PARASHÁT BÓ: EL FUEGO DEL CORAZÓN
El nivel más elevado que uno puede
alcanzar es de merecer guardar su mente y de siempre recordar el Ölám Habbá (Mundo
Venidero), es decir, de recordar de dónde vino, hacia dónde va y ante Quien
tendrá que pararse para rendir cuentas por sus acciones. Debido a que el ietzer
hará (la mala inclinación) domina en gran medida a la persona, causándolo que
experimente la “muerte del corazón”, Jás veShalóm (“Que HaShém nos libre”) – es
decir, de interrumpir los pensamientos del corazón para que uno no realice su
servicio Divino y se olvide de su propósito eterno. Esto es tan grave como si
la persona hubiese experimentado un ataque de corazón físico, que HaShém nos
libre; y de repente el corazón deja de servir a HaShém correctamente y la persona
está en gran peligro, que HaShém nos libre. Así también espiritualmente, cuando
uno se olvida de su propósito eterno en este mundo, en ese momento su corazón
se muere, que HaShém nos libre, y la persona está en gran peligro de perder el
Mundo Venidero por completo, que HaShém nos libre. Porque la grandeza principal
de la persona es que puede estimular su corazón para servir a HaShém en cada
momento, incluso si él no merece convertir completamente todo su potencial en
realidad. Sin embargo, su corazón todavía arde por HaShém, como vemos con
Avrahám Avínu en que él fue el primer hombre que tuvo este deseo santo y su corazón
ardía para servir a HaShém en verdad. Incluso cuando el mundo entero se levantó
contra él, él no dejó que esto lo molestase en absoluto, sino que fortaleció su
corazón para enfrentarlos, como en (Iejezkél 33:24): “EJÁD HAIÁ
AVRAHÁM - Abraham fue uno”.
Lo mismo sucede con cada persona,
cuando ve los muchos obstáculos en el mundo que se levantan contra él tratando
de impedirle alcanzar la santidad. Él debe saber muy bien que él si tiene el
poder para vencerlos y para fortalecer su corazón. Esto fue lo que Rabbí Natán
Z´L le dijo una vez a una persona que se quejó ante él cuando él habló sobre la
grandeza de esta pasión ardiente que tuvo Avrahám Avínu. Este individuo preguntó:
“¿Quién puede compararse con Avrahám Avínu?” Rabbí Natán Z´L le dijo: “¡Tú
también tienes este poder, es sólo que no has despertado tu corazón para
hacerlo!” Porque si la persona fortaleciera su corazón, no estuviera
impresionado en absoluto de que cosa o cual persona se interpone en su camino
para servir a HaShém. Seguramente sería capaz de ver las grandes maravillas de
todo lo que desea hacer. Sólo se debe al gran obstáculo cuando el ietzer hará
causa que su corazón muera, que HaShém nos libre, y se apaga el fuego sagrado
en su corazón que arde por HaShém. En aquel momento él está en gran peligro,
porque no tiene voluntad propia para seguir adelante, causándolo que caiga en
una gran depresión y no quiere hacer nada en absoluto. Por lo tanto, la tarea
principal de la persona es de despertar su corazón en cada momento con mucha
fuerza y de saber que si realmente quiere llegar a los niveles más altos en el
servicio a HaShém si puede llegar a ellos, porque nada puede interponerse ante
el deseo santo que uno tiene cuando desea hacer algo santo.
