PARASHÁT VAIETZÉ - (Bereshít/Génesis
28:10-32:3) - Superar la infertilidad
VAIETZÉ IAÄKÓV MI - “Y salió Jacob de...” (Bereshít/Génesis
28:10)
Iaäkóv/Jacob abandonó la tierra de
Israel y fue a Jarán como le sugirieron sus padres. Rivká/Rebeca lo envió lejos
porque el espíritu de Di-s le dijo que Ësáv/Esaú quería matarlo. Itzják/Isaac
lo envió lejos porque estaba preocupado por la nacionalidad de la mujer con la
que Iaäkóv quería casarse. Sin embargo, ninguna de estas es la verdadera razón
por la cual Iaäkóv tenía que partir y “salir de” su lugar.
Iaäkóv tenía que partir por su
propio bien, no por su padre o su madre o su hermano. En la Torá, está escrito
de una forma simple: “Y Iaäkóv partió”. No se da ningún otro motivo relacionado
con otra persona. Iaäkóv debía irse por su trabajo en este mundo y por el nivel
espiritual que él representaba. Hay cosas en nuestras vidas que se nos requiere
que hagamos, aun cuando no estemos dispuestos. Cuando vemos que esto es cierto
en una situación específica -una en la que no tenemos otra elección que tomar
una acción concreta- podemos estar seguros de que el Creador nos está mostrando
nuestro camino para que podamos tomar acción. Se nos dice que cuando llevamos a
cabo esa difícil acción, se nos puede dar ayuda Divina, de la misma forma que
cuando Iaäkóv abandonó Beersheva, los ángeles lo llevaron (Shojér Tóv 91:6).
Aunque es cierto que abandonar
Israel se considera “descender” en un sentido espiritual, no es el caso cuando
se aplica a una persona justa como Iaäkóv, nuestro Patriarca. Después de todo, él
es una Merkavá/Carroza para la Sefirá de Tiféret, así como el padre de las Doce
Tribus de Israel. Después de que Iaäkóv luchara contra el ángel, el Creador le
dio el nombre de “Israel”.
“VAIÓMER LÓ IAÄKÓV
IEAMÉR ÖD SHIMJÁ
KÍ IM-ISRAÉL KI-SARÍTA ÏM-ELO-HÍM VEÏM-ANASHÍM VATTUJÁL - Le dijo pues: “Ya no será tu nombre
Jacob, sino Israel, porque has luchado con Di-s y con los hombres, y has
prevalecido”. (Bereshít/Génesis 32:29)
Cuando Iaäkóv abandonó Beersheva, la
santidad de Israel partió con él, y este es el motivo por el cual no está
escrito “él descendió”, sino “él salió de”. Aunque Iaäkóv estaba físicamente
fuera de Israel, todavía estaba allí espiritualmente.
Aun estando fuera de Israel podemos
hacer una conexión con su energía siempre que tengamos la santidad de Israel
dentro de nosotros. Este es el canal que Iaäkóv abrió para nosotros: las
personas que deben estar fuera de Israel por cualquier motivo pueden llevarse a
Israel con ellas, dentro de su corazón y de su alma.
¿Por qué fue elegido Iaäkóv para ser
el canal de la energía de Israel fuera de Israel? Porque él era la
reencarnación de Adám. De hecho, todos formamos parte de Adám, y fuimos
separados de Adám y entre nosotros sólo después de que Adám pecara. No
obstante, sólo la reencarnación de Adám podía ser un canal para que toda la
nación de Israel llevara