DI-S: MÁS ALLÁ DEL ÉN SÓF
Él es el más antiguo de los
antiguos. El misterio de los misterios; el más desconocido de los desconocidos....Por
el conocimiento de sus obras, alcanzamos una débil comprensión de su ser. Di-s
es el ser infinito, y no se debe mirar ni como el conjunto de todos los otros
seres ni como la suma total de sus atributos. No obstante, sin los atributos y
los beneficios que recibimos de ellos, no seríamos capaces de comprenderlo o de
conocerlo.
“Antes de que Di-s creara una forma
en el Universo, antes de que produjera una imagen, estaba solo, sin figura ni
semejanza con nada. ¿Quién podría comprenderle tal como era antes de la
creación si no tenía ninguna forma?... Pero cuando creó la imagen del hombre ideal
(denominación de las Sefirót en su conjunto) se sirvió de ella como de una
Merkavá (carroza) para descender. Quiso ser nombrado bajo esta figura, y a ella
corresponde el santo Tetragrama. Quiso ser nombrado según sus atributos, según
cada uno de ellos en particular, a saber: Di-s de Gracia, Di-s de Justicia,
Todopoderoso, Tze-vaót y Ser. De ese modo, quiso dar a conocer sus cualidades y
mostrar cómo su gracia y su misericordia se extienden a la vez sobre el
universo y sobre los actos; pues, si no hubiera derramado sus luces sobre todas
sus criaturas, cómo podríamos conocerle. Así pues, cada imagen bajo la cual nos
lo imaginamos designa solamente su imperio sobre tal o cual orden de las
criaturas. Cuando se le despoja de todo esto, no hay en Él ningún atributo, ninguna
semejanza, ninguna forma”.
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