Ahora, no hay otra área donde el ietzer
hará quiere causar la “muerte de corazón” de la persona como en el área del
estudio de la santa Torá. El ietzer hará hace que la persona llegue a ser débil
de corazón hasta el punto en que no es capaz de estudiar adecuadamente. Ya que
la persona tiene dificultad para estudiar y no entiende lo que está estudiando,
entonces se pregunta: “¿Por qué debo empezar a estudiar?” Sin embargo, Rabbí
Najmán ya nos enseñó (Sijot Harán #76) que “la simple lectura de las palabras
en voz alta si es considerado estudiar y la comprensión vendrá por sí misma más
tarde”. Si la persona comienza a estimular su corazón para estudiar, aún si es
sólo el simple leer las palabras, con el tiempo tendrá el mérito de comprender
las profundidades de la Torá (Likkuté Moharán, parte I, lección 11). Sin
embargo, se necesita un gran fuerza para levantarse contra los obstáculos del ietzer
hará que desea impedirle a la persona que estudie. Uno necesita estimular el
fuego de su corazón para poder perseverar en el estudio de la Torá, incluso si
él no amerita comprender todo lo que estudia al principio. Porque con el tiempo
tendrá el mérito de experimentar la gran dulzura de la santa Torá y que las
palabras que estudió penetren su corazón en verdad.
Esto es lo que Rabbí Najmán nos dice
con respecto al “poder de la imaginación”, ya que estos pensamientos entran en
la mente de la persona y ellos desean debilitar su mente y causarle
sentimientos de desesperación, de que nunca llegará a realizar sus santos
deseos. Estos obstáculos sólo se derivan del “poder de la imaginación”, donde la
persona se imagina obstáculos vanos, como si él ya no tiene la fuerza santa de
permanecer firme en contra ellos. Rabbí Najmán ya nos habló sobre esto (al
final de Likkuté Moharán, parte I, lección 25) diciendo: “Hoy, tenemos que
darle al ietzer hará un nuevo nombre: “el poder de la imaginación”, porque su
éxito y estímulo es sólo a través de los obstáculos de falsedad y vanidad. Y
alguien con un poco de inteligencia puede ver rápidamente que en verdad no hay
obstáculos en absoluto, como Rabbí Najmán dice al final de Sijót Harán #6, en
relación con los obstáculos que son como rayos de luz en una habitación oscura.
Parecen sólidos, pero cuando uno trata de agarrarlos se da cuenta de que en
verdad no son nada, sino simple rayos de luz.
Porque el ietzer hará inunda a la
persona con pensamientos de desesperación y de tristeza en su corazón,
diciéndole que él no puede hacer nada bien, porque todos estos altos niveles no
pertenecen a él en absoluto. A través de esto, el ietzer hará quebranta a la
persona por completo y hace que caiga en un estado de gran depresión, hasta
que, literalmente, no hace nada en absoluto. Por lo tanto, la forma principal
de vencerlo es a través del concepto de la “mano”, que corresponde a la alegría
y a los instrumentos musicales que son tocados con la mano. Porque cuando uno
se fortalece con mucha alegría y salta por encima de los obstáculos que quieren
dominarlo, en aquel momento puede ver que él realmente si tiene el gran poder
de mantenerse firme contra todos aquellos que se oponen a él, y cómo no debe
dejar que ellos lo distraigan en absoluto. Por lo tanto, feliz es la persona
que se estimula a sí mismo para entender el aspecto de simjá (alegría) y se
fortalece con el espíritu de un corazón alegre. Porque entonces será salvo de
la “muerte del corazón” y del “poder de la imaginación” y tendrá el mérito de
recordarse de su objetivo eterno, el Ölám Habbá (Mundo Venidero), uniéndose así
a HaShém en verdad. Feliz es él y feliz es su porción.
Vemos en la parashá Bó el
mandamiento de los Tefil´lín (Shemót/Éxodo 13:9): “Y será como señal en tu
mano, y como un recuerdo entre tus ojos, para que la Torá de HaShém esté en tu
boca, porque con una mano fuerte HaShém te sacó de Mitzráim (Égipto)”. Tenemos
que entender, ¿Cuál es la conexión entre los tefil´lín que deben ser colocados
sobre la mano y como un recuerdo entre los ojos con la Torá estando en nuestra
boca, y todo esto “porque con una mano fuerte HaShém nos sacó de Mitzráim”? De
acuerdo con las palabras de Rabbí Najmán, podemos entender muy bien. “Y será
como señal en tu mano” – corresponde a la alegría de las manos, como antes.
