaím) la persona debe entrenar a los ojos
(tanto física como espiritualmente) para ver sólo la dimensión positiva interna
de la realidad y no centrarse en la realidad externa, la kelippát/cáscara
negativa.
Este es el significado de “confiado y
apartado está el ojo de Jacob”. El sentido del ojo judío (“el ojo de Iaäkóv”)
es exclusivamente para ver (“sólo”) lo que es digno de “confianza”: La
bendición, el bien y la vida que Di-s otorga.
Miembro dominante: La mano derecha.
En general, la mano derecha y su
dedo índice, en particular, sirven para dirigir y enfocar la vista.
Cuando se leen los rollos de la
Torá, es costumbre señalar cada palabra con un “dedo” de plata. Es costumbre también
usar la mano derecha para hacer señales y así indicarle al que lee la Torá la
entonación musical.
El novio le coloca el anillo
matrimonial a la novia en el dedo índice de la mano derecha. Esta acción eleva
a la pareja al nivel de “ionatí - mi paloma” (Shír HaShirím/Cantar de los
Cantares 5:2), lo que refleja la expresión intensa de amor trasmitida por la
contemplación incesante de los ojos de ambos (que tornan los ojos rojos como el
rubí): “Tus ojos son como palomas” (Shír HaShirím/Cantar de los Cantares 5:1).
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