LOS 4 ELEMENTOS Y EL CAMPAMENTO DE LOS
BENÉ ISRAEL
Por Kabbalah y Torah
אִישׁ עַל־דִּגְלוֹ בְאֹתֹת לְבֵית אֲבֹתָם יַחֲנוּ
בְּנֵי יִשְׂרָאֵל מִנֶּגֶד סָבִיב לְאֹהֶל־מוֹעֵד יַחֲנוּ
ÍSH ÄL-DIGLÓ VEOTÓT LEVÉT
AVOTÁM IAJANÚ BENÉ
ISRAÉL MINNÉGED SAVÍV LEÓHEL-MOËD IAJANÚ
“Los hijos de Israel acamparán cada
uno junto a su bandera, según las enseñas de las casas de sus padres; alrededor
del tabernáculo del testimonio acamparán”. (Bemidbár/Números 2:2)
Había cuatro campamentos en el
desierto. El entender cómo estaban estructurados nos da la capacidad de estar
por encima del control de cada uno de los cuatro elementos del Zodíaco: fuego,
aire, agua y tierra.
Ven y ve: El fuego, el aire, el agua
y la tierra son los primeros y las raíces arriba y abajo; los seres superiores
e inferiores están basados en ellos. Estos cuatro elementos -fuego, aire, agua
y tierra- corresponden a los cuatro lados, porque la relación entre ellos es
esa de un exterior a un interior. Por lo tanto, están situados en estos cuatro
-Norte, Sur, Este y Oeste- que son de los cuatro lados, y los cuatro elementos
permanecen en ellos.
(Zóhar, Vaerá 3:35)
Cada campamento tenía una bandera
así como un ángel que servía para proteger al pueblo y para ayudarlos a superar
la negatividad. Hoy en día, la batalla de superar nuestra negatividad es más
fácil debido a lo que nuestros ancestros superaron y enfrentaron en el desierto
y, por lo tanto, aprendemos que todo lo que hacemos influye en los que vendrán
después de nosotros.
El Zóhar dice:
Un viento de los cuatro vientos es
vestido en cuatro compartimientos y cuatro lados en la brillantez que fue
creada, que sostiene las caras iluminadas. Por lo tanto, son como la apariencia
de las criaturas vivientes, que son las cuatro esquinas sobre las cuales los
estandartes fueron desplegados, que son mencionados como León, Águila, Toro,
Hombre. Éstos comprenden a los cuatro ángeles dominantes -quienes son Mijael,
Gavriel, Uriel, Rafael- e incluyen todo, ya que estos cuatro ángeles comprenden
todas las huestes celestiales.
(Zóhar, Behaälotejá 18:101)
“Los que acampen al oriente, hacia
la salida del sol, serán los de la bandera del campamento de Judá, según sus
ejércitos. El jefe de los hijos de Judá, Naasón, hijo de Aminadab”. (Bemidbár/Números
2:3)
El Sol sale por el Este, que es de
donde también proviene la Luz. El Este está conectado con Tiféret y es donde se
originan todas nuestras características positivas, aquellas que nos impulsan a
conectar con la Luz. Uriel es el ángel que vigila el Este, y allí acamparon las
tribus de Iehudá, Issájar y Zevulún, que representan los signos Talé/Aries, Shór/Tauro
y Teomím/Géminis respectivamente.
“Al sur estará la bandera del campamento
de Rubén, según sus ejércitos. El jefe de los hijos de Rubén, Elisur, hijo de
Sedeur”. (Bemidbár/Números 2:10)
El Sur es un lugar de quietud y está
protegido por el ángel Mijael. Aquí es donde todo se manifiesta después de que
hemos terminado nuestras conexiones espirituales. En el Sur hacemos una
introspección para encontrar claridad. Del Zóhar (Terumá 130) aprendemos que el
Sur simboliza a Jésed, o el amor y la misericordia. En el Sur estaban establecidas
las tribus de Reuvén, Shimön y Gád, que representan los signos Sartán/Cáncer, Arié/Leo
y Betulá/Virgo respectivamente.
“Al occidente estará la bandera del
campamento de Efraín, según sus ejércitos. El jefe de los hijos de Efraín,
Elisama, hijo de Amiud”. (Bemidbár/Números 2:18)
Rafael es el ángel que vigila el
Oeste, que es por donde el Sol se pone. El Zóhar dice que el Oeste representa a
Maljút, el lugar en el cual “no tenemos”, donde estamos carentes. A veces
podemos recibir más Luz de lugares oscuros, pero si intentamos ocultar nuestra
oscuridad, esconder nuestras fallas y echar el polvo debajo de la alfombra, no
podemos crecer ni cambiar. Sólo al exponer nuestras fallas a la Luz -siendo genuinos
con nosotros mismos y los demás, y sabiendo dónde el ego nos maneja interiormente-
es que podemos tener una oportunidad de experimentar este crecimiento. En el
Oeste es donde se establecieron las tribus de Efráim, Menashshé y Biniamín, que
representan los signos Mozenáim/Libra, Äkráv/Escorpio y Káshshat/Sagitario
respectivamente.
“Al norte estará la bandera del
campamento de Dan, según sus ejércitos. El jefe de los hijos de Dan, Ahiezer,
hijo de Amisadai”. (Bemidbár/Números 2:25)
El Norte es la dirección de donde se
le permite al Satán entrar en nuestra vida.
El Zóhar dice:
Y allí, en estas montañas de
oscuridad, absorben del lado septentrional, porque de ese lado todas estas
especies malignas son despertadas para el mundo.
(Zóhar Jadásh, Rút 34:292)
Por lo tanto, tenemos que cerrar esa
abertura tanto como sea posible. El Norte está conectado con Guevurá, el lugar
donde se origina el juicio. Al leer esta sección y conectar con el poder del
ángel Gavriel, adquirimos protección contra la entrada del Satán. El Norte es
donde acamparon las tribus de Dán, Ashér y Naftalí, que representan los signos
Guedí/Capricornio, Delí/Acuario y Daguím/Piscis respectivamente.
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