LA LETRA כ KAF

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LA LETRA כ KAF     Por Kabbalah y Torah en Expansión   Las 2 letras de la escritura completa de la palabra כ ‘Kaf’, כף son las iniciales de 2 palabras hebreas: ‘Kóaj’ (“potencial”) y ‘Poël’ (“real”). Así la כ ‘Kaf’ alude al poder latente dentro del reino espiritual, el potencial de manifestarse completamente en la esfera física de lo real. HaShem debe crear el Mundo continuamente; de lo contrario, la Creación dejaría de existir instantáneamente. Su potencial, es entonces actualizado a cada momento. Este concepto se conoce como “el poder de revelar el eterno potencial dentro de la realidad”. En la Jasidut se nos enseña que esta debe ser la primera percepción al despertar. De momento que el significado literal de la letra כף ‘Kaf’ es “palma” - el lugar del cuerpo donde se lleva a la práctica el potencial - esta percepción es reflejada en la costumbre de poner una palma sobre la otra al despertar, al recitar la plegaria ‘Modé Aní’:   MODÉ (MODÁ)   ANÍ   LEFANEJA   MÉLEJ  

PARASHA KI TISSA - (Shemot/Éxodo 30:11-34:35) - Trabajar en comunidad, compartir/Despertar certeza


PARASHÁT KI TISSÁ - (Shemót/Éxodo 30:11-34:35) - Trabajar en comunidad, compartir/Despertar certeza

KI TISSÁ: EL SISTEMA ESPIRITUAL

¿Por qué fueron pagados los adaním (los pilares del Tabernáculo) con ofrendas de medio shékel?

El dinero para los adaním fue entregado por todo el pueblo de Israel. Fuera rica o pobre, cada persona dio la misma cantidad: majatzít hashshékel - medio shekel. Las personas podían dar más, pero lo importante es que, como mínimo, todo el mundo participaba de forma igualitaria.

Se dice que toda la Torá está incluida en la descripción de la construcción del Tabernáculo que se encuentra en el capítulo de Ki Tissá.

“ÉL´LE  FEKUDÉ  HAMMISHKÁN  MISHKÁN  HAËDÚT  ASHÉR  PUKKÁD  ÄL-PÍ  MOSHÉ - Estas son las cuentas del Tabernáculo, del Tabernáculo del Testimonio, las que se hicieron por orden de Moisés” (Shemót/Éxodo 38:21). Rabbí Shimön abrió la discusión con el versículo: “BERESHÍT  BARÁ  ELO-HÍM  ÉT  HASHSHAMÁIM  VE´ÉT  HAÁRETS - En el principio creó Di-s los cielos y la tierra” (Bereshít/Génesis 1:1). Esto ya se había explicado y expuesto de distintas maneras, sin embargo, el Santo, Bendito Sea Él, lo creó en semejanza al superior, para que este mundo sea conformado como el mundo superior, que es Maljút. Y todos los colores celestiales de Arriba se instalaron Abajo en este mundo, para unir y conectar mundo con mundo, este mundo con Maljút.

Y cuando el Santo, Bendito Sea Él, quiso crear el mundo, Él miró la Torá y luego lo creó. Y miró arriba al Nombre Sagrado, IHV´H, que comprende la Torá y da existencia al mundo. El mundo fue creado por tres lados: Jojmá, Tevuná y Dáät. Por Jojmá, como está escrito: “ADO-NÁI  BEJOJMÁ  IASAD-ÁRETZ - El Señor con sabiduría fundó la tierra” (Mishlé/Proverbios 3:19), por Tevuná, como está escrito: “KONÉN  SHAMÁIM  BITVUNÁ - Afirmó los cielos con inteligencia” (Ibíd.); y por Dáät, como está escrito: “BEDAÄTTO  TEHOMÓT  NIVKÁÜ - Con su ciencia (en hebreo Dáät) los abismos fueron divididos” (Ibíd. 20). Así pues, todos contribuyen a la existencia del mundo, y a través de estos tres, se construyó el Tabernáculo, como está escrito: “VAAMAL´LÉ  OTÓ  RÚAJ  ELO-HÍM  BEJOJMÁ  UVITVUNÁ  UVEDÁÄT  UVJOL-MELAJÁ - Y lo he llenado del Espíritu de Di-s, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte” (Shemót/Éxodo 31:3).

(Zóhar, Pekkudé 4:12-13)

Los pilares del Tabernáculo representan el conocimiento y la certeza que son pilares de la Torá. Tanto nuestra certeza en la Luz del Creador como la realidad del sistema espiritual nos dan el poder de tener éxito en nuestro trabajo físico y nuestro trabajo espiritual.

La siguiente historia demuestra la importancia de conocer el sistema espiritual.

Un niño nació en el seno de una familia rica de la ciudad. Cada día, mientras crecía, recibía pan recién horneado en su puerta. Nunca consideró cómo se hacía ese pan o de dónde procedía; simplemente estaba ahí.

Un día, el chico viajó al campo a visitar a su primo. Allí vio cómo el trigo se molía para transformarse en harina, la harina en masa, y la masa se convertía en pan. Aunque este proceso no era completo, él pensó que sí lo era. Hasta que un día vio a un granjero arando. Al chico le pareció que aquel arado estaba dañando la tierra. No entendía que esto formaba parte del proceso que culminaría en el trigo que se convertiría en pan. Sin embargo, después de algún tiempo, el chico se dio cuenta de que el trigo crecía, y ahora, con su nueva pieza del rompecabezas, vio el proceso completo a través del cual el pan llegaba a su hogar en la ciudad.

A menudo la vida nos desconcierta porque no vemos el proceso completo. La clave es saber que existe un proceso mayor, aunque no lo veamos. Sólo se dio medio shekel para los adaním para expresar y hacernos conscientes de que sólo vemos la mitad del proceso.


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