EL DÍA QUE HASHEM CREÓ A ADAM
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EL DÍA QUE HASHEM CREÓ A ADAM
Por Kabbalah y Torah en Expansión
El día que HaShem creó a Adam
(Hombre) en la tierra, lo dotó de 248 luminarias en el sentido de inspiraciones
que contenía los detalles de las regiones espirituales más elevadas, אצילות ‘Atzilut’ (“emanación”), dentro de
las cuales se encuentran Sus estatutos, leyes sociales e instrucciones morales.
La función de las ‘Mitzvot’ (“Mandamientos”)
positivos no es sólo capacitar al hombre para vivir en este mundo espiritual,
sino también capacitarlo para vivir en esta tierra como una forma de existencia
secundaria, es decir, בצלם ‘BeTzélem’ (“a imagen”).
Di-s también creó al hombre con 365
tendones correspondientes a las 365 ‘Mitzvot’ negativos.
Cuando Di-s “sopló” el alma de vida
desde las regiones espirituales más refinadas hacia la nariz de Adam, Adam, por
así decirlo, trajo un alma equipada con todos estas ‘Mitzvot’ a esta existencia
terrenal. Estas ‘Mitzvot’ formaron el atuendo del alma de Adam y no faltó ni
uno solo.
Ser culpable de “perder” incluso uno
de todos estas ‘Mitzvot’ es un pecado mortal que resulta en el alma de uno incapacidad
para alcanzar el lugar que le corresponde en las más altas Esferas
Espirituales. La distancia que le faltará a uno para alcanzar su objetivo está
en relación directa con el número de ‘Mitzvot’ que uno no ha cumplido.
Si uno no sólo ha incumplido todas
las ‘Mitzvot’ positivas, sino que incluso se ha vuelto culpable de transgredir
las ‘Mitzvot’ negativas, el resultado es una distancia aún mayor entre el lugar
que ocupa y el lugar que debería haber ocupado en las Regiones Espirituales.
Di-s, en Su gran piedad por Sus
criaturas, ha hecho provisiones bien pensadas para no expulsar totalmente a un
pecador. Por eso estableció el principio de la reencarnación, es decir, la
transmigración o rotación de las almas.
Al permitir que un alma regrese a la
tierra una vez más, se le da una “segunda oportunidad” para rehabilitarse y
recuperar su lugar original en el mundo de los espíritus.
Este principio de transmigración de
las almas se aplica de 3 formas diferentes, correspondientes a los atributos en
que se destacaron respectivamente nuestros 3 patriarcas.
Algunas almas no regresan a la
tierra porque tienen que rehabilitarse por las ‘Mitzvot’ positivas descuidadas
o por las ‘Mitzvot’ negativas que transgredieron cuando estuvieron en la tierra
anteriormente. La única razón por la que regresan a la tierra es para realizar
actos de ‘Jésed’ (bondad) para las personas de sus respectivas generaciones.
La Torá alude a esto en Devarim/Deuteronomio
3:26:
“Pero HaShem se enojó conmigo a
causa de vosotros, y no me escuchó; y HaShem me dijo: ‘¡Basta! No me hables más
de esto’”.
El término עבור ‘Ïbbur’ (“fecundación”) se compara con גלגול
‘Guilgul’ (“reencarnación”) y ambos significan una especie de “transferencia”.
En efecto, Moshé (Moisés) le está diciendo al Pueblo de Israel que su traslado
de este mundo en ese momento y lugar fue por su propio bien. Esto era paralelo
al atributo de חסד ‘Jésed’ en el que sobresalió ‘Avraham Avinu’ (Abraham nuestro
patriarca).
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