PARASHÁT MISHPATÍM - (Shemót/Éxodo
21-24) - Resolver conflictos legales y en las relaciones familiares.
La Parashá Mishpatím nos enseña
sobre las leyes de este mundo. Sabemos que cada una de las historias de la Torá
revela un significado más profundo de lo que simplemente se lee y se observa.
En esta Parashá de Mishpatím, vemos que hay leyes que gobiernan las interacciones
entre las personas. Es más, todos y cada uno de nosotros tenemos una ley
personal que gobierna nuestras interacciones con la Luz del Creador. Bajo esta
ley, sabemos que hay una razón para todas las cosas. Esto nos ayuda a entender
que todo lo que nos sucede en un momento dado es exactamente lo que debe
sucedernos en ese momento. La Luz del Creador es sólo buena, y por lo tanto
sólo puede hacer el bien. Aunque las razones no sean obvias para nosotros en
ese momento, los acontecimientos de nuestra vida ocurren sólo porque los
merecemos y porque están diseñados para ayudarnos en nuestra transformación,
una transformación que resulta en una conexión más cercana con la Luz del
Creador, que es sólo buena.
En lugar de enfrentarnos a cada
situación aparentemente negativa con la pregunta: ¿Cómo puede Di-s permitir que
esto me suceda? podemos intentar encontrar en esa circunstancia la lección que
puede llevarnos a un nivel espiritual superior. En momentos de aflicción, es
muy difícil ver la razón de nuestras dificultades, pero siempre debemos
encontrar la fuerza en nuestro interior para decir: “Por ahora aceptaré esta
dificultad sin saber cuáles son sus razones, pero confiando en que Di-s me la
ha enviado por mi propio bien y que algún día lo entenderé totalmente”.
Aquí aprendemos que nuestro
propósito en este mundo es aprender como conectarnos completamente con la
Kedushá (Santidad) de Di-s. Lamentablemente, nuestro Deseo de Recibir Solo para
Uno Mismo nos distrae de este objetivo. Pero en el Én Sóf (“Mundo Sin Fin”), el
Creador dio a la Vasija Su Luz, junto con la capacidad de ser uno con Su Luz:
así pues todos y cada uno de nosotros tenemos esa capacidad en nuestro
interior.
Rav Áshlag enseña que todos tenemos
una “Naturaleza Divina de Arriba”. Pero en nuestro interior también hay un lado
reactivo. Con sólo resistir esta parte reactiva de nuestra naturaleza podemos
revelar la Luz que hay en nuestro interior y ser como el Creador: la Causa en
lugar del Efecto. Esto es lo que significa conectarnos con la Kedushá (Santidad)
de Di-s: conectarnos con la parte proactiva de nosotros mismos.
Rav Berg explica esto con un
ejemplo: IBM desarrollo una computadora que jugaba al ajedrez y que derrotó al campeón
del mundo Garri Kaspárov en 1997, Deep Blue, que así se llamaba, podía revisar
doscientos millones de movimientos de ajedrez en un segundo.
Todo lo que se crea recibe su
potencial de su creador, así pues, se deduce que el creador debe poseer al
menos la misma capacidad y habilidad que su creación. Sin embargo, los
programadores de Deep Blue no podían ver los millones de movimientos que su
creación podía ver. ¿Cómo puede ser que el efecto sea mayor que la causa?
Tal como explica el Rav Berg, la
computadora funciona con lo que se llama un sistema numérico binario, un numero
de base 2 que representa valores numéricos utilizando dos símbolos, usualmente
0 y 1. Gracias a su sencilla implementación en los circuitos digitales electrónicos,
el sistema binario se utiliza internamente en todas las computadoras modernas.
El Rav explica que si la mente humana estuviera siempre en un estado similar,
funcionaria más rápido y mejor que cualquier computadora, puesto que siempre se
encuentra en un estado de restricción: cambiando una y otra vez entre 0 y 1. Pero
cuando reaccionamos, el Satán coloca una cortina sobre aproximadamente el 96%
de nuestro cerebro, dejando en uso solo alrededor del 4 % de nuestra capacidad
cerebral.
La plenitud en todo el sentido de la
palabra depende de resistir el Deseo de Recibir Sólo para Uno Mismo, la fuerza
que nos impide recibir todo lo que necesitamos en nuestra vida.
Participar en esta Lectura y
conectar con la esencia del capítulo de Mishpatím nos da la fuerza para
liberamos de ese deseo. Al cesar de hacer aquellas cosas que limitan nuestro
acceso a la inteligencia infinita de la Fuerza de Luz de Di-s, somos capaces de
permitir que entre más Luz en nuestra conciencia. La resistencia nos permite un
acceso sin restricciones a la Luz.
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