SHEM 50 - LO SUFICIENTE NUNCA ES SUFICIENTE - DALET NUN IUD
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SHEM 50 - LO SUFICIENTE NUNCA ES SUFICIENTE - דני
Vocalización: DaNI (Moshé Kordovero);
Da/Nu/Io (A. Abbulaäfia, vocal natural de cada letra).
Valor numérico: 64
Ángel portador del Nombre: Dani´el.
Valor numérico: 95
“Te alabaré, oh HaShem, con todo mi
corazón; contaré todas tus maravillas” (Tehil´lim/Salmos 9:2)
“Clemente y compasivo es el Señor
lento para la ira y grande en misericordia” (Tehil´lim 145:8)
Significado: Biná de Nétzaj:
Victoria manifestándose mediante el Entendimiento (intelecto superior;
inteligencia activa, creativa). Victoria a través de la comprensión de los
problemas, las situaciones. Palabra que brota del entendimiento profundo. Palabra
inspirada. Dalet-Nun-Iud = 64 (8 elevado al cuadrado = 4 elevado al cubo = 2
elevado a la sexta) = Nevuá = profecía (por ejemplo, el profeta Daniel). Se
dice que este Nombre confiere elocuencia y alto poder de convicción, pero
hablando con elegancia y belleza. También implica una actitud mental
decididamente positiva: nos da la energía y motivación para conseguir
plenamente nuestro objetivo, un objetivo que entendemos que necesitamos
verdaderamente. Primero, es esencial creer que es posible. La luz del Nombre y
el influjo de su ángel nos ayudan a diferenciar lo posible de lo imposible.
Significa que podremos dilucidar con mente clara cuál de nuestros sueños o
aspiraciones es verdaderamente constructivo y posible de materializarse, frente
a aquél o aquellos que son una pérdida de energía. Pero una vez visto el
objetivo hay que perseguirlo hasta alcanzar el 100%, hasta la Victoria. El
Nombre nos da la energía para ello. Normalmente si no alcanzamos es porque
abandonamos, nos distraemos.
El aspecto de juicio que el Nombre
posee (Din significa juicio) consiste en tener la concentración y persistencia
necesarias. También la luz del Nombre nos da la capacidad de decisión, la
inspiración para que los indecisos puedan determinarse. Respecto a la Nevuá -
profecía - citada antes, hay que tener en cuenta la luminosidad de este Nombre,
representativo de la potencia formativa (Biná) de la luz astral (Nétzaj). Y la
profecía de Dani´el se expresa fundamentalmente mediante imágenes y visiones.
64 es el valor de Nóga, que es el
nombre del planeta Venus (Nétzaj) en hebreo (correspondencia con letra Dálet,
1ª del Nombre) y del cielo beriiiático de Nétzaj, y que tiene el significado
general de resplandor. El resplandor de la Luz, aunque no la Luz en sí. En la
visión de Ezequiel aparece rodeando a la figura del Adám sobre el Trono, de sus
lomos para abajo, mientras que de sus lomos para arriba se tiene la luz del
Jashmal, el silencio hablante, que representa un nivel superior de profecía (y
en la Biblia canónica judía el libro de Daniel no está incluido en los
Profetas, sino en los llamados ‘Ketuvim’ (Escritos), precisamente por eso,
porque su profecía se expresa mediante visiones simbólicas que han de ser
interpretadas). Directamente, el Nombre nos pone en conexión con lo Divino, nos
abre sus puertas. Dálet significa Puerta. Nun es una letra de Biná (las 50
puertas del Entendimiento). Iud es una letra de Jojmá. Si se añade Alef, Kéter,
la conexión con el Espíritu omniabarcante, obtenemos el Nombre A-DoNaI.
El número de Daniel (95), es Malká,
la Reina (Shejiná). Por tanto, conexión con los Supremos, pero manifestación o
materialización en Maljut. También Podé = 95 = Redentor, Libertador. Ninguna
situación es definitiva. Todo puede ser perdonado. Y transformado. Mediante las
aguas de la misericordia y la compasión. Perdón. Consuelo. Dani´el = 95 = HamMáim
= las aguas. Porque Daniel literalmente
significa el Juicio de Di-s. Pero se trata de un juicio cuya esencia es
misericordia. Cuando, tras el pecado del becerro de oro (la ilusión
existencial), Moshé pide conocer los designios divinos (Shemot/Éxodo 33:13), es
decir, el funcionamiento interno de la Providencia (naturaleza de la profecía),
Di-s le responde que no puede conocer su esencia, pero le manifiesta la acción
divina en el mundo, regida por lo que se conoce como las trece medidas de la misericordia
(Shemot 34:6-7):
“IHV´H descendió en la nube y estuvo
allí con él y proclamó el Nombre de IHV´H. Y pasó IHV´H por delante de él y
clamó: IHV´H IHV´H É´L Rajum VeJannún
Érej Appáim VeRav-Jésed VeEmet Notzer Jésed LaAlafim Nosé Avón VaFésha VeJattáa
VeNakké...
IHV´H IHV´H Di-s compasivo y
gracioso, lento de iras y abundante en misericordia y verdad; mantiene la
misericordia a los millares, perdona la maldad y la rebeldía y el pecado y
limpia (absuelve)...”
El mundo existe por la misericordia
(pues su esencia es un regalo), pero precisa de la severidad (límites) para
subsistir. Sin embargo, la propia aplicación del rigor es misericordia. Érej Appáim:
Di-s es tardo en la cólera (necesaria según el principio de la acción y
reacción) para dar ocasión al arrepentimiento (corrección, retorno). El juicio
divino no es condenatorio, sino evaluatorio, encaminado a la corrección para
llevar a todo por el sendero más sabio al cumplimiento del divino plan: el
Pensamiento de la Creación de dar a todas las criaturas hasta el máximo de su
capacidad. Frente al posible fatalismo de un Biná mal entendido, la victoria de
Nétzaj. Siempre hay esperanza. Todo puede ser corregido, rectificado,
perdonado. Por encima del rigor del Juicio, está la Misericordia. Trabajos,
entre otros, a realizar con la meditación de este Nombre:
1) Transmutar el juicio en
misericordia mediante el entendimiento.
2) Irradiar la cualidad de la compasión
asumiendo ‘Las Trece Middot’.
3) Toma de decisiones. Fijar
nuestros objetivos y perseguirlos.
4) Conectar con nuestro intelecto
superior.
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