viernes, 6 de julio de 2018

LAS VISIONES DE IEJEZKEL (Ezequiel) sobre METATRÓN


LAS VISIONES DE IEJEZKÉL (Ezequiel) sobre METATRÓN  

Raäiá Mehemená (el Pastor Fiel) nos habla acerca de las diez visiones que Iejezkél (Ezequiel) tuvo de Metatrón, y oímos mucho acerca del significado del color azul y por qué es tan importante en el Tzitzít y el Talít. Por medio del significado sagrado numérico de muchas palabras y letras somos conducidos a través de una explicación del trono y la piedra de zafiro y los seis peldaños y las cuatro bestias y las cuatro caras. Se nos dice que Metatrón incluye todas las etapas hacia abajo desde arriba y hacia arriba desde abajo.

La descripción del Zóhar de la visión de Iejezkél levanta nuestra alma al abrazo protector de la Shejiná (la Presencia Divina) revelando el esplendor completo de la Luz que brilla desde las diez Sefirót.

El nombre angélico de Metatrón, se nos dice, oculta la palabra hebrea para vida (Jet Iúd,  חי  pronunciadas “Jái”) cuyo valor numérico es dieciocho.

El número 18 es alcanzado a través de las dos letras hebreas “Tet”  ט  (letra 't' en español) que aparece en el nombre Metatrón. La letra hebrea Tet tiene valor numérico de 9. Así, las dos “Tet” = dieciocho (nueve + nueve = dieciocho).

Además, Metatrón, como hemos aprendido en pasajes anteriores, personifica el concepto de la restauración de la juventud y la inmortalidad. Así, el poder de la vida, la inmortalidad y la inversión del proceso de envejecimiento permea las células y alma de nuestro cuerpo. Esta fuerza indestructible de vida fluye a través de nosotros desde la Sefirá (dimensión) de Iesód. Cuando ésta llena nuestro ámbito material, el Ángel de la Muerte y las fuerzas del caos son desterrados de la existencia.

En el ítem 250, se dice que un hombre poderoso, sabio y rico es uno que tiene el poder para vencer a su ego, es espiritualmente sabio y es rico con las herramientas que se necesitan para triunfar sobre su lado negativo. Por consiguiente, el poder kabbalístico, la sabiduría y la riqueza nos son otorgados en gran medida, asegurando respuestas a todas nuestras oraciones por la paz, la prosperidad y la felicidad eterna.

El Zóhar continúa para explicar en el ítem 252 que Maljút -nuestro mundo está significado por el color azul, como lo es Metatrón, y corresponde al objetivo definitivo: la perfección de toda la Creación. Esta llama azul celestial ahora lava toda nuestra existencia cuando la perfección final es consumada por los ojos mismos que se recorren estos versículos celestiales.

También aprendemos que este color azul cósmico se correlaciona con “la llama azul en una vela ardiendo, que consume las partes grasas de las ofrendas ígneas”. En consecuencia, los fuegos de los antiguos sacrificios son encendidos y puestos en llamas en este pasaje también. La Luz de curación asociada con la enfermedad cardíaca resplandece. Las grasas mortales que obstruyen las arterias son quemadas. Nuestra sangre es purificada. La ira y otras emociones negativas son extraídas de nuestros corazones e hígado. Como con todos los pasajes del Zóhar, podemos también meditar para compartir esta llama azul de curación con todos aquellos que sufren dolencias cardiovasculares y hepáticas. Nuestra acción de compartir quema todas las fuerzas negativas y malignas del mundo, despejando el camino para la curación final de la humanidad.

Además, Israel corresponde al corazón humano, mientras que las otras naciones del mundo corresponden a la anatomía humana. Así, las arterias espirituales —las relaciones entre Israel y todas las naciones son enriquecidas cuando los bloqueos negativos y los puntos de conflicto son erradicados, creando la abertura para la paz mundial y la armonía global.

El ítem 253 asocia el color azul con la piedra de zafiro. “Quien hereda esta piedra”, declara el Zóhar, está protegido de los fuegos del Infierno. Esta protección nos es otorgada ahora. Los fuegos del Infierno son extinguidos eternamente por el poder de la Luz azul y nuestra lectura contrita de estos versículos.

Meditar sobre los ítems 254 y 255 nos escuda de los seres negativos que moran en otros mundos y de las flamas incandescentes en el Infierno. Las 248 partes de nuestro cuerpo y alma reciben la Luz de Curación que resplandece de la oración conocida como Shemá Israel. Además, un gran secreto concerniente al Tetragrámaton (Iúd Hé Vav Hé) y Ado-nái, es revelado. Es declarado que:

El Iúd Hé Vav Hé es el secreto del blanco, en tanto que Ado-nái es el secreto del azul, combinando así la misericordia y el juicio.

Cuando uno lee el Tetragrámaton, realmente pronuncia la palabra Ado-nái. Esto indica una unión entre el Mundo Superior de la Misericordia (Iúd Hé Vav Hé) y el Mundo Inferior del Juicio (Ado-nái)

Conforme a esto, nosotros mitigamos ahora la fuerza del Juicio en el mundo por medio del dulce perfume de la Misericordia, eliminando de ese modo los decretos severos.

En el ítem 256, el poder de los 72 Nombres es encendido junto con el poder de la vida y la inmortalidad, significado por el número dieciocho (que es el valor de la palabra hebrea Jái  חי  que significa vida).

Los 72 Nombres liberan 72 diferentes influencias espirituales en el mundo, entre ellas:

El poder de la mente sobre la materia  וול         

La aniquilación de la muerte  נית      

La creación de un orden a partir del caos  יבמ

Amor incondicional por nuestro prójimo  ההע

La fuerza de la conciencia y la certeza para que no dudemos o nos volvamos escépticos de todos estos beneficios  ערי

El ítem 257 habla otra vez del ángel conocido como Metatrón y la Sefirá de Iesód. Por medio de estas palabras, el proceso de envejecimiento es detenido mientras que el concepto y la verdad de la inmortalidad y la eterna juventud es estampado en nuestra conciencia.

La revelación completa de la Luz que acompaña la observancia de los 613 preceptos y la perfección espiritual nos ayudan a alcanzar un brillante resplandor aquí.

En los restantes segmentos de este pasaje, muchos misterios profundos son expuestos. El número trece es mencionado. El valor numérico de la palabra hebrea para uno  אחד  (Ejád) es trece. El valor numérico de la palabra hebrea para amor  אהבה  (Ahavá) es también trece. Y trece es el valor numérico de la palabra hebrea para preocupación  דאגה  (Deagá).

Así, aprendemos del Zóhar que si un individuo se preocupa realmente por otra persona, entonces amará incondicionalmente a esa persona ¡y entonces ellos son uno!

Esta maravillosa pero sencilla percepción espiritual engendra amor y unión entre todos los seres humanos.

El número 32 mencionado en el Zóhar significa las 22 letras hebreas y las diez Sefirót. Y 45 se refiere a Adám, nuestra raíz y fuente. Así el poder espiritual entero de las letras y el espectro completo de la Luz que resplandece a través de las Sefirót ilumina nuestra alma y la de toda la humanidad.

Todos estos beneficios magnificentes, impresionantes, son rasgos comunes de la era del Mesías, la cual amanece ahora delante de nuestros ojos (apropiadamente: por medio del poder de nuestros ojos) cuando les permitimos estudiar detenidamente las palabras sagradas inscritas en estas páginas.

(Zóhar Pinjás)



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