SHEM 59 - CORDÓN UMBILICAL - הרח
Vocalización: HaRaJ (Moshé Kordovero);
He/Re/Je (A. Abbulaäfia)
Valor numérico: 213
Ángel portador del Nombre: Haraj´el.
Valor numérico: 244
“Mas el Señor fue mi refugio, y mi
Di-s la roca de mi amparo”. (Tehil´lím/Salmos 94:22)
“Desde la salida del sol hasta su
ocaso es alabado el Nombre del Señor”. (Tehil´lím/Salmos 113:3)
Significado: Una permutación del
Nombre es Jet-Resh-Hé, que significa airarse, tener ira, tal como aparece en Bereshít/Génesis
4:6, cuando Di-s le dice a Caín: ¿Por qué estás airado y por qué ha decaído tu
semblante? Ciertamente, si obrares bien serás acepto, pero si no obrares bien
el pecado se agazapará a la puerta y te tentará, mas tú puedes dominarlo”. En
el judaísmo se considera que la ira es la gran puerta de entrada a la
negatividad, de modo que dejarse llevar por la ira es similar a la idolatría,
como adorar a un ídolo.
Un primer significado de este Nombre
de Di-s, Hé-Resh-Jet, es la corrección o tikkún de la ira. Por otra parte, el valor numérico del nombre
del ángel es 244, que coincide con el de la expresión Rúaj kehá, una de las
formas de decir depresión. En este caso se refiere al tipo de depresión que es
la otra cara de la ira, cuando ésta se reprime y se dirige contra uno mismo, lo
cual causa igualmente una desconexión severa de la Luz.
La Luz de este Nombre y de su ángel
nos libera de ambos supuestos, cambiando radicalmente nuestra actitud y nuestros
modos de reacción. Como Jésed de Hód expresa la irrupción o expresión de la
misericordia en la mente, de forma que somos capaces de ponernos en el lugar
del otro y, en general, percibimos la acción de la misericordia divina en
nosotros y en nuestras vidas. No sólo la reconocemos – percibiendo como pruebas
o lecciones muchos de los obstáculos y frustraciones que experimentamos – sino
que la aceptamos, aceptamos lo que nos sucede como parte del Divino Plan en
nosotros, sintonizamos nuestra voluntad personal (Hód) con la voluntad
espiritual (Jésed).
Este Nombre trabaja la conexión
entre el plano mental y el plano espiritual, y así, como dice la escuela de
Berg, representa el cordón umbilical que nos une constantemente a la energía
divina. Antes hemos hablado de la puerta a la negatividad. El Nombre nos abre la
puerta en la dirección contraria que es el PENSAMIENTO POSITIVO, que no
consiste en la política del avestruz o mirar para otro lado, sino precisamente
en abrirse a la luz y adoptar el punto de vista de la luz divina. Lo cual no
debe confundirse con debilidad.
La guematria de este Nombre es 213,
que también es el valor numérico de la palabra Avír, un Nombre Divino en sí
mismo. Significa Fuerte y aparece en el Tanáj varias veces (Bereshít/Gen.
49:24, Tehil´lím/Sal. 132:2, 132:5, Ieshaäiáhu/Isaías 1:24, 49:26, 60:16) en la
forma de Avír Iaäkóv (el Fuerte o Poderoso de Jacob) o también Avír Israel.
Todo ello indica una conexión particular con Tiféret, el poder que deriva de la
conexión espiritual del self, o dicho de otra manera, del Rúaj con la Neshamá.
Si hacemos la guematria de, por ejemplo, Avír Iaäkóv, obtenemos 395 (213 +
182), que es justamente el valor numérico de la palabra Neshamá, el alma beriática
o espiritual, y también de la palabra HaShamáim, los cielos. Así pues, llegamos
a la conclusión de que este Nombre encierra un gran poder espiritual. De él
obtenemos también protección y un fundamento firme, tal como expresa los
versículos de los salmos que activan el Nombre. O bien, mediante el versículo:
“Y su arco se mantuvo poderoso y los
brazos de sus manos se fortalecieron por las manos del Fuerte de Jacob, por el
nombre del Pastor, la Roca de Israel”. (Bereshít/Génesis 49:24)
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