SEGUL´LÓT (VIRTUDES)
DE LAS LUMINARIAS DE JANUKKÁ
El tiempo de
encendido de las velas de Janukká es un momento de buena voluntad (ët ratzón),
donde las Luces de los Mundos Superiores influencian y se alinean con los
Mundos Inferiores.
Tiempo para pedir
por los deseos del alma. Orar por Shiddúj (emparejamiento, alma gemela),
armonía en la pareja y en el hogar, por la buena vida, la paz y la salvación.
Contemplar las
luminarias de Janukká corrige nuestra visión física y espiritual, despeja y
limpia la mente de pensamientos ajenos.
Conexión con
tus maestros, con el pueblo de Israel y tus seres ya fallecidos. Reconciliación
con tus enemigos.
Abre las
puertas del cielo. Cada oración que se dice al lado de la Menorá es elevada y
presentada ante HakKadósh Barúj Hú (el Santo Bendito Es).
Te da la Nevuá
(capacidad de profecía) igual que la que tuvo Adán en el Gan Ëden donde podía
ver desde un extremo del mundo hasta el final. Te conecta con los 36 Tzaddikím Nistarím.
Se considera
importante sentarse frente a las velas encendidas de Janukká durante media hora
completa después de encenderlas y mirar las llamas. Esta acción es considerada
como una Segul´lá para la curación del alma y los temores. Se relaciona con que
la luz de las velas de Janukká está conectada a la luz que Di-s creó en el
momento de la creación que se ocultó y se revelará solo al final de los días,
ya que esta Luz única se creó antes de que se creara la idea del miedo. Por lo
tanto, mirar las luces de Janukká se supone que alivia los miedos y temores.
Las mujeres que
se sientan junto a las velas de Janukká durante media hora merecerán tranquilidad
(Nájat Rúaj) durante todo el año.
La primera
media hora de quema de las velas de Janukká se considera un momento
especialmente propicio para la tefil´lá/oración: se cree que los ángeles se
sientan sobre las velas y llevan las oraciones directamente al Cielo.
Para aquellos
que han visto cosas inmodestas, al mirar las llamas de las velas de Janukká se les
borra esas imágenes de su memoria.
Se considera
importante usar aceite de oliva cuando se enciende la Janukkiá (menorá/candelabro
de janukká), ya que el aceite de oliva es conocido y usado para bendecir a las personas
con una buena memoria, sabiduría y niños que se elevarán por encima de los
demás en su sabiduría de la misma manera que el aceite de oliva flota sobre el
agua.
La persona que
es consciente del encendido de las velas de Janukká es recompensada con tener
hijos estudiosos de Torá. (Talmúd, Shabbát 23a)
Existe una
tremenda Segul´lá en la octava noche de Janukká para aquellos que desean un
parto fácil o engendrar hijos. Los pedidos que los más grandes tzaddikím/justos
no pudieron otorgar en la tefil´lá de Neïlá de Ióm Kippúr pueden ser
solicitados durante el encendido de las velas de la octava noche de Janukká.
Aquellos que
desean ser bendecidos con hijos deben recitar el verso de Tehil´lím/Salmos 80:15
que dice: “ELO-HÍM TZE-VAÓT SHÚV-NÁ
HABBÉT MISHSHAMÁIM URÉ
UFKÓD GUÉFEN ZÓT - Oh Di-s de los Ejércitos, vuelve ahora;
mira desde el cielo, y ve, y visita esta vid”. La vid es una referencia a la
mujer. Quien desea ser tan fructífera como una vid.
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