EQUILIBRIO ENTRE CUERPO Y ALMA
Por morá BATIA Terapia Kabalista
para Kabbalah y Torah en Expansión
El ego es el principal enemigo de la
conexión entre el cuerpo y el Alma. El faraón en la Torá, el Satán =
“adversario”, “oponente” (este término se utiliza en el Tanaj para referirse al
ego y el mito y caos que ha producido a través de las generaciones por
ignorancia también es mítico).
El ego no nos deja conectar. Nos
crea obstáculos, pero al mismo tiempo nos da la oportunidad de revelar Luz, el
ego crea oportunidades. El universo nos proporciona los eventos que necesitamos
para corregir internamente lo que no nos deja conectar con la Luz.
El deseo por la Luz del Creador
convierte a la vasija en el receptor idóneo para la misma, ya que por el deseo
tendrá la fuerza para transformarse, para transformar su ego.
Todo sufrimiento, enfermedad, falta
de sustento, dolor, que se padece en la vida, está tratando un proceso de
purificación de la persona para acercar la parte material, nuestro apego al
cuerpo, al Alma. Este proceso se ha producido a lo largo del tiempo a través de
reencarnaciones, se nos ha dado tiempo para corregir aquello que ocasionamos.
Hemos estado en un periodo de ‘Rajamim’ (misericordia), el tiempo es
misericordia.
Al romper con el ego de la persona
por la vía del dolor y el sufrimiento para que una vez se anule este pueda
conectar con el Alma. De esta manera se crea una apertura en el corazón. Si se
tiene un ‘Tikkún’ de otras vidas que necesita ser purificado este tendrá lugar
con la materia de la persona, con el cuerpo físico.
El estudio y la sabiduría siempre
van a suavizar el rigor generado por Tikkún. La otra forma de corregirlo y
acercar la parte material al Alma es con la Sabiduría de la Kabbalá. La
elevación de conciencia de una manera proactiva, es decir, doblegar nuestro ego
mediante la sabiduría y la fuerza de voluntad.
Todo en el universo tiene un pago,
cuando no se realiza el pago se genera un bloqueo, un Tikkún, una deuda. Todo
bloqueo con la Luz crea lugares de oscuridad donde se produce una falta de Luz.
A veces se puede curar el cuerpo sin sanarlo y por eso muchas enfermedades
vuelven a reincidir. Esto es porque no se ha sanado el aspecto de semilla, lo
que causó la enfermedad. La sanación debe ser completa, a nivel no solo
corporal, sino sanar donde está el bloqueo con la Luz.
El cuerpo solo quiere recibir
(comida, sexo, placer, etc) y el Alma solo quiere dar. No hay nada malo en
querer recibir, al contrario, cuando mayor es el deseo de recibir mayor será
nuestra vasija, pero para realizar una conexión con nuestra Alma, la intención
de recibir tiene que ser con la conciencia de compartir. Así ambos están en
equilibrio. Todo lo que está en equilibrio en nuestra vida es porque tenemos
una conexión con la Luz, hemos creado los méritos para tenerla, para recibir
Luz en esa área de nuestra vida. Para darle continuidad hay que compartir.
Si quieres seguir aprendiendo e
ingresar al grupo de estudio de Kabbalah y Torah en Expansión escribe un sms al
chat de la página de Facebook o al e-mail: kabbalahytorah7@gmail.com
https://www.facebook.com/Kabbalah-y-Torah-en-Expansi%C3%B3n-1760593717510285
Comentarios
Publicar un comentario