PARASHÁT KI TISSÁ - (Shemót/Éxodo
30:11-34:35) - Trabajar en comunidad, compartir/Despertar certeza
KI TISSÁ: EL SISTEMA ESPIRITUAL
¿Por qué fueron pagados los adaním (los
pilares del Tabernáculo) con ofrendas de medio shékel?
El dinero para los adaním fue
entregado por todo el pueblo de Israel. Fuera rica o pobre, cada persona dio la
misma cantidad: majatzít hashshékel - medio shekel. Las personas podían dar
más, pero lo importante es que, como mínimo, todo el mundo participaba de forma
igualitaria.
Se dice que toda la Torá está
incluida en la descripción de la construcción del Tabernáculo que se encuentra
en el capítulo de Ki Tissá.
“ÉL´LE FEKUDÉ HAMMISHKÁN MISHKÁN HAËDÚT ASHÉR
PUKKÁD ÄL-PÍ
MOSHÉ - Estas son las cuentas del Tabernáculo, del Tabernáculo del
Testimonio, las que se hicieron por orden de Moisés” (Shemót/Éxodo 38:21).
Rabbí Shimön abrió la discusión con el versículo: “BERESHÍT BARÁ ELO-HÍM ÉT HASHSHAMÁIM
VE´ÉT HAÁRETS - En el principio creó Di-s los cielos
y la tierra” (Bereshít/Génesis 1:1). Esto ya se había explicado y expuesto de
distintas maneras, sin embargo, el Santo, Bendito Sea Él, lo creó en semejanza
al superior, para que este mundo sea conformado como el mundo superior, que es
Maljút. Y todos los colores celestiales de Arriba se instalaron Abajo en este
mundo, para unir y conectar mundo con mundo, este mundo con Maljút.
Y cuando el Santo, Bendito Sea Él,
quiso crear el mundo, Él miró la Torá y luego lo creó. Y miró arriba al Nombre
Sagrado, IHV´H, que comprende la Torá y da existencia al mundo. El mundo fue
creado por tres lados: Jojmá, Tevuná y Dáät. Por Jojmá, como está escrito: “ADO-NÁI BEJOJMÁ
IASAD-ÁRETZ - El Señor con sabiduría fundó la tierra” (Mishlé/Proverbios
3:19), por Tevuná, como está escrito: “KONÉN SHAMÁIM
BITVUNÁ - Afirmó los cielos con inteligencia” (Ibíd.); y por Dáät, como
está escrito: “BEDAÄTTO TEHOMÓT NIVKÁÜ - Con su ciencia (en hebreo Dáät) los
abismos fueron divididos” (Ibíd. 20). Así pues, todos contribuyen a la
existencia del mundo, y a través de estos tres, se construyó el Tabernáculo,
como está escrito: “VAAMAL´LÉ OTÓ RÚAJ ELO-HÍM
BEJOJMÁ UVITVUNÁ
UVEDÁÄT UVJOL-MELAJÁ - Y lo he
llenado del Espíritu de Di-s, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en
todo arte” (Shemót/Éxodo 31:3).
(Zóhar, Pekkudé 4:12-13)
Los pilares del Tabernáculo
representan el conocimiento y la certeza que son pilares de la Torá. Tanto
nuestra certeza en la Luz del Creador como la realidad del sistema espiritual
nos dan el poder de tener éxito en nuestro trabajo físico y nuestro trabajo
espiritual.
La siguiente historia demuestra la
importancia de conocer el sistema espiritual.
Un niño nació en el seno de una
familia rica de la ciudad. Cada día, mientras crecía, recibía pan recién
horneado en su puerta. Nunca consideró cómo se hacía ese pan o de dónde
procedía; simplemente estaba ahí.
Un día, el chico viajó al campo a
visitar a su primo. Allí vio cómo el trigo se molía para transformarse en
harina, la harina en masa, y la masa se convertía en pan. Aunque este proceso
no era completo, él pensó que sí lo era. Hasta que un día vio a un granjero
arando. Al chico le pareció que aquel arado estaba dañando la tierra. No
entendía que esto formaba parte del proceso que culminaría en el trigo que se
convertiría en pan. Sin embargo, después de algún tiempo, el chico se dio
cuenta de que el trigo crecía, y ahora, con su nueva pieza del rompecabezas,
vio el proceso completo a través del cual el pan llegaba a su hogar en la
ciudad.
A menudo la vida nos desconcierta
porque no vemos el proceso completo. La clave es saber que existe un proceso
mayor, aunque no lo veamos. Sólo se dio medio shekel para los adaním para
expresar y hacernos conscientes de que sólo vemos la mitad del proceso.
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