Como en (Devarím/Deuteronomio 12:7) “Y te alegrarás en todo lo que pongas en
tus manos”, que son los instrumentos musicales que son tocados con las manos.
Porque cuando uno se coloca los Tefil´lín en la mano, la persona se fortalece
con alegría, sabiendo muy bien que todo el poder de sus manos viene sólo de
HaShém, y no dice: “El gran poder de mis manos me ha traído este éxito”. Más
bien, él sabe muy bien que todo viene de HaShém. Esto lo lleva a un estado de
alegría y luego se coloca los Tefil´lín shel Rósh (los Tefil´lín de la cabeza)
“un recuerdo entre tus ojos” – que amerita recordar el Mundo Venidero. Él
dirige su mirada para ver el verdadero propósito en este mundo, que es que “la
Torá de HaShém esté en tu boca”, porque sólo a través de recordar el Mundo
Venidero es que uno amerita estudiar la Torá de HaShém con intenciones santas.
Porque el ietzer hará quiere dominar a la persona en gran medida con el “poder
de la imaginación” para impedirle que estudie la santa Torá con intenciones
santas, diciéndole que el estudiarla no es para él, porque él no tiene una
mente buena y no entenderá bien. A través de todos estas engaños el ietzer hará
impide que uno estudie la Torá.
Sin embargo, cuando la persona se
fortalece a sí mismo con alegría y amerita guardar sus ojos del “poder de la
imaginación”, entonces él amerita “que la Torá de HaShém esté en su boca” – que
es el estudio de Torá. Esto es “que la Torá de HaShém esté en tu boca”, porque
“con una mano fuerte HaShém te sacó de Mitzráim”. Porque sólo a través de
HaShém haberles revelado el concepto de la “mano fuerte” – es decir, la
clarificación del “poder de la imaginación” y el poder de fortalecerse a sí
mismo mediante el concepto de la “mano de alegría”, como antes. A través de
esto, ellos salieron de MiTZRáIM – es decir, el MeTZeR IáM (la constricción del
Mar de la Sabiduría) – y fueron redimidos de la “mano” de PaRÖH/Faraón, que es
PéH RÄ (una boca maligna). Esto es porque el Faraón corresponde a la
instigación del ietzer hará para confundir al corazón de la persona. Él le dice
a la persona que nunca tendrá éxito en cumplir “que la Torá de HaShém esté en
tu boca” y que es mucho mejor invertir su tiempo en otras cosas vanas, que
HaShém nos libre. De esta manera él atrapa a la persona en su red, porque
enseguida que la persona abandona su estudio de Torá, es muy probable de
olvidarse completamente de su objetivo eterno en la vida, y cae bajo el “poder
de la imaginación”. Esto es como explica Rabbí Najmán en esta lección (sección
5), que el principal poder de la imaginación proviene del lashón hará (lengua
maligna/chisme), que es PéH RÄ. Sin embargo, cuando HaShém reveló su mano
fuerte y los Hijos de Israel, ellos ameritaron ver Su mano y fueron inspirados
con una gran alegría y con la esperanza de que, sin duda, ellos si son capaces
de merecer todo lo bueno. Y a través de esto, verdaderamente tuvieron el mérito
de salir de Mitzráim y de bajo la mano del Faraón, para atar sus manos y
cabezas con los santos Tefil´lín, que corresponden al recordar su verdadero
propósito y el Mundo Venidero. Y que HaShém nos conceda el mérito de alcanzar
este nivel de recordar y de estimular a nuestros corazones para que siempre
podamos recordar el Ölám Habbá (Mundo Venidero); y así poder unirnos y
conectarnos a HaShém en verdad y simpleza todos los días de nuestras vidas,
desde ahora y para siempre. Amén Veamén.
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