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Vocalización: PeVI (Moshé Kordovero);
Pe/Va/Io (A. Abbulaäfia, vocal natural de cada letra).
Valor numérico: 96
Ángel portador del Nombre: Poi´el.
Valor numérico: 127
“Porque HaShem tiene contentamientos
en Su pueblo; hermoseará a los humildes con la salvación” (Tehil´lim/Salmos
149:4)
“Sostiene HaShem a todos los que
caen y levanta a todos los que son derribados” (Tehil´lim 145:14)
Significado: Iesod de Nétzaj.
Entramado instintivo y emocional, quizá subconsciente. Pe es boca; Vai, es una
expresión de dolor (¡ay!). El Nombre significa sacar a luz lo que está dentro
de nosotros, quizá nuestras verdaderas motivaciones; descargar nuestro subconsciente.
De hecho la raíz Vav-Iud-Dálet, significa confesar, y Pe, como decimos es boca.
Hacer Viddui es confesar las culpas en el sentido convencional del término. Por
otra parte, Pe es la letra del sendero entre Guevurá (Marte) y Hod (Mercurio),
lo cual refuerza el significado anterior. Citando de El Camino del Árbol de la
Vida, a propósito de la letra Pe:
“Llega un momento que la conciencia
espiritual se halla tan embotada que no podemos reconocer el poder de las Kelippot
[las Cáscaras; nombre que se da a las fuerzas de la negatividad] sobre las
estructuras de la personalidad. Se manifiesta en toda serie de pensamientos
negativos, temores inconscientes, preocupaciones, estados de depresión,
ansiedad, conducta compulsiva, reacciones incontroladas, dependencias y adicciones.
A veces la persona se aferra a un conjunto de ideas profundamente erróneas
sobre sí y el mundo, o a unas pasiones – poder, sexo, dinero – que le dominan
por completo, sin que eso le suscite el más mínimo problema. Tan acostumbrados
estamos a ese estado de cosas que lo consideramos completamente normal. Estamos
instalados en la autocomplacencia y en la comodidad y, creyéndonos reyes, somos
víctimas.
Con la caída del hombre [Nefilá; ver
el versículo del salmo 145], éste, en vez de ser dueño de su lenguaje – su más
preciado instrumento – es poseído por él. Esta es la espada del Kerúv, la que
daba vueltas (Hamithapéjet; de la raíz He-Kaf-Pe) – la rueda del pensamiento
que gira sobre sí misma sin fin – para bloquear el camino al Árbol de la Vida e
impedir el acceso de la negatividad al dominio de la Kedushá [Santidad. Nombre
que se da a la energía positiva] y este conocimiento es fundamental, porque al
mismo tiempo la verbalización es la parte de nosotros mismos a la que tenemos
acceso y sobre la que podemos actuar. Todo nuestro psiquismo inconsciente debe
hacerse lenguaje consciente, e incluso palabra expresada y exteriorizada. Esta
es la base de muchas técnicas de psicoterapia (psicoanálisis, etc.) y también
de meditación, como la Hitbodedut de Rabbí Najmán de Breslov, que consiste en
expresar en diálogo interior todo nuestro psiquismo ante Di-s. También la
confesión es un ingrediente esencial del arrepentimiento o Teshuvá, palabra que
en hebreo significa Retorno y que, en esencia, se refiere al retorno del alma a
su fuente en Biná, que es su auténtica terapia y su verdadera cura. Es
necesario pasar por el subconsciente para alcanzar el superconsciente. De
hecho, ambos están conectados; corresponde al sendero Iesod-Nétzaj (una de las
resonancias de este Nombre). Después de la confesión y la descarga podemos
acceder a la comunicación con el superconsciente (también Vav es Tiféret y Iud
Jojmá y Maljut, las sabidurías superior e inferior. Pé es comunicación). El
Nombre Pe-Vav-Iud se usa así para la guía interior. Su valor numérico es 96 (Pé
80, Vav 6 y Iud 10), el mismo que la expresión Sod IHV´H = 70 + 26 = 96). Sod
es “secreto”, pero también significa “intimidad” y “consejo”. Así, encontramos
el versículo de Salmos 25:14: “Sod IHV´H Lireav Ubritó Lehodiäm”, que se
traduce como: “El secreto (o Consejo) de HaShem es de quienes le temen y a
ellos hará conocer su pacto”, o más literalmente: “El Consejo (o Secreto) de IHV´H
es para los que le temen y su pacto es para hacerles conocer”.
