SHEMÓT: LA ELECCIÓN CORRECTA
El comentario dice que cuando Moshé
nació, toda la estancia se llenó de Luz (Meguil´lá 14a). El Zóhar repite esta
misma idea:
Rabbí Iosi dijo: Iojéved vio la luz
de la Shejiná que brillaba en Moshé. Pues en el momento en que él nació, toda
la casa se llenó de luz, tal como está escrito: “Y cuando ella vio que él era
un hijo hermoso”. Todo estaba incluido en él; él contenía la luz de la Shejiná,
y también, como está escrito, nació circuncidado.
(Zóhar, Shemót 19:187)
Moshé llegó al mundo como el
individuo elegido para ayudar a los de su generación. Sin embargo, Moshé
también está presente en cada generación como canal para ayudarnos a cada uno
de nosotros a vencer nuestra esclavitud personal.
El Faraón había ordenado la muerte
de todo varón israelita recién nacido. Para proteger a Moshé, su madre y la
comadrona - Miriám, la hermana de Moshé - lo colocaron en una cesta y lo
depositaron sobre las aguas del Nilo. Para nosotros, esa cesta es el Zóhar, y
es nuestra protección. Podemos estar rodeados de negatividad, pero cuando nos
vestimos con la Luz del Zóhar, no tenemos nada que temer. El Midrásh dice que
cuando Moshé fue lanzado al agua, los astrólogos del Faraón dijeron: “Su redentor
ha sido lanzado al agua”. Inmediatamente, el decreto según el cual todos los
bebés varones debían ser lanzados al Nilo fue revocado (Sotá 12b).
LA HIJA DEL FARAÓN RESCATO A MOSHÉ
DEL NILO (Shemót/Éxodo 2:5).
Aunque Batia, la hija del Faraón,
procedía de una familia negativa y vivía en la casa del Faraón, era una persona
que compartía con los demás. Esto nos enseña que no importa de dónde venimos o
cuáles son nuestros ancestros, pues tenemos el potencial de compartir y ser
proactivos. De hecho, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad, así como
el potencial, de ser un ser humano que comparte, de vivir proactivamente y de
crecer espiritualmente. Batia, la hija del Faraón podía haber encontrado muchas
excusas -su miedo a ser descubierta, su posición social, incluso su linaje -para
no rescatar a Moshé. Pero ella tomó la elección correcta, y cada uno de
nosotros debe hacer lo mismo. No podemos colocar la responsabilidad en nadie
más. Una vez llegamos a este mundo, nuestro Tikkún (corrección espiritual) es
nuestro, y debemos estar totalmente dispuestos a transitar el camino de nuestro
propio destino espiritual.
La hija del Faraón llevó a Moshé a
una nodriza, pero Moshé la rechazó. Ella lo intentó con otras nodrizas
egipcias, pero Moshé las rechazó a todas por su negatividad. Finalmente, Miriám,
la hermana de Moshé, fue llamada para encontrar a una mujer de quien Moshé
aceptara ser amamantado. Ella recomendó a su propia madre, Iojéved, quien fue
capaz de amamantar a su hijo y criarlo durante los primeros años de su vida.
La negación del bebé a aceptar
alimento de ninguna otra mujer que no fuera la más iluminada nos recuerda que
debemos buscar la sabiduría de aquellos que están más calificados para darla.
La sabiduría espiritual es cómo el Creador nos envía nuestro alimento
espiritual, y la búsqueda de nuestros compañeros adecuados en esta tierra es
una parte de ese proceso.
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