LA LETRA כ KAF

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LA LETRA כ KAF     Por Kabbalah y Torah en Expansión   Las 2 letras de la escritura completa de la palabra כ ‘Kaf’, כף son las iniciales de 2 palabras hebreas: ‘Kóaj’ (“potencial”) y ‘Poël’ (“real”). Así la כ ‘Kaf’ alude al poder latente dentro del reino espiritual, el potencial de manifestarse completamente en la esfera física de lo real. HaShem debe crear el Mundo continuamente; de lo contrario, la Creación dejaría de existir instantáneamente. Su potencial, es entonces actualizado a cada momento. Este concepto se conoce como “el poder de revelar el eterno potencial dentro de la realidad”. En la Jasidut se nos enseña que esta debe ser la primera percepción al despertar. De momento que el significado literal de la letra כף ‘Kaf’ es “palma” - el lugar del cuerpo donde se lleva a la práctica el potencial - esta percepción es reflejada en la costumbre de poner una palma sobre la otra al despertar, al recitar la plegaria ‘Modé Aní’:   MODÉ (MODÁ)   ANÍ   LEFANEJA   MÉLEJ  

KI TISSA: EL BECERRO DE ORO, LA VACA ROJA Y EL OLAM HABBA (Mundo Venidero)


KI TISSÁ: EL BECERRO DE ORO, LA VACA ROJA Y EL ÖLÁM HABBÁ (Mundo Venidero)

La creación y la adoración del Becerro de Oro es una historia de pecado. Ki Tissá nos enseña una lección importante sobre el poder del Satán y la verdadera naturaleza del pecado. En verdad, todos caeremos. Esto no es una limitación, ni un error. Satán es un desafiador poderoso porque la recompensa es enorme. Todos fracasamos en darnos cuenta de cuántas veces tenía que llegar a base Babe Ruth antes de lograr un cuadrangular. A menudo, nuestros mayores triunfos vienen tras los talones de nuestros peores fracasos más dolorosos.

Puesto que estamos destinados a pecar con el Becerro de Oro, el Creador, en Su gran amor por nosotros, también nos da la Vaca Roja: la expiación para ese pecado. La historia de la Vaca Roja que leemos en la Parashá Jukkát es la herramienta para esta purificación. La historia de la Vaca Roja nos lleva de vuelta al tiempo anterior al Becerro de Oro, y a través de esta conexión, nos limpiamos.

“DABBÉR  EL-BENÉ  ISRAEL  VEIKJÚ  ELÉJA  FARÁ  ADUMMÁ - Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca alazana...” (Bamidbár/Números 19:2). Esta vaca tiene el propósito de limpiar y purificar lo que no está limpio, que es Maljút, que recibe de la izquierda. ¿Quién está en esa izquierda? Está el toro, esto es: Guevurá en Zéër Anpín, como dice: “UFNE-SHÓR  MEHASSEMÓL - Y la cara del toro a la izquierda” (Iejezkél/Ezequiel 1:10). El rojo significa rojo como una rosa, como está escrito: “KESHOSHANNÁ  BÉN  HAJOJÍM - Como el lirio entre los espinos” (Shír HashShirím/Cantar de los Cantares 2:2). Rojo significa una sentencia de ley, puesto que las leyes de la columna izquierda se consideran rojas.

(Zóhar, Jukkát 4:18)

Hay una hermosa historia del Báäl Shém Tóv, cuya grandeza era tan vasta y tan legendaria, que aun con todo lo que conocemos de él, su iluminación oculta era mucho mayor. Esta parábola que sigue ilustra la perfección del sistema espiritual, así como la importancia y el poder de Shabbát como una herramienta que purifica nuestros pecados.

En uno de sus viajes, el Báäl Shém Tóv y tres de sus estudiantes se desviaron hacia un bosque y se perdieron del camino.

