lunes, 8 de agosto de 2016

53. SIN AGENDA - ננא



53. SIN AGENDA   -  ננא

Algunas veces nos sentimos decepcionados por personas a las que hemos brindado nuestra amistad; con frecuencia nos desilusionamos por circunstancias en las cuales damos mucho de nosotros mismos. Esto ocurre cuando nuestras acciones positivas estuvieron condicionadas a recibir algún beneficio más adelante.

Frecuentemente damos nuestra amistad a otros o les hacemos favores teniendo en mente alguna intención oculta. La amistad que ofrecemos usualmente es condicional, y a veces ni siquiera nos damos cuenta de ello. Queremos algo a cambio. Puede ser reconocimiento social, un préstamo, o algún favor que tal vez en el futuro quisiéramos pedir.

Usualmente nuestras acciones de compartir llevan consigo ciertos cabos atados. Por ejemplo, el nombre de un benefactor es grabado en una placa y se fija en la pared de una recepción. Se ofrece una cena en honor a un benefactor. Se nombra el ala de un hospital con el nombre de un contribuyente caritativo. Esto no es considerado como compartir incondicionalmente. El compartir verdaderamente no conlleva nombres, de manera tal que ni el donador ni donatario tienen idea de quién es el otro. El donante da y punto. Las personas que dan derivan placer a partir del acto anónimo e incondicional del puro compartir, sin esperar nada a cambio, y es entonces cuando reciben todo.

Cuando damos amor incondicional y realizamos acciones genuinas de compartir, el gozo viene del hecho de que damos, no de lo que deseamos obtener a cambio.

Meditación

Las motivaciones de interés personal, los motivos ulteriores y las intenciones ocultas se substituyen por actos puros de amistad, amor incondicional y de dar. A cambio, se verán atraídos a nuestra vida amigos verdaderos y amorosos, la alegría y la satisfacción.

“He aquí el ojo de HaShem sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia”.

(Tehilim/Salmos 33:18) 


No hay comentarios:

Publicar un comentario