LA CONCIENCIA DE LA VASIJA
Por morá BATIA Terapia Kabalista
para Kabbalah y Torah en Expansión
La conexión entre cuerpo y Alma, la
plenitud y completitud se origina siempre desde un nivel de semilla, de
intención. La intención, la conciencia con la que vamos a comenzar desde un
pensamiento hasta pasar a una acción es lo más importante.
Una conciencia pura, con la
intención de ayudar a los demás está plantando la semilla correcta para
conectar con el Alma. Nuestra Alma perdura, es inmortal, tiene continuidad.
Vamos reencarnando a lo largo de muchas vidas, corrigiendo, perfeccionando, experimentando
situaciones y emociones, eventos que nos llevan al punto en el que revelemos
todo nuestro potencial y consigamos tener conexión plena con la Luz del
Creador.
En cada vida hemos tenido un trabajo
espiritual teniendo conciencia del mundo espiritual o sin tenerla. Si se llega
a tener conciencia espiritual se avanza mucho más rápido con ‘Rajamim’
(Misericordia) y sabiduría, ahorrándonos dolor y sufrimiento generados por
nosotros mismos (Tikkún) a través de la corrección con rigor.
El cuerpo entonces, debe estar a las
órdenes del Alma, es el vehículo para realizar el trabajo en el plano físico.
El Alma goza con la sabiduría de la Torá, con los Secretos del Cielo revelados,
es el alimento que nutre todos los Mundos. El Alma desea el completo porque es la
mayor felicidad, la unidad con el todo. El ser consciente de que es Di-s mismo
viviendo en todo su Ser.
El deseo por la Luz del Creador
convierte a la vasija en el receptor idóneo para la misma, ya que por el deseo
tendrá la fuerza para transformarse. En el plano físico la vasija debe cumplir
su función, ser deseo, cuando no tiene Luz por sí misma en Maljut. En el
proceso de cambio interno este deseo por recibir tiene que ir avanzando de
peldaño a peldaño en la escalera de ascensión al deseo de recibir para
compartir.
Cuanto más difícil lo tiene la
vasija para corregir sus bloqueos, mayor es la Luz que puede revelar en el
proceso. Cuanta más oscuridad existe a su alrededor, más visibles son los
milagros cuando se supera. Son los obstáculos los que nos hacen crecer, lo que
nos mantiene en movimiento, sin pararnos, en constante avance.
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