Finalmente, hacia el mediodía del viernes, vieron una posada en la distancia. Se alegraron de que Di-s les hubiera llevado a un lugar donde podrían descansar y pasar el Shabbát. Al llegar a la posada, vieron un posadero con una expresión muy tosca en la entrada. Cuando le preguntaron si podían quedarse para el Shabbát, él respondió: “!No les quiero a ustedes ni a su Shabbát! Puedo ver quiénes son. Siempre he odiado a las personas como ustedes, y también lo hizo mi padre y mi abuelo. ¡Váyanse!”.

Puesto que no podían pasar más tiempo en el camino, los estudiantes le rogaron al posadero que les dejara quedarse para el Shabbát, incluso ofreciéndole bastante más de lo que el posadero solía cobrar a sus clientes. Finalmente, accedió, aunque con algunas condiciones.

Finalmente les permitió entrar. La posada no era distinta de las otras que habían visto. Los muebles eran muy antiguos, y no había otros huéspedes. Cuando llegó el anochecer, el posadero tomó un trozo de tela negra y lo extendió sobre la mesa. No les dejó experimentar nada de alegría en sus conexiones de Shabbát. Puso una vela en el centro de la mesa y una gruesa rebanada de pan negro que cortó para él mismo, y les dio a ellos sólo un pequeño trozo. Luego trajo un plato con lentejas, pasó las cucharas y anunció que todo el mundo tenía que comer del mismo plato. Ni siquiera les permitió cantar ninguna canción de Shabbát. En resumen, arruinó su Shabbát.

Entonces, cuando Shabbát terminó, el posadero les insultó hasta casi llegada la mañana.

Finalmente, después de quedarse con todo su dinero, el posadero los despidió. Justo cuando estaban saliendo, una bella mujer vino corriendo hacia ellos, gritando: “¡Rabino, Rabino! Por favor quédense en mi casa unos días más y pasen un Shabbát apropiado con nosotros”.

El Báäl Shém Tóv estaba sorprendido. “¿Cómo sabes que soy un rabino? ¿Y por qué iba a quedarme si me han arruinado mi último Shabbát?”.

La mujer respondió: “Rabino, ¿no me conoces? Fui una sirvienta en tu hogar, una huérfana sin madre ni padre. Tu esposa lavaba mi cabeza cada viernes para sacar los piojos de mi pelo. Una vez me dolió y grité, y no dejé que me volviera a poner las manos encima. Tu esposa, en su frustración, me dio un cachete en mi mejilla, y tú, sentado justo a mi lado, no dijiste una palabra. Incluso el Santísimo estaba muy molesto porque no respetaste el verso de la Torá que dice: “KOL-ALMANÁ  VEIATÓM   TEÄNNÚN - A ninguna viuda ni huérfano afligiréis”. Debido a esto, se decretó que perdieras tu lugar en el Ölám Habbá (Mundo por Venir).

“Pero sucedió que me casé con un hombre muy justo. Él y yo vimos el juicio que pendía sobre ti, e hirió nuestros corazones. Rezamos a Di-s para que se te perdonara, y se decidió que se te negaría una conexión sólo por un Shabbát. Puesto que Shabbát es como el Mundo por Venir, al perder este Shabbát hiciste tu pago y recuperaste tu lugar en el Mundo por Venir”.

En ese mismo momento, el Báäl Shém Tóv vio que todo lo que la mujer decía era cierto, y la semana siguiente él y sus estudiantes pasaron un Shabbát maravilloso con esta santa mujer y su marido, el posadero.

Rav Áshlag explica que el “Ölám Habbá/Mundo Venidero” se refiere en realidad a la Luz que una persona puede recibir en el aquí y el ahora. Si queremos formar parte del Mundo Venidero, tenemos una oportunidad cada semana de hacer esta conexión.

En la Parashá Ki Tissá, empezamos en el punto más elevado de Luz -antes del pecado del Becerro de Oro (Jét HaËguel), cuando la inmortalidad era una realidad. El mensaje para nosotros es que tenemos que seguir avanzando en nuestro trabajo espiritual o nos caeremos. Nuestro trabajo espiritual de conectar con la Luz no puede quedarse en un nivel; necesita un movimiento continuo. Es como subir por una escalera mecánica de bajada, si no seguimos subiendo, caeremos al nivel de más abajo.


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