LA LETRA כ KAF

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LA LETRA כ KAF     Por Kabbalah y Torah en Expansión   Las 2 letras de la escritura completa de la palabra כ ‘Kaf’, כף son las iniciales de 2 palabras hebreas: ‘Kóaj’ (“potencial”) y ‘Poël’ (“real”). Así la כ ‘Kaf’ alude al poder latente dentro del reino espiritual, el potencial de manifestarse completamente en la esfera física de lo real. HaShem debe crear el Mundo continuamente; de lo contrario, la Creación dejaría de existir instantáneamente. Su potencial, es entonces actualizado a cada momento. Este concepto se conoce como “el poder de revelar el eterno potencial dentro de la realidad”. En la Jasidut se nos enseña que esta debe ser la primera percepción al despertar. De momento que el significado literal de la letra כף ‘Kaf’ es “palma” - el lugar del cuerpo donde se lleva a la práctica el potencial - esta percepción es reflejada en la costumbre de poner una palma sobre la otra al despertar, al recitar la plegaria ‘Modé Aní’:   MODÉ (MODÁ)   ANÍ   LEFANEJA   MÉLEJ  

BENDITO ES ÉL, QUIEN RECUERDA EL PACTO


BENDITO ES ÉL, QUIEN RECUERDA EL PACTO

Por Kabbalah y Torah

Rabbí Iehudá dice que el arcoíris aparece para recordar a la gente la promesa de Di-s de nunca volver a destruir el mundo, y también oímos que el arcoíris aparece cuando no hay una persona justa para proteger al mundo. Se nos dice también que los colores blanco, rojo y verde en el arcoíris corresponden a los tres Patriarcas (Avrahám, Itzják y Iaäkóv). Termina hablando acerca de la letra Iúd en el nombre de Pinejás, y menciona que Nadáv y Avihú estuvieron reencarnados en Pinejás.

Este único pasaje (ítems 34-35) solo es tan potente que una lectura sincera tiene el poder para alcanzar serenidad para siempre en nuestras almas y paz duradera en el mundo.

El pecado es una característica constante del hombre. Y aunque los transgresores superan numérica y físicamente a los pocos hombres justos en este mundo, las buenas acciones de estas almas piadosas pesan más que todos los pecados combinados de los perversos. Tal es el poder de la Luz sobre la oscuridad. Los Tzaddikím (justos), se nos dice, nos protegen con su presencia. Y el arcoíris, el cual apareció después del Diluvio como una señal de la promesa de Di-s de nunca destruir este mundo, nos protege cuando no hay hombres justos entre nosotros.

La razón para este relato es clara como el cristal: el Zóhar recurre a los justos y el arcoíris para tender suavemente un manto de protección sobre todo el mundo. Y debido a que esta verdad está emergiendo a través del Zóhar por primera vez en la historia, el efecto no tiene precedentes: los Juicios que aparecen sobre el horizonte son arrojados al mar para siempre cuando evocamos el nombre de Pinejás. Las aguas de la Tierra, utilizadas una vez para destruir a la humanidad, son restauradas a su estructura molecular anterior al Diluvio. Esta sustancia divina se transmuta en aguas curativas que regeneran el alma y las células del cuerpo.

El Zóhar habla de los colores verde y blanco, los cuales son colores sanadores. Resplandecen aquí brillantemente; y ellos nos rectifican, nos sanan y nos hacen estar bien otra vez.

El color rojo -atribuido a Marte, el planeta de la guerra, y a nuestra cualidad de recibir perteneciente a la Columna Izquierda- ¡destella! Su iluminación trae a un final pacífico el conflicto personal y global. Además, la semilla de todo conflicto y lucha: los hermanos Itzják e Ishmaël, y Iaäkóv y Ësáv, se combinan y se mezclan en un color, tal como los colores del arcoíris se unen en el color del blanco. Esta unión exquisita engendra amor entre los hermanos y entre su posteridad: los judíos, los musulmanes, los cristianos y la familia entera del hombre. La intolerancia es borrada de este modo de los corazones de los humanos. Las barreras raciales y religiosas se disuelven en la nada.

La letra Iúd está insertada en la ortografía de nuestro propio nombre espiritual, en nuestra esencia, de modo que experimentemos una existencia de perfección. Metafísicamente, nunca pereceremos otra vez en este mundo.

Los verdaderos colores ocultos de las Tres Columnas saltan en este momento de meditación pasmosa, marcando el final de nuestro exilio personal y global. Nuestro Mundo Inferior de Maljút se une con el Mundo Superior de Zéër Anpín; y en el proceso, los ropajes negros usados por Maljút son reemplazados “con los ropajes de los colores brillantes de los secretos de la Torá”. A saber: la oscuridad es eliminada, eternamente, de la civilización.

BARÚJ  ATTÁ  ADO-NÁI  ELO-HÉNU  MÉLEJ  HAÖLÁM  ZÓJER  HABBERÍT  VENE´EMÁN  BIVRITÓ  VEKAIÁM  BEMAAMARÓ

“Bendito eres Tú, Señor, Di-s nuestro, Soberano del Universo, que recuerda el pacto, es fiel en Su pacto y firme en Su palabra”.

(Zóhar, Pinejás) 


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