martes, 12 de diciembre de 2017

TZADIKÍM NISTARÍM - צדיקים נסתרים



TZADIKÍM NISTARÍM  -  צדיקים נסתרים

En este mismo instante hay un mínimo de 36 hombres Santos viviendo entre nosotros, quizás sea el señor que recoge la basura, la moráh que enseña a los niños, el conserje de la sinagoga, o el vigilante de un edificio de oficinas, la esposa de un comerciante o el Rabino de una comunidad, lo cierto es que no conocemos sus nombres, ni donde viven, ni quiénes son, pero si no fuera por ellos (todos ellos, incluso si uno de ellos había desaparecido) el mundo llegaría a su fin, pues es por sus méritos que sostiene el mundo.
Incluso enseña la tradición que sus identidades no se conocen entre sí y que, si uno de ellos logra de la realización de su verdadero propósito, entonces puede morir y su función es asumida de inmediato por otra persona.

Ellos son conocidos como los “36 Tzadikím ocultos” los Tzadikím Nistarím, y es uno de los conceptos más arraigados en la Kabbaláh, pero ¿Cúal es la base de esta creencia? La hallamos en el Talmúd, en el Tratado de Sukkáh 45b:

“El mundo no tiene menos de treinta y seis hombres justos que reciben la Divina Presencia todos los días, pues se dice: “Dichosos los que esperan  לו  lo [para él]” y el valor numérico de “lo” es de treinta y seis.”

Pero también en nuestros libros sagrados se dice que cada generación tiene en realidad un mínimo (puede haber más) de 72 hombres santos, 36 viven en Israel, y 36 viven fuera de Israel, dispersos como están en toda la diáspora, 36 son ocultos y 36 son revelados.

Los Tzadikím Nistarím poseerían un tipo de santidad especial, mayor que sus pares “públicos o revelados”, y que no es aparente, en algunos casos incluso para él mismo. En otros casos el Tzadík Nistarím guarda celosamente sus actos de bondad de la vista pública, llegando a aparentar que es una persona ordinaria, o incluso malvada. Este carácter encubierto del Tzadík en el judaísmo se traduce en la enseñanza de que todo hombre debe ser respetado, ya que aunque aparente ser malvado, bien puede tratarse de una persona de bien en su interior, un Tzadík.

Nadie sabe quién es un Tzadík oculto, incluso ellos mismos, no saben que son un “Tzadík Nistár”, y no tienen conocimiento de unos a otros… pues cada miembro de Israel (no la nación laica, sino la conciencia de Unicidad) debe actuar como si él o ella fuera uno de ellos, es decir, llevar una vida santa y humilde y orar por el bien de los seres humanos.

También se dice que uno de los 36 podría ser el Mesías si el mundo está listo para que se revele. De lo contrario, vivirá y morirá como una persona común. Ahora si la persona sabe que son los potenciales Mesías es objeto de debate.

En muy raras ocasiones, uno de ellos es “descubierto” por accidente, en cuyo caso el secreto de su identidad no debe ser divulgada. Como es el caso del Comerciante de Varsovia, que reveló grandes aspectos ocultos de la Torá a nuestro maestro Rabí Yehudá Ben Simjá Z´´L, de quien no sabemos su nombre ni conocemos su identidad.

De hecho, la tradición dice que si una persona demanda ser uno de los 36, es una prueba positiva de que ciertamente no es uno. Pues la änaváh, "humildad", virtud de un Tzádik oculto, se opone contra la auto-proclamación de ser uno de los justos especiales. Los 36 son simplemente tan humildes para creer que ellos son uno de los 36.

En algunos cuentos jasídicos, los discípulos consideran a sus Rebbes y otras figuras religiosas como uno de los “Tzádik Ocultos”, pero son los discípulos los que especulan.


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