miércoles, 11 de julio de 2018

LEÓN DE JUDÁ


LEÓN DE JUDÁ

El León de Judá es el símbolo de la Tribu de Judá y tiene su referente en el Libro de Bereshít/Génesis, en la Torá. Según la tradición hebrea, provenientes de esta tribu eran los ancestros de David, segundo monarca del reino unido de Judá e Israel.

De acuerdo con la tradición judía, el iniciador de la Tribu de Judá fue uno de los hijos de Jacob, llamado precisamente Judá (en hebreo, Iehudá), siendo el propio Jacob quien le otorgó a Judá simbólicamente un león al bendecirlo y llamarlo: “Cachorro de león es Judá” (Bereshít/Génesis 49:9). Gur Ariéh (hebreo:  גּוּר אַרְיֵה  - “Cachorro de león”).

Como símbolo, el león tiene correspondencias con el oro (sol subterráneo) y con el sol mismo, mientras que la relación entre el sol y el león encuentra ya expresión en las culturas de la Antigüedad y persiste luego desde la Edad Media en adelante. Rey de los animales y poseedor de la fuerza, el león es símbolo de dignidad y victoria, así como también de lucha perpetua y exaltación de la virilidad. Dado que, en su poder y justicia, Di-s es como un león, la Tribu de Judá es, por carácter transitivo, comparada a su vez con un león. A través del nombre “Ariel” (León de Di-s), en el idioma y cultura judía, la ciudad de Jerusalén es asociada al rey David, quien según la tradición bíblica pertenecía a la Tribu de Judá. Consecuentemente, con el correr de los siglos, el León de Judá llegó a convertirse en símbolo de Jerusalén, siendo adoptado y representado tanto por las comunidades judías de Israel como por aquellas otras que viven en otras partes del mundo.


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