LA LETRA כ KAF

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LA LETRA כ KAF     Por Kabbalah y Torah en Expansión   Las 2 letras de la escritura completa de la palabra כ ‘Kaf’, כף son las iniciales de 2 palabras hebreas: ‘Kóaj’ (“potencial”) y ‘Poël’ (“real”). Así la כ ‘Kaf’ alude al poder latente dentro del reino espiritual, el potencial de manifestarse completamente en la esfera física de lo real. HaShem debe crear el Mundo continuamente; de lo contrario, la Creación dejaría de existir instantáneamente. Su potencial, es entonces actualizado a cada momento. Este concepto se conoce como “el poder de revelar el eterno potencial dentro de la realidad”. En la Jasidut se nos enseña que esta debe ser la primera percepción al despertar. De momento que el significado literal de la letra כף ‘Kaf’ es “palma” - el lugar del cuerpo donde se lleva a la práctica el potencial - esta percepción es reflejada en la costumbre de poner una palma sobre la otra al despertar, al recitar la plegaria ‘Modé Aní’:   MODÉ (MODÁ)   ANÍ   LEFANEJA   MÉLEJ  

MITIGAR EL JUICIO Y DETENER LA ENFERMEDAD



MITIGAR EL JUICIO Y DETENER LA ENFERMEDAD

Por Kabbalah y Torah

Este pasaje (ítems 68-83) del Zóhar Pinejás es un pozo de sabiduría de una profundidad inconmensurable, capaz de producir volúmenes innumerables de revistas médicas si todos sus secretos fueran revelados y traducidos a palabras escritas.

Cuando el Zóhar habla de la importancia del vino -el rojo y el blanco- y la alegría de corazón que provee el vino, uno no puede dejar de notar la similitud con el fluir de la sangre a través de nuestras venas y a nuestro corazón, el cual bombea la sangre a través del cuerpo.

La sangre está compuesta de células rojas y blancas. Las células blancas están vigilando constantemente por si hay enfermedad, combatiendo a los gérmenes y las infecciones que entran al cuerpo. Las células rojas entregan oxígeno al cuerpo y remueven el desperdicio. Kabbalísticamente, cualquier forma de enfermedad es considerada juicio. La eliminación de la enfermedad, de acuerdo con la Kabbaláh, es misericordia. Las células blancas son la Misericordia eliminando la enfermedad y el Juicio de las células rojas de la sangre.

Una rosa, nos dice el Zóhar, también expresa juicio y misericordia, indicados por el colorido rojo y blanco de las rosas, y por sus espinas y dulce aroma. Sus espinas representan juicio y su fragancia representa misericordia.

Fundamentalmente importante para el lector son las fuerzas sanadoras que irradian de estos misterios antiguos:

Nuestra sangre es purificada, eliminando los gérmenes dañinos y las infecciones por medio de la virtud de nuestra lectura meditativa. Los coágulos sanguíneos y otros malestares relacionados con la sangre son sanados.

Físicamente, el vino es una rica fuente dietética de flavonoides fenólicos, que son antioxidantes efectivos. Los antioxidantes combaten la ateroesclerosis o atasco en las arterias.

El alcohol en el vino altera los niveles de lípidos mediante la disminución del colesterol total y la elevación de los niveles de lipoproteína de alta densidad (HDL, por sus siglas en inglés), lo cual retarda e incluso revierte la formación de la placa de colesterol en las arterias.

Estos efectos son meramente pequeñas manifestaciones físicas del poder espiritual del vino.

Así, cuando nuestros ojos beben ahora de la copa de vino, sus bendiciones son despertadas. La Luz “que es atraída de Biná” elimina la furia y la venganza que arde en nuestro corazón. La ira endurece nuestro corazón y obstruye nuestras arterias. Ahora que está aliviado y alegre, nuestras arterias están desbloqueadas y aclaradas, y el colesterol es disminuido.

Nuestros corazones se llenan de bondad amorosa y misericordia, fortaleciendo este órgano vital al mismo tiempo que limpia nuestra sangre de toxinas virales y bacterianas, y venenos microbianos.

Nuestros pecados son la fuente de toda enfermedad. Y aprendemos del Zóhar que “en cualquier nivel que un hombre peca delante del Santo, Bendito Sea Él, él debe hacer reparaciones en su alma en el mismo nivel”. La Luz atraída ahora de Pinejás remedia nuestros pecados pasados y presentes, medida por medida, engendrando sanación y la restauración final.

Invocamos la esencia del ángel Metatrón, quien representa la restauración de la juventud y la inmortalidad, la cual, de acuerdo con el Zóhar, ocurre a través de la “iluminación de Jojmá, que es atraída de Biná”. Así, los versículos que hablan los misterios de Metatrón revierten el proceso de envejecimiento y la declinación de la función fisiológica. Las células son regresadas a su estado embriogénico -una célula madre- donde son ahora purificadas y libres para repoblar y regenerar el cuerpo humano eternamente.

La ciencia médica hoy reconoce lo que el Zóhar reveló hace mucho tiempo: las células madre realizan lo que ha sido llamado “actos de resurrección biológica”. La enzima telomerasa inmortal causa que las células se dividan indefinidamente, en vez de morir. La esencia espiritual de la telomerasa florece en nuestras saludables células normales, mientras que desaparece de las células tumorales.

“Los cipreses son la casa de ella”, se nos dice que indica el punto medio entre Jésed y Guevurá, que son la Misericordia y el Juicio, respectivamente. La hija de Avrahám se sienta entre los cipreses. Ella es piadosa, habiendo realizado actos de bondad amorosa. En consecuencia, por medio de este pasaje se nos infunde bondad amorosa y Luz de Jojmá y Biná, creando balance entre el juicio y la misericordia, nuestras células blancas y rojas, y nuestro corazón y nuestra alma. Esto mitiga el juicio y detiene la enfermedad.

(Zóhar, Pinejás)


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