PARASHÁT PINEJÁS - (Bemidbár/Números
25:10-30:1) - Salud y protección general
Por Kabbalah y Torah
EL PODER DE TRANSFORMAR EL CUERPO EN
ALMA
Rabbí Leví Itzják de Berdichev
(1740-1809 e.c), en su libro Kedushát Haleví, escribió:
“Pinejás es Eliáhu HanNaví (Elías el
profeta) y está vivo y a salvo. ¿A qué se debe esto? A que el cuerpo de una
persona está lejos de realizar la obra de Di-s, ya que piensa solamente en sus
necesidades físicas. Sólo el alma de una persona está pensando siempre en el
temor reverencial que siente por la Luz. Por otro lado, el cuerpo no tiene
estos pensamientos de la Luz y, por lo tanto, finalmente debe ser sepultado. No
obstante, si el cuerpo también realizara la obra de Di-s constantemente, el
hombre nunca podría morir y, como tal, sería como fue antes del Pecado
Original. Pinejás en realidad se entregó para morir de esta manera, como
nuestros sabios han escrito (Sanhedrín 82): ‘Y se hallado que el cuerpo de Pinejás
no tomaba en cuenta sus necesidades físicas, éste sólo realizaba la obra de Di-s
sinceramente, tal como lo hacía su alma, porque durante el momento de esta
acción fue como si su cuerpo no existiera. Pinejás se entregó para morir en
este acto que hizo por voluntad de Di-s y, por lo tanto, su cuerpo fue
purificado para seguir existiendo y viviendo’”.
La explicación de Rav Iehudá Áshlag
(Báäl HasSul´lám) aclarará esto aún más. Rav Áshlag dijo que el Deseo de
Recibir para Sí Mismo Solamente es lo que nos separa del Bendito Creador.
Hablando en términos espirituales, las cosas que difieren entre sí están
separadas y alejadas, en tanto que las cosas que tienen afinidad y son
semejantes están unidas. Mientras la esencia del cuerpo es Deseo de Recibir
para Sí Mismo Solamente, la esencia del alma es Deseo de Compartir que es también
la Esencia del Creador. Nuestro trabajo en este mundo es convertir nuestro
Deseo de Recibir para Sí Mismo en el Deseo de Compartir, que es el deseo del
alma. También es importante entender que la muerte proviene del Deseo de
Recibir para Sí Mismo Solamente. Ese deseo nos mantiene alejados de vivir
nuestra vida verdaderamente; y la vida es la expresión de la Luz. Nuestra
separación de la Luz tanto causa la muerte como nos conecta con ella, la cual
proviene del Lado Negativo.
Se debe entender que cuanto más una
persona se deje llevar únicamente por el Deseo de Recibir, más atrae sobre sí
misma la energía de muerte en todas sus manifestaciones; hasta que tanta muerte
haya sido atraída sobre la persona que muere. En cambio, cuando una persona
hace el esfuerzo de cambiar su comportamiento y seguir el Deseo de Compartir,
se aleja del poder de la muerte y se acerca a la Luz de la vida. Si la gente
entendiera esto verdaderamente, sólo los tontos persistirían en su Deseo de
Recibir para Sí Mismo Solamente, ya que, al seguir este aspecto de su
naturaleza, en realidad están matándose a sí mismos.
En las palabras de Rav Áshlag, en su
introducción a las Diez Emanaciones Luminosas, párrafo 96:
“Y alabados sean los merecedores que
no pueden dejar de realizar de las mitzvót (preceptos) como están destinadas a
realizarse, como un hombre que no puede separarse de un placer maravilloso, y
como tal, huyen del pecado como huirían del fuego”.
Estas son palabras sagradas que
purifican y encienden el fuego del compromiso en el corazón de aquellos que
quieren hacer la verdadera obra de Di-s.
Lamentablemente, el destino de
muerte de todos revela que todos somos tontos en cierta medida, dado que todos
nosotros aún seguimos dejándonos llevar por nuestro Deseo de Recibir para Sí
Mismo Solamente. Ahora podemos entender lo que el Kedushát Haleví decía: Pinejás
purgó cada chispa de Deseo de Recibir de su propio ser, convirtiendo así su
cuerpo en alma y separándolo de cualquier conexión con la muerte. Por lo tanto,
la muerte evidentemente no tuvo control sobre su cuerpo.
Nuestra lección de la historia de
Pinejás es que necesitamos despertar dentro de nosotros mismos el entendimiento
de que debemos huir del Deseo de Recibir para Sí Mismo Solamente como huiríamos
de la muerte, porque éstos son uno solo. Antes de actuar conforme a cualquier
Deseo de Recibir para Sí Mismo Solamente, debemos preguntarnos: “¿Quiero atraer
sobre mí la energía de muerte que, obviamente, será el resultado de mi acción?”.
En el relato de Pinejás, el Creador
nos ha dado un regalo maravilloso: la Luz y la fortaleza para convertir nuestro
Deseo de Recibir en el Deseo de Compartir, convertir cuerpo en alma y
transformar lo físico en lo espiritual. A través de nuestra participación en la
lectura de este Shabbát y la conexión con la esencia de Pinejás, se nos da el
poder de hacer este cambio dentro de nosotros. Y de este modo, podemos tener el
mérito de que la muerte sea devorada por siempre.
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