SHEM 66 - RESPONSABILIDAD
- מנק
Vocalización: Menaq (Moshé Cordovéro); Me/Nu/Qo (A. Abulafia).
Valor numérico: 190
Ángel portador del Nombre: Manakel. Valor numérico: 221
“Ama HaShem las puertas de Sión más que todas las moradas de
Yaakov”.
(Tehilim/Salmos 87:2)
“No me abandones HaShem mi Di-s no te alejes de mí”.
(Tehilim/Salmos 38:22)
Significado: Estructura numérica: Mem-Nun-Kuf suma 190.
Otras palabras del mismo valor: Kenaán (Canaán), Tzéla, (lado, costado o
costilla), Neelám (oculto, escondido). Por otra parte, 190 (además de ser
obviamente 19 × 10) es la suma de los 19 primeros números (1 + 2 + 3 + ... +
19). Palabras de guematria 19 son, por ejemplo: Javáh (Eva), Oyév (enemigo,
adversario), Iyov (Job), Ijud (síntesis). Aunque es imposible desarrollar todo,
en lo que sigue utilizaremos algunas de estas relaciones.
Mem-Nun-Kuf canaliza la energía de Biná de Yesod. Está
particularmente relacionado con el sendero 32 (Yesod/Maljut) del Árbol de la
Vida, tradicionalmente considerado bajo la regencia de Saturno. Sabemos que
todo lo que sucede en Maljut se manifiesta previamente en el entramado
yesódico, a su vez reflejo de la acción causal del resto de las sefirot.
Nosotros existimos en todos los planos. Esto elimina el azar de nuestras vidas.
La luz de este Nombre nos enseña que todo lo que nos sucede, sea “bueno” o
“malo”, es el resultado significativo de una cadena que, además, nosotros
mismos hemos puesto en movimiento, por nuestros actos en este plano o por
nuestras elecciones en otros planos (decisiones de nuestra naturaleza
superior). Podemos utilizar como hipótesis de trabajo el que todo lo negativo
que nos acaece es la consecuencia de acciones u omisiones negativas que hemos
cometido en un pasado más o menos remoto (en esta o en otras vidas). Esto es lo
que llamaríamos causalidad ordinaria o inferior. Cierto es que también existen
designios superiores (divinos) con alguna finalidad que sólo Di-s conoce (está,
por ejemplo, el libro de Iyov/Job = 19. Sin embargo, Job alcanza al final el estado
profético y la contemplación directa de Di-s, con lo que su estado de
conciencia es elevado sobremanera). De todas formas, esto no es sino situar el
problema a un nivel más elevado. Hay una tradición que, expresada en términos
antropomórficos, viene a decir que, en todos los casos, Di-s consulta al alma
si está de acuerdo antes de enviarla a la Tierra sabiendo que la va a pasar tal
y tal, a lo cual el alma responde al instante alborozada y agradecida que
acepta, ya que desde el punto de vista espiritual la posibilidad evolutiva que
brinda estar encarnada en la materia no tiene parangón en todos los mundos.
Así pues, lo que cabe es terminar con nuestra mentalidad de
víctima – con la autocompasión y el pobrecito de mí – y, en vez de ello,
alinearnos con el designio de nuestra naturaleza superior, con el que la
energía de este Nombre nos conecta.
Las tres letras son letras de agua: Mem/Agua, Nun/Escorpio,
kuf/Piscis. Nos enseña que la clave está en las emociones, manteniéndonos
centrados, dejando de ser puramente reactivos para decidir con conciencia,
sabiendo que de una respuesta negativa, basada sólo en el deseo de recibir para
mí mismo, no pueden derivarse consecuencias positivas (aunque el bien inmediato
que aparentemente consigo así lo haga aparecer).
Es, pues, muy útil meditar en este Nombre cuando uno se
encuentra en dificultades especiales que no entiende, o cuando se ve sometido a
ataques de autocompasión, o cuando experimenta un torbellino de emociones
negativas, ya sean propias o ajenas, etc. También, en general, para equilibrar
y armonizar nuestra naturaleza emocional. Y para dar sentido a nuestras
experiencias. Y recuperar la paz interior.
Obtenemos otra línea de desarrollo si volvemos al valor
numérico de Mem-Nun-Kuf = 190 = Canaán.
En simbolismo bíblico, Canaán es la Tierra Prometida, la Tierra
espiritual, Biná. Tenemos la dualidad Egipto – Canaán. Egipto es Mitzráim.
Gramaticalmente, Mitzráim es un dual. Por otra parte, sabemos que estas mismas
letras, con otra vocalización, significan límites, fronteras. Canaán representa
el mundo de la libertad y la unidad frente a la esclavitud, la dualidad; el
mundo de la materia cuando nos oprime y es vivida sin conciencia. Así, el valor
numérico de Mitzráim es 380 = 2×190. Egipto y Canaán están en la relación 2 ÷
1.
Así, la luz del Nombre Mem-Nun-Kuf nos libera de nuestra
experiencia de lo material como opresivo conduciéndonos de vuelta a la unidad.
En realidad, este Nombre es un alegato a favor de la
conciencia espiritual en medio de lo físico (representando la forma
espiritual/Biná impresa en el entramado etérico yesódico). Como dice el
versículo de salmos que le corresponde: Di-s ama las puertas de Sión más que
todas las moradas de Yaakov. Podemos explicar el significado de las puertas de
Tzión con otro salmo (9:14-15): “Ten misericordia de mí, Y´HVH; mira mi
aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen, Tú que me levantas de
las puertas de la muerte, para que cuente yo todas tus alabanzas en las puertas
de la hija de Sión, y me goce en tu salvación.” Tenemos la dualidad Puertas de
la muerte-Puertas de la hija de Sión, que son las puertas de la vida.
En realidad, Tzión es Yesod. Tzión = 156 = Yosef, que también
es Yesod = 156 = Óhel Móed, la Tienda de Reunión en el Tabernáculo en el desierto).
En sentido esotérico, las puertas de Tzión se refieren a los centros
psicofísicos, sefirot o chakras. (En otros salmos son llamados Puertas
Eternas).
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