JANUKÁ: EL PODER DE LOS MILAGROS
En los tiempos del reinado del
Imperio Griego, el Santo Templo fue profanado, y a los israelitas se les
prohibió estudiar espiritualidad. El día 25 de Kislév (Sagitario), la guerra
llegó a un final repentino, con una victoria de los israelitas liderados por
los Macabeos. Ese día, un pequeño frasco de aceite puro que pertenecía al sumo
sacerdote, fue encontrado y utilizado para encender la menorá. El aceite utilizado,
debía durar un sólo día, pero ardió durante 8 días.
Los kabbalístas de ese tiempo
descubrieron que durante esos ocho días, el universo fue infundido con el poder
de los milagros, lo que permitía una
conexión con los mundos superiores. A través de la Kabbaláh entendemos que la
poca probable derrota de un ejército, no fue el resultado de la potencia militar
de los israelitas, sino más bien, fue el resultado de la revelación del poder
del Creador, una ráfaga de Luz que liberó a los israelitas de la opresión en
esta fecha señalada del calendario.
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