EL ACTO DE TZIMTZUM

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EL ACTO DE TZIMTZUM   Por Kabbalah y Torah en Expansión   Al producir la Creación como una obra fuera de Sí mismo, el ‘En Sof’ (Infinito), Bendito Sea, voluntariamente dejó de lado Su ilimitación y adoptó un camino de acción limitada. Esto se llama el ‘Tzimztum’ (“contracción”) del ‘En Sof’, Bendito Sea.   La Voluntad Suprema, que es el ‘En Sof’, Bendito Sea, incluye diferentes tipos de poderes que no tienen Fin ni Límite. Pero no estamos hablando de Su aspecto de lo ilimitado, con el cual no tenemos conexión. Más bien, estamos hablando de ese poder particular entre Sus innumerables poderes que es la causa de nosotros.   El poder que nos causa es Su poder para producir una obra “fuera” de Él mismo, en el sentido de crear y gobernar reinos y seres aparentemente separados e independientes.   Esto lo hizo de acuerdo con Su ‘Middá Jésed’ (“atributo de bondad”), porque la naturaleza de la bondad es otorgar bondad a los demás. Si es así, estamos hablando solo de Sus actos

FELICES SON LOS QUE ESTUDIAN TORÁ


FELICES SON LOS QUE ESTUDIAN TORÁ

Felices son los que estudian Torá. Pues escrito está: “GAM-TZIPPÓR  MÁTZEA  VÁIT - También un pájaro haya casa” (Tehil´lím/Salmos 84:4a), que es una casa con versos de Torá saliendo de ella. Es la columna central. Una casa que no tiene Torá, está destinada a ser destruida.

Los que tienen Torá en ellos se llaman “Hijos”, “Polluelos” y “Huevos”. Los huevos son los que hacen la lectura literal, los polluelos son los que tienen un estudio más profundo, y los hijos son aquellos que siguen la Kabbaláh, los secretos interiores.

La Torá lleva la fuerza de Luz del Creador, como el alma sostiene el cuerpo. Sin ello el cuerpo desfallecería. Los huevos son de nivel inferior porque la vida aún no ha salido de ella; está bajo la cáscara en potencia. Los polluelos son el siguiente nivel de estudio de la Torá y tienen vida como cuando el polluelo sale del cascarón. Los hijos son los estudiantes de Kabbaláh y son más altos porque están conectados con su padre para que puedan ser llamados hijos.

La casa es nuestro Kelí/recipiente y la Luz en ella se refleja en función del nivel de estudio o conexión que se hace con la Torá, que es la fuerza de la Creación, la Luz que sustenta todo.

Cuando se dice “VEHAÉM  ROVÉTZET  ÄL-HAEFROJÍM  Ó  ÄL-HABBETZÍM - Estando la madre echada sobre los polluelos o sobre los huevos” (Devarím/Deuteronomio 22:6), dejarás ir libre a la madre. Pero para el estudiante de Kabbaláh: “LO-TIKKÁJ  HAÉM  ÄL-HABBANÍM - No tomarás a la madre que está con los hijos”.

Madre es Biná y los Huevos (Maljút). Polluelos e Hijos son conexiones diferentes como fue descrito arriba. Cuando el Kelí/recipiente se llena con el conocimiento de la Kabbaláh, la energía de Biná habita dentro de él y no puede ser separado.

El Zóhar es un estudio superior y una conexión con Biná y lo Supremo y, por lo tanto, sostiene al recipiente. Por eso se dice en el Zóhar que es el Arca de Noé para la última generación.

(Tikkuné Zóhar)


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