PARASHÁT ITRÓ: EL NOVIO Y LA NOVIA
וַיֵּרֶד מֹשֶׁה מִן־הָהָר
אֶל־הָעָם וַיְקַדֵּשׁ אֶת־הָעָם וַיְכַבְּסוּ שִׂמְלֹתָם
VAIÉRED MOSHÉ MIN-HAHÁR
EL-HAÄM VAIKADDÉSH ET-HAÄM VAIJABBESÚ SIMLOTÁM - Y descendió Moisés del
monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos.
(Shemót/Éxodo
19:14)
Moshé regresó del monte Sinaí
después de hablar con Di-s. Moshé les dijo a los israelitas que Di-s quería que
pasaran tres días preparándose para recibir la Torá. Cada persona que se
conectó con la Revelación de Luz en el monte Sinaí lo hizo de una forma
distinta, con la diferencia determinada en parte por cuánto se había preparado
un individuo para recibir la Luz y en parte por el nivel espiritual que la
persona ya había alcanzado.
Está escrito: “HEIÚ NEJONÍM LISHLÓSHET
IAMÍM AL-TIGGUESHÚ EL-ISHSHÁ - Estén preparados para el tercer día,
no toquen mujer” (Shemót/Éxodo 19:15) y “Aconteció que el tercer día”. Rabbí
Shimön dijo que en el momento en que el Santo, Bendito Sea Él, deseó ser
revelado en el monte Sinaí reunió a todo su séquito y les dijo: “Ahora Israel
son como niños que no conocen Mis Mandamientos y yo deseo ser revelado ante
ellos con Misericordia, y ellos aceptaran Mi Ley”. Por lo tanto está escrito: “Aconteció
que el tercer día”. Efectivamente, la manifestación tuvo lugar en el tercer día,
pues es el día de Tiféret, que es la Misericordia. ¿Y cómo sabemos todo esto?
Está escrito: “VAIÉT SHAMÁIN VAIERÁD - E inclinó los cielos, y descendió
(Shemuel Bet/Samuel 2 22:10) y “los cielos” son Tiféret, que es misericordia,
como esta explicado más arriba.
(Zóhar, Itró 17:286)
Para conectar con la mayor medida
posible de Luz, debemos prepararnos intentando alcanzar nuestro siguiente nivel
espiritual. Por ejemplo, en el tiempo previo a una gran revelación de Luz, como
en Rósh HashShaná o Pésaj, podemos prometer que trabajaremos diligentemente
durante el próximo año para transformar algún aspecto de nuestro Deseo de
Recibir. De esta forma, podemos obtener un “préstamo espiritual”. Podemos pedir
prestada una cantidad adicional de Luz siempre que trabajemos para cumplir la
promesa espiritual que hemos hecho.
Los israelitas estaban acampados al
pie del monte Sinaí. Ellos se lamentaban porque Moshé venía para darles
mensajes de Di-s y ellos temían no tener la conciencia para escucharlos.
Estuvieron tres días sin interrupción preparándose para esta oportunidad. Pero
cuando llegó el momento en el que Moshé regresó con los mensajes, ¡Todo el
mundo estaba durmiendo!
Y Moshé se puso en camino y llegó al
campamento de los israelitas, y despertó a los israelitas de su sueño,
diciéndoles:
Despiértense de su sueño y
contemplen, su Di-s desea entregarles la Torá. El novio desea llevar a la novia
y entrar en la cámara nupcial”... Y el Santo, Bendito sea Él, también fue a
encontrarse con ellos para entregarles la Torá.
(Pirké de Rebbí Eliëzer 42)
Es incomprensible que los israelitas
fueran tan displicentes sobre un acontecimiento de tal magnitud. Así es como
nos captura el Adversario: puede debilitar nuestra resolución de asuntos
espirituales importantes y volvernos apáticos y descuidados. Y por el contrario,
también puede inspirar una gran tenacidad en nosotros para dar una importancia
exagerada a preocupaciones que son de todo menos espirituales.
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