miércoles, 25 de julio de 2018

ANTE LA DUDA: ATIK IOMIN


ANTE LA DUDA: ÄTTÍK IOMÍN

Se dice que antes de que Ämalék llegase a los israelitas, estos tenían duda; en el sentido literal el verso dice: “¿Está con nosotros la Luz del Creador o no?”. Incluso aunque los israelitas se encontraban en una posición en la que habían recibido tanto y donde los milagros eran muy claros para ellos, seguían preguntando “¿Dónde está la Luz?” y por ello se abrieron a recibir todo tipo de negatividad.

Rashi, el gran comentarista bíblico, explica que existen dos tipos de certeza entre las personas espirituales y es muy importante entender y darnos cuenta de cuán diferente son estos niveles entre sí y las consecuencias que tiene cada uno:

Para el primer grupo de personas, incluso para aquellos que tienen certeza, la única forma de conocer y de conectarse con la Luz del Creador es cuando reciben. Cuando no están recibiendo bendiciones o sustento, incluso la esencia de la existencia de la Luz del Creador se marcha de sus conciencias. Su certeza depende del recibir. En este nivel de conciencia ellos no tienen la habilidad de tener certeza de que la Luz del Creador los asistirá. Este estado, el cual es el estado de la mayoría de las personas, incluso de personas espirituales y conectadas, está asociado con Zéër Anpín, que en arameo significa “rostro pequeño” o Mojín DeKatnút - “conciencia pequeña”.

El segundo es el nivel que debemos esforzarnos por alcanzar. En este nivel una persona está conectada con la Luz del Creador y ve la Luz de manera tan clara todo el tiempo y sabe con certeza que en todo momento todas las cosas, todo el sustento y todas las bendiciones, provienen de la Luz del Creador. En este nivel, la persona está conectada con lo que se conoce como Ättík Iomín (“El anciano de días” o Mojín DeGadlút - “conciencia grande”.

Rav Ashlag dice que estos nombres, Zéër Anpín y Ättík Iomín (“El anciano de días”), no se refieren al Creador quien nunca cambia, sino al nivel de conexión y de conciencia del individuo. Si te encuentras en el primer grupo, en el cual desafortunadamente se encuentra la mayoría de las personas, entonces tienes esa conciencia y por ello tu “Creador” es Zéër Anpín, el rostro pequeño. Pero cuando tienes claridad todo el tiempo y ves la Luz del Creador en todas las cosas, entonces estás conectado con el estado de conciencia llamado Ättík Iomín, (“El anciano de días”). Una persona con la conciencia de Ättík Iomín sabe (no es que le gustaría saber o le gustaría tener certeza, sino que está seguro) que la Luz del Creador puede crear milagros en cualquier momento, incluso en un lugar de gran peligro.

Es muy importante que entendamos lo anterior: sólo puedes atraer las cosas desde donde estás conectado. No puedes vivir toda tu vida en el plano de Zéër Anpín, donde tu certeza depende de lo que recibes, y pensar que atraerás milagros de Attík Iomín, el cual es un estado más elevado. Las cosas no funcionan de esta manera. Sólo puedes atraer aquello que proviene del nivel al cual estás conectado.

De modo tal que, los que estamos en el primer grupo nos encontramos en un gran peligro, ya que la certeza depende de lo que ocurre en el exterior. En ese caso estamos conectados con el plano de Zéër Anpín únicamente, el nivel en el cual la Luz del Creador es disminuida, y en donde estamos deteniendo los milagros. Esto quiere decir que todos nosotros, y cada día, al grado en que todavía estemos conectados únicamente con plano de Zéër Anpín, detenemos los milagros y evitamos que ocurran, porque nuestra certeza depende de lo que vamos a recibir.

¿De dónde provienen los milagros? Los milagros provienen del individuo que está conectado con el plano de Ättík Iomín, ese plano más elevado de certeza que no depende de lo que recibas en ese momento, o estar en un estado en el que recibir no es ni siquiera posible. Tienes que recordar esta frase: “Del lugar en el que se encuentran tus pensamientos y tu conciencia es de dónde atraes las cosas”. Los milagros no provienen del plano de Zéër Anpín, los milagros provienen del plano más elevado de Ättík Iomín, (“El anciano de días”). Pero para poder atraer milagros necesitas estar viviendo en ese plano.

Recuerda que sólo puedes atraer las cosas desde el plano al cual estás conectado. Si estás conectado al nivel en el cual tu certeza es pequeña, el plano llamado Zéër Anpín, entonces sólo podrás atraer cosas desde ese plano. Pero si estás conectado con la certeza ilimitada, atraerás las cosas desde un lugar de milagros ilimitados. Ésta es una enseñanza hermosa y muy poderosa.

Por ende, en relación con regresar a donde comenzamos, cuando los israelitas cayeron y preguntaron: “¿Está el Creador con nosotros o no?”, el Zóhar dice que lo que ellos en realidad estaban preguntando era: “¿Dónde se encuentra nuestra conciencia? ¿Está en Zéër Anpín, la conciencia limitada y dependiente? O ¿Está en la certeza de Ättík Iomín?”. Y sólo si te mantienes constantemente en la conciencia de la certeza ilimitada de Ättík Iomín es que estás fuera de la negatividad, de la posible oscuridad de este mundo. 


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