PARASHÁT TERUMÁ: LA UNDÉCIMA
DIMENSIÓN
וְעָשִׂיתָ יְרִיעֹת עִזִּים
לְאֹהֶל עַל־הַמִּשְׁכָּן עַשְׁתֵּי־עֶשְׂרֵה יְרִיעֹת תַּעֲשֶׂה אֹתָם
VEÄSÍTA IERIÖT ÏZZÍM LEÓHEL ÄL-HAMMISHKÁN ASHTÉ-ËSRÉ
IERIÖT TAÄSÉ OTÁM
“Harás asimismo cortinas de pelo de
cabras para una cubierta sobre el tabernáculo; once cortinas harás”. (Shemót/Éxodo
26:7)
Existen diez niveles o dimensiones
en este universo, que corresponden a las Diez Sefirót, o el Árbol de la Vida.
Las diez cortinas hechas de fino lino dentro del Tabernáculo señalan esta
verdad.
Él abrió la discusión diciendo: “VE´ET-HAMMISHKÁN TAÄSÉ ËSER
IERIÖT - Y harás el tabernáculo de diez cortinas...” (Shemót/Éxodo
26:1). Aquí está el misterio del unísono, porque las diez cortinas corresponden
a las Diez Sefirót. La perfección del Tabernáculo está hecha de numerosos grados,
tal como está escrito: “VEHAIÁ HAMMISHKÁN
- Y se formará un tabernáculo” (Ibíd.6) con el fin de mostrar que todas las
extremidades del cuerpo del Tabernáculo son el secreto de un solo cuerpo.
(Zóhar, Terumá 65:664)
La cubierta exterior undécima
representa la undécima dimensión, que es el dominio de Satán. Aunque nosotros,
en la dimensión de Maljút, no tenemos Luz propia, Maljút tiene el potencial y
está, de hecho, destinada a revelar Luz. Pero en la undécima dimensión de
Satán, no puede revelarse ni se revelará ninguna Luz. Satán sólo recibe su Luz
de nosotros, a través de nuestras acciones. Satán existe con el fin de
desafiarnos para que venzamos nuestros deseos impulsados por el ego, y así
podamos alcanzar nuestro potencial de revelar Luz en esta dimensión física. Sin
Satán, no podemos hacer lo que vinimos a hacer. Sin embargo, Satán sólo
necesita el mínimo alimento, pero nuestras acciones negativas le empoderan con
mucho más combustible del que necesita. La undécima cubierta externa del
Tabernáculo nos enseña que debemos lanzar un hueso a Satán, pero no debemos
alimentarlo con un banquete de seis platos.
Él explica: puesto que la medida
anterior es sagrada, con los colores sagrados: “SHÉSH MOSHEZÁR UTJÉLET VEARGAMÁN VETOLÁÄT
SHANÍ - De lino torcido, azul, púrpura y carmesí” (Shemót/Éxodo 26:1).
Estos son los colores sagrados, aludiendo a Jésed, Guevurá, Tiféret y Maljút; y
siendo el lino Jésed; el carmesí, Guevurá; el púrpura Tiféret, y el azul, Maljút...
A esto alude el verso: “ÁSHRE
MASKÍL EL-DÁL BEIÓM
RAÄ IEMAL´LETÉHU ADO-NÁI - Bienaventurado el que piensa en el pobre
(en hebreo: dál); en el día malo lo librará el Señor” (Tehil´lím/Salmos 41:2), lo
cual significa que en el día del mal, del juicio, Di-s lo librará. Pues las
cortinas de pelo de cabra aluden a la pobreza y el juicio, cubriendo y
protegiendo la santidad, que es las cortinas de lino torcido...para que las
fuerzas externas no se nutrieran de ellas.
(Zóhar, Pekkudé 26:247)
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