LAS VISIONES DE
IEJEZKÉL (Ezequiel) sobre METATRÓN
Raäiá Mehemená (el Pastor Fiel) nos
habla acerca de las diez visiones que Iejezkél (Ezequiel) tuvo de Metatrón, y
oímos mucho acerca del significado del color azul y por qué es tan importante
en el Tzitzít y el Talít. Por medio del significado sagrado numérico de muchas
palabras y letras somos conducidos a través de una explicación del trono y la
piedra de zafiro y los seis peldaños y las cuatro bestias y las cuatro caras.
Se nos dice que Metatrón incluye todas las etapas hacia abajo desde arriba y
hacia arriba desde abajo.
La descripción del Zóhar de la
visión de Iejezkél levanta nuestra alma al abrazo protector de la Shejiná (la
Presencia Divina) revelando el esplendor completo de la Luz que brilla desde
las diez Sefirót.
El nombre angélico de Metatrón, se
nos dice, oculta la palabra hebrea para vida (Jet Iúd, חי pronunciadas
“Jái”) cuyo valor numérico es dieciocho.
El número 18 es alcanzado a través
de las dos letras hebreas “Tet” ט (letra 't' en español) que aparece en el nombre
Metatrón. La letra hebrea Tet tiene valor numérico de 9. Así, las dos “Tet” =
dieciocho (nueve + nueve = dieciocho).
Además, Metatrón, como hemos
aprendido en pasajes anteriores, personifica el concepto de la restauración de
la juventud y la inmortalidad. Así, el poder de la vida, la inmortalidad y la
inversión del proceso de envejecimiento permea las células y alma de nuestro
cuerpo. Esta fuerza indestructible de vida fluye a través de nosotros desde la
Sefirá (dimensión) de Iesód. Cuando ésta llena nuestro ámbito material, el Ángel
de la Muerte y las fuerzas del caos son desterrados de la existencia.
En el ítem 250, se dice que un
hombre poderoso, sabio y rico es uno que tiene el poder para vencer a su ego,
es espiritualmente sabio y es rico con las herramientas que se necesitan para
triunfar sobre su lado negativo. Por consiguiente, el poder kabbalístico, la
sabiduría y la riqueza nos son otorgados en gran medida, asegurando respuestas a
todas nuestras oraciones por la paz, la prosperidad y la felicidad eterna.
El Zóhar continúa para explicar en
el ítem 252 que Maljút -nuestro mundo está significado por el color azul, como
lo es Metatrón, y corresponde al objetivo definitivo: la perfección de toda la
Creación. Esta llama azul celestial ahora lava toda nuestra existencia cuando
la perfección final es consumada por los ojos mismos que se recorren estos
versículos celestiales.
También aprendemos que este color
azul cósmico se correlaciona con “la llama azul en una vela ardiendo, que
consume las partes grasas de las ofrendas ígneas”. En consecuencia, los fuegos
de los antiguos sacrificios son encendidos y puestos en llamas en este pasaje también.
La Luz de curación asociada con la enfermedad cardíaca resplandece. Las grasas
mortales que obstruyen las arterias son quemadas. Nuestra sangre es purificada.
La ira y otras emociones negativas son extraídas de nuestros corazones e
hígado. Como con todos los pasajes del Zóhar, podemos también meditar para
compartir esta llama azul de curación con todos aquellos que sufren dolencias
cardiovasculares y hepáticas. Nuestra acción de compartir quema todas las
fuerzas negativas y malignas del mundo, despejando el camino para la curación
final de la humanidad.
Además, Israel corresponde al corazón
humano, mientras que las otras naciones del mundo corresponden a la anatomía
humana. Así, las arterias espirituales —las relaciones entre Israel y todas las
naciones son enriquecidas cuando los bloqueos negativos y los puntos de
conflicto son erradicados, creando la abertura para la paz mundial y la armonía
global.
El ítem 253 asocia el color azul con
la piedra de zafiro. “Quien hereda esta piedra”, declara el Zóhar, está
protegido de los fuegos del Infierno. Esta protección nos es otorgada ahora.
Los fuegos del Infierno son extinguidos eternamente por el poder de la Luz azul
y nuestra lectura contrita de estos versículos.
Meditar sobre los ítems 254 y 255
nos escuda de los seres negativos que moran en otros mundos y de las flamas
incandescentes en el Infierno. Las 248 partes de nuestro cuerpo y alma reciben
la Luz de Curación que resplandece de la oración conocida como Shemá Israel.
Además, un gran secreto concerniente al Tetragrámaton (Iúd Hé Vav Hé) y Ado-nái,
es revelado. Es declarado que:
El Iúd Hé Vav Hé es el secreto del
blanco, en tanto que Ado-nái es el secreto del azul, combinando así la
misericordia y el juicio.
Cuando uno lee el Tetragrámaton,
realmente pronuncia la palabra Ado-nái. Esto indica una unión entre el Mundo
Superior de la Misericordia (Iúd Hé Vav Hé) y el Mundo Inferior del Juicio (Ado-nái)
Conforme a esto, nosotros mitigamos
ahora la fuerza del Juicio en el mundo por medio del dulce perfume de la
Misericordia, eliminando de ese modo los decretos severos.
En el ítem 256, el poder de los 72
Nombres es encendido junto con el poder de la vida y la inmortalidad,
significado por el número dieciocho (que es el valor de la palabra hebrea Jái חי que significa vida).
Los 72 Nombres liberan 72 diferentes
influencias espirituales en el mundo, entre ellas:
El poder de la mente sobre la
materia וול
La aniquilación de la muerte נית
La creación de un orden a partir del
caos יבמ
Amor incondicional por nuestro
prójimo ההע
La fuerza de la conciencia y la
certeza para que no dudemos o nos volvamos escépticos de todos estos beneficios ערי
El ítem 257 habla otra vez del ángel
conocido como Metatrón y la Sefirá de Iesód. Por medio de estas palabras, el
proceso de envejecimiento es detenido mientras que el concepto y la verdad de
la inmortalidad y la eterna juventud es estampado en nuestra conciencia.
La revelación completa de la Luz que
acompaña la observancia de los 613 preceptos y la perfección espiritual nos
ayudan a alcanzar un brillante resplandor aquí.
En los restantes segmentos de este
pasaje, muchos misterios profundos son expuestos. El número trece es
mencionado. El valor numérico de la palabra hebrea para uno אחד (Ejád) es trece. El valor numérico de la palabra
hebrea para amor אהבה (Ahavá)
es también trece. Y trece es el valor numérico de la palabra hebrea para
preocupación דאגה (Deagá).
Así, aprendemos del Zóhar que si un
individuo se preocupa realmente por otra persona, entonces amará
incondicionalmente a esa persona ¡y entonces ellos son uno!
Esta maravillosa pero sencilla
percepción espiritual engendra amor y unión entre todos los seres humanos.
El número 32 mencionado en el Zóhar
significa las 22 letras hebreas y las diez Sefirót. Y 45 se refiere a Adám,
nuestra raíz y fuente. Así el poder espiritual entero de las letras y el
espectro completo de la Luz que resplandece a través de las Sefirót ilumina
nuestra alma y la de toda la humanidad.
Todos estos beneficios
magnificentes, impresionantes, son rasgos comunes de la era del Mesías, la cual
amanece ahora delante de nuestros ojos (apropiadamente: por medio del poder de
nuestros ojos) cuando les permitimos estudiar detenidamente las palabras
sagradas inscritas en estas páginas.
(Zóhar Pinjás)
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