LA LETRA כ KAF

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LA LETRA כ KAF     Por Kabbalah y Torah en Expansión   Las 2 letras de la escritura completa de la palabra כ ‘Kaf’, כף son las iniciales de 2 palabras hebreas: ‘Kóaj’ (“potencial”) y ‘Poël’ (“real”). Así la כ ‘Kaf’ alude al poder latente dentro del reino espiritual, el potencial de manifestarse completamente en la esfera física de lo real. HaShem debe crear el Mundo continuamente; de lo contrario, la Creación dejaría de existir instantáneamente. Su potencial, es entonces actualizado a cada momento. Este concepto se conoce como “el poder de revelar el eterno potencial dentro de la realidad”. En la Jasidut se nos enseña que esta debe ser la primera percepción al despertar. De momento que el significado literal de la letra כף ‘Kaf’ es “palma” - el lugar del cuerpo donde se lleva a la práctica el potencial - esta percepción es reflejada en la costumbre de poner una palma sobre la otra al despertar, al recitar la plegaria ‘Modé Aní’:   MODÉ (MODÁ)   ANÍ   LEFANEJA   MÉLEJ  

PARASHAT BESHALAJ - (Shemot/Éxodo 13:17-17:16) - Estar por encima de la naturaleza (Limitaciones)


PARASHÁT BESHAL´LÁJ - (Shemót/Éxodo 13:17-17:16) - Estar por encima de la naturaleza (Limitaciones)

¿Cómo es posible que al poco tiempo de su huida de la esclavitud en Egipto el pueblo de Israel estuviera deseando volver? En lugar de aceptar los desafíos que la libertad siempre trae consigo, ya estaban echando de menos la seguridad de su esclavitud. Todo esto está expresado en su lamento autocompasivo: ¿Por qué debemos morir en el desierto?

Rabbí Itzják Luria (el Arí) nos enseña que el exilio en Egipto era un exilio de la conciencia. En Egipto, el pueblo de Israel estaba esclavizado al Deseo de Recibir Sólo para Sí Mismos. Mientras esta conciencia egoísta estuviera al mando, no podía tener lugar ningún trabajo espiritual: su conciencia estaba esclavizada a la oscuridad. El Arí escribió:

Permítannos explicar las diferencias entre un pecado y una iniquidad y rebelión. Se considera una rebelión cuando un hombre conoce a su Rav, y aun así intencionadamente y deliberadamente actúa contra él. Entonces el causa que las kelippót reciban toda la abundancia (shéfa: Shín, Pé, Äin) para esa rebelión (Fésha: Pé, Shín, Äin). Las kelippót no otorgan nada de esta a los seres inferiores, Israel. Una iniquidad es cuando un hombre hace lo que le place, no deliberadamente sino pecando para su propio disfrute. El también causa que las kelippót reciban la abundancia descendiente, pero después de haberla recibido, ellos descienden parte de ella y nos la dan a nosotros, que es el significado de exilio. Con esto entenderás los dos refranes de los sabios en el último capítulo del Tratado Iomá. Uno dice que el arrepentimiento más grande es cuando las fechorías deliberadas se convierten para el pecador en fechorías que fueron realizadas por error, puesto que se refiere a una fechoría deliberada que se considera una rebelión. Primero, el hombre causó que las kelippót recibieran todo para ellas mismas, pero aun así nos descienden una parte por decisión propia después de tomarla para sí mismas. El otro refrán es que las fechorías deliberadas se convierten en méritos para un hombre. Esto se debe a que una iniquidad implica pecar sólo para el disfrute propio. Entonces, cuando el hombre se arrepiente, causa que las kelippót no tomen nada de la abundancia descendiente para ellas mismas, y retiene de ellas incluso la abundancia que solían tomar para sí mismas.

(Kitvé HaArí/Escrituras del Arí, Sháär HagGilgulím/Puerta de las Reencarnaciones, 21° Introducción, 14)

Esta esclavitud todavía existe en la actualidad y se expresa de muchas formas, alguna de las cuales parece incluso intensamente positiva. La excitación temporal que proviene de gratificar los deseos egoístas puede ser seductora. Si nunca miramos más allá, esta excitación puede parecernos una dicha verdadera. Aceptamos la búsqueda interminable de la próxima fuente de gratificación sin darnos cuenta de que en realidad se trata de una esclavitud. Cuando esta conciencia se ha apoderado de nuestras mentes y nuestras almas, la liberación puede parecer aterradora. Podemos rogar que nos lleven de vuelta a nuestra prisión, tal como muestra esta lección.

Actualmente hay personas que literalmente no pueden entender el mensaje verdadero de conexión con la Luz. Son como aquellos israelitas que pensaban: “¿Para esto fui sacado de Mitzráim/Egipto? ¿Para poder dar en lugar de tomar? ¿Para poder compartir con otros en lugar de guardarlo para mí mismo?”. Aquellas eran personas que no experimentaron la esclavitud de Egipto como sufrimiento porque su Deseo de Recibir Sólo para Sí Mismos se había convertido en la esencia y el fundamento de su ser. Salir de Egipto les trajo un tipo de dolor que no estaban preparados para aceptar, aunque la transformación definitiva se hallaba justo al otro lado de éste.

Considera este ejemplo. Un hombre ha vivido siempre en un apartamento pequeño. Está acostumbrado a éste, por lo que las habitaciones pequeñas no le causan ningún sufrimiento. Nunca busca un espacio más grande para vivir porque no está incómodo donde está y porque buscar otra cosa requeriría un esfuerzo. Por otro lado, otro tipo de persona encontraría intolerable vivir en este pequeño apartamento. El hombre satisfecho en su pequeño apartamento puede estar motivado primordialmente por la inercia y un nivel familiar de miseria, mientras que la otra persona fija su objetivo en algo mejor, aunque signifique trabajar para hacer algunos ajustes. Para una persona, la necesidad significa mantenerlo todo exactamente igual; para la otra, la necesidad significa crear un cambio positivo.

Por lo tanto, podemos ver que “la esclavitud en Egipto” - esto es, el Deseo de Recibir Sólo para Uno Mismo-puede adoptar muchas formas. La más poderosa y persuasiva es el hábito inquebrantable de ser reactivo. Una persona negativa no quiere cambiar porque es mucho más fácil reaccionar. “Salir de Egipto” es proactivo. Significa que debemos abrirnos a un nuevo territorio en nuestro interior y escapar de nuestras manías tan gastadas y formas habituales de hacer las cosas. Ese comportamiento proactivo es lo mejor de nuestra escapada de la esclavitud, pero también lo más difícil. Para algunas personas, este cambio es demasiado difícil y atemorizante, pero para otras, es un desafío que revigoriza su búsqueda de conexión.

Independientemente de lo que hagamos, si nuestras acciones están basadas en la servidumbre a una idea, una persona, un objeto o una situación, entonces todavía estamos “esclavizados en Egipto”. Por el contrario, si hacemos algo porque es lo correcto y no porque va unido a alguna recompensa o compensación material, esto significa que “estamos saliendo de Egipto”. Al llevar a cabo estas acciones positivas y alimentar la conciencia que subyace en ellas, nos preparamos para recibir la Luz en el monte Sinaí.



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