SHIRAT HAIAM - LA CANCIÓN DEL MAR
Por Kabbalah y Torah
El gran acontecimiento del Éxodo de
Egipto fue acompañado por una cantidad de milagros y maravillas, especialmente
en su fase final con el cruce milagroso del Iam Suf (el “Mar Rojo” o Mar de los
Juncos), que les permitió así escapar de la persecución de los egipcios (Shemot/Éxodo
15:1-18). Fue luego de observar las revelaciones divinas en Iám Súf que los
hijos de Israel llegaron al grado más alto de reverencia y temor a Di-s y, al
mismo tiempo, sintieron una confianza profunda en Moshé/Moisés, Su siervo.
Entonces Moisés y los hijos de Israel se sintieron inspirados para cantar la
Shirá (Canción), conocida como Shirat HaIam (Canción del Mar). Este cántico es
denominado también Az Iashir (Entonces cantó), por sus dos primeras palabras en
hebreo.
Esta plegaria trae a consideración
el concepto de Emuná/Fe. Esta implica una aceptación completa y ciega de algo
que no está sostenido o explicado por la razón. Cuando una persona ve y escucha
algo con sus propios ojos y oídos, no necesita tener fe en la existencia de esa
cosa. De igual manera, el pueblo judío habiendo visto con sus propios ojos las
revelaciones Divinas en el Cruce del Mar, no necesitaba apoyarse en la fe para
creer en Di-s ya que en ese momento conocieron y experimentaron la Presencia
Divina, ya que vieron la Mano de Di-s triunfar sobre el Faraón y los egipcios.
Lo que se vio y se experimentó en el Mar fue nunca más visto o experimentado
inclusive por los profetas. Iejezkel/Ezequiel y los otros profetas (a excepción
de Moshé), vieron visiones e imágenes proféticas en su mayor parte mientras
estaban en trance, en cambio que las revelaciones divinas en el cruce del Mar y
la subsiguiente revelación mayor en el Monte Sinaí fue un acto que todo el
pueblo judío experimentó con todos sus sentidos y facultades. Es por eso que
todos y cada uno de ellos podía cantar: “Este es mi Di-s y yo lo glorificaré”.
Fue esta experiencia personal que los hijos de Israel de esa generación transmitieron
a la generación siguiente y ésa a la siguiente y así siempre, de padre a hijo,
hasta nuestros días. Esta transmisión ha sido ininterrumpida y por intermedio
de miles y miles de hombres y mujeres, ya que nunca ha habido una ruptura en la
cadena de la historia judía, desde la época de Avrahám hasta hoy.
En Emunát Israel la palabra Emuná/Fe
denota una firme, constante y completa confianza en Di-s y la dependencia a Él.
La confianza no está basada en lo que se escucha ni en pruebas filosóficas o lógicas,
sino en la experiencia personal como testigos de toda una nación, experiencia
que fue transmitida en cada generación con cuidadoso detalle cómo se narra en
la festividad de Pésaj.
El versículo “HaShém reinará
eternamente y para siempre” (Shemót/Éxodo 15:18) es el último verso de la Shirá
que se repite dos veces, indicando que la Shirá termina aquí (de manera
similar, el último verso de los Salmos recitado en Pesuké de Zimrá, se repite
para indicar la finalización del Libro de Tehil´lím/Salmos). Sigue luego la
versión Aramea de este verso y de otros más. El tema de estos versos es la
redención mesiánica futura y definitiva.
Rabbí Ieshaäiáhu HaLeví Horowitz,
autor del “Shené Lujót HabBerít” – Las dos Tablas del Pacto” o, como también se
lo conoce por su abreviatura “el SHELÁH” y otras autoridades señalaron que la
Shirá debe decirse de pie y con alegría, tal como si el judío de hoy estuviera
parado en la orilla del Iám Súf y lo estuviera cantando junto con Moshé. En el
Zóhar, la importancia de decir Shirá con “Kavaná” (concentración) se enfatiza
especialmente.
En la época del Templo de Jerusalén
este cántico era entonado por los Levitas todos los Shabbát en la tarde,
conjuntamente con la ofrenda de Minjá. Después de la destrucción del Templo las
comunidades en Éretz Israel, en su deseo de conservar todo lo que fuera posible
del ceremonial del culto en el Templo, introdujeron la recitación de este
cántico en los Pesuké de Zimrá cotidianos. La práctica se impuso y se extendió
a las comunidades judías en todo el mundo. Al principio se lo recitaba
solamente en Shabbát y después de la bendición final de los Pesuké de Zimrá,
pero posteriormente se convirtió en parte integral de los Pesuké de Zimrá
diarios.
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