martes, 16 de agosto de 2016

SHEM 59 – CORDÓN UMBILICAL - HEI RESH JET

SHEM 59 - CORDÓN UMBILICAL -  הרח

Vocalización: HaRaJ (Moshé Kordovero); He/Re/Je (A. Abbulaäfia)

Valor numérico: 213

Ángel portador del Nombre: Haraj´el. Valor numérico: 244

“Mas el Señor fue mi refugio, y mi Di-s la roca de mi amparo”. (Tehil´lím/Salmos 94:22)

“Desde la salida del sol hasta su ocaso es alabado el Nombre del Señor”. (Tehil´lím/Salmos 113:3)

Significado: Una permutación del Nombre es Jet-Resh-Hé, que significa airarse, tener ira, tal como aparece en Bereshít/Génesis 4:6, cuando Di-s le dice a Caín: ¿Por qué estás airado y por qué ha decaído tu semblante? Ciertamente, si obrares bien serás acepto, pero si no obrares bien el pecado se agazapará a la puerta y te tentará, mas tú puedes dominarlo”. En el judaísmo se considera que la ira es la gran puerta de entrada a la negatividad, de modo que dejarse llevar por la ira es similar a la idolatría, como adorar a un ídolo.

Un primer significado de este Nombre de Di-s, Hé-Resh-Jet, es la corrección o tikkún de la ira.  Por otra parte, el valor numérico del nombre del ángel es 244, que coincide con el de la expresión Rúaj kehá, una de las formas de decir depresión. En este caso se refiere al tipo de depresión que es la otra cara de la ira, cuando ésta se reprime y se dirige contra uno mismo, lo cual causa igualmente una desconexión severa de la Luz.

La Luz de este Nombre y de su ángel nos libera de ambos supuestos, cambiando radicalmente nuestra actitud y nuestros modos de reacción. Como Jésed de Hód expresa la irrupción o expresión de la misericordia en la mente, de forma que somos capaces de ponernos en el lugar del otro y, en general, percibimos la acción de la misericordia divina en nosotros y en nuestras vidas. No sólo la reconocemos – percibiendo como pruebas o lecciones muchos de los obstáculos y frustraciones que experimentamos – sino que la aceptamos, aceptamos lo que nos sucede como parte del Divino Plan en nosotros, sintonizamos nuestra voluntad personal (Hód) con la voluntad espiritual (Jésed).

Este Nombre trabaja la conexión entre el plano mental y el plano espiritual, y así, como dice la escuela de Berg, representa el cordón umbilical que nos une constantemente a la energía divina. Antes hemos hablado de la puerta a la negatividad. El Nombre nos abre la puerta en la dirección contraria que es el PENSAMIENTO POSITIVO, que no consiste en la política del avestruz o mirar para otro lado, sino precisamente en abrirse a la luz y adoptar el punto de vista de la luz divina. Lo cual no debe confundirse con debilidad.

La guematria de este Nombre es 213, que también es el valor numérico de la palabra Avír, un Nombre Divino en sí mismo. Significa Fuerte y aparece en el Tanáj varias veces (Bereshít/Gen. 49:24, Tehil´lím/Sal. 132:2, 132:5, Ieshaäiáhu/Isaías 1:24, 49:26, 60:16) en la forma de Avír Iaäkóv (el Fuerte o Poderoso de Jacob) o también Avír Israel. Todo ello indica una conexión particular con Tiféret, el poder que deriva de la conexión espiritual del self, o dicho de otra manera, del Rúaj con la Neshamá. Si hacemos la guematria de, por ejemplo, Avír Iaäkóv, obtenemos 395 (213 + 182), que es justamente el valor numérico de la palabra Neshamá, el alma beriática o espiritual, y también de la palabra HaShamáim, los cielos. Así pues, llegamos a la conclusión de que este Nombre encierra un gran poder espiritual. De él obtenemos también protección y un fundamento firme, tal como expresa los versículos de los salmos que activan el Nombre. O bien, mediante el versículo:

“Y su arco se mantuvo poderoso y los brazos de sus manos se fortalecieron por las manos del Fuerte de Jacob, por el nombre del Pastor, la Roca de Israel”. (Bereshít/Génesis 49:24)


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