Otro Nombre Divino de valor 96 es E´l
Ado-nai, que según la tradición rige sobre el mundo de Äsiá, el plano
físico-etérico. Por eso se dice que la luz del Nombre Pe-Vav-Iud, directamente
o por la mediación del ángel Poi´el, concede todo lo que se le pide.
Para obtener guía interna, el
procedimiento concreto sigue la forma usual de meditación que ya tenemos
trabajada: Centración, relajación profunda, visualización en el firmamento de
las letras del Nombre Pe-Vav-Iud (o bien E´l Ado-nai, o incluso Sod IHV´H)
vibrando internamente con fuego blanco e irradiando luz blanca y concentración
en las letras hasta que llenan todo el campo de visión. Entonces formulamos de
la forma más exacta posible la pregunta o el problema sobre el que deseamos guía.
Visualizamos la cuestión con el máximo detalle, tanto en sí misma como en su
contexto, incluyendo imágenes y sonidos si son relevantes, personas
involucradas, etc. Después elevamos la pregunta hasta el Nombre, envolviéndola
con su luz, y quedamos a la espera de la respuesta, posiblemente por medio de
las letras. (Puede ser que uno tenga la sensación de que las letras le hablen,
o que sufran transformaciones en determinado tipo de seres angélicos, o que
simplemente se abran a modo de puerta o cortina que se corre, permitiéndonos
ver más allá). Ésta puede ser inmediata (o incluso producirse durante la misma
formulación. No hay tiempo ni orden lineal en los grados espirituales) o
dilatarse en el tiempo, apareciendo de golpe incluso en días posteriores (o en
un sueño). Como ya hemos dicho, lo más probable es que la respuesta consista en
una inspiración interna, tipo “voz interior”, no muy diferente del propio tren
de pensamientos. También puede tener un alto grado de componente visual. Eso
depende de cómo sea el propio Iesod del individuo. Para concluir, como siempre,
agradecemos y compartimos la luz recibida, siempre canalizando positividad
hacia el entorno. En este tipo de ejercicio es particularmente importante
llevar un registro escrito sobre la experiencia, siendo precisos en cuanto a
contenidos, temporalización, etc. De este modo podemos poner a prueba con
facilidad nuestras inspiraciones internas. Para transmutar estados negativos,
de ira, depresión, ansiedad, descontrol, etc. meditar de la misma forma en el
Nombre Pe-Vav-Iud y llenarse de su luz, de forma que la negatividad desaparece
por su propia incompatibilidad con la luz. Se puede utilizar un recurso:
Primero verbalizar, dando forma precisa y nombre a nuestro estado. Después
hacer una representación o un símbolo, aunque sea la propia palabra que designa
a nuestro estado, proyectar en él toda la carga negativa, e introducirlo en un
hexagrama de luz (la Vav = 6 del Nombre). Sobre él desciende la energía de la
Pé en forma de rayo relampagueante, que al impactar sobre la palabra o símbolo,
produce un estallido de luz. La cáscara cae y la chispa de luz encerrada queda
liberada, convirtiéndose en la semilla del nuevo estado positivo (la letra Iud
del Nombre). Tener en cuenta en todo esto que las letras son Inteligencias:
Conciencias/energías de altísima vibración espiritual, ya que son la plasmación
primera del Pensamiento Divino, que por su intermedio se conforma en Palabra.
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