GADLUT Y KATNUT: El estado mayor y
menor
Por Kabbalah y Torah
Según la Kabbaláh, ningún ser humano
mortal puede estar continuamente en perfecta armonía. Los cabalistas distinguen
entre dos tipos de conciencia:
‘Gadlut’ (“Grandeza”, el estado
mayor) se refiere a un estado de conciencia superior en el que experimentamos
armonía interior y en el que estamos en contacto con nuestra Alma Superior.
‘Katnut’ (“Pequeñez”, el estado
menor) se refiere a un estado de conciencia que está separado de la verdadera
conciencia superior. Este es el punto de vista del ego que está obligado por el
mundo material.
Rabbí Leví Itzjak de Berdichev
(1740-1810 e.c), un discípulo de Rabbí Dov Ber Avraham, el Magguid de Mezeritch
(el sucesor del Besht) enseñó que algunas personas sirven al Creador, Bendito Sea
Él, debido a la gran recompensa que se les otorga por su servicio. Esto se
llama ‘Katnut’ (“el estado menor”). Este es un servicio a Di-s con un pequeño grado
de conciencia. Otros le sirven porque Él es Maestro, Gobernante y Rey, sin
prestar atención a las bendiciones o recompensas que Di-s puede darles. Todos
esos beneficios y placeres no son nada para ellos en comparación con la
verdadera alegría de servir a su Creador, Bendito Sea Él. Se dice que tal
persona está sirviendo a Di-s con ‘Gadlut’ (“el estado mayor”).
Las enseñanzas cabalísticas dicen
que no podemos permanecer en un estado de ‘Gadlut’ todo el tiempo. Debe haber
un tiempo de ‘Katnut’. (Ambos son necesarios, como los dos pilares en el Árbol
de la Vida). Los cabalistas no condenan este estado o un ser en este estado. De
vez en cuando, debemos centrar nuestra atención en el Camino del Fuego del
Hogar y preocuparnos por los problemas materiales. No podemos vivir
permanentemente en una conciencia superior. Habrá momentos en los que no
podremos acceder a la sabiduría de nuestra Alma Superior, y en esos momentos,
nuestras almas serán probadas. Sin embargo, incluso los errores que pueden
ocurrir si estamos en un estado limitado de conciencia no deben ser condenados,
por ellos es que aprendemos y crecemos. Así que no te irrites si te resulta
imposible mantener tu armonía interior sin interrupciones, solo sigue
intentándolo.
Como dijimos antes, el misticismo se
trata de práctica. No es bueno leer estas líneas y decirse a sí mismo: “Bueno,
eso suena bien. Ahora sé todo sobre misticismo”. Debes practicarlo una y otra
vez hasta que se vuelva natural y sin pensamiento consciente. Puede resultar
que al principio tengas poco éxito, y puede resultar que después de un tiempo,
cuando pensabas que estabas progresando, te sucede algo que parece hacerte
retroceder durante meses o incluso años. No debes titubear, y debes continuar
sin disminuir tu devoción. Entonces, y solo entonces, te convertirás en un
verdadero “Jasid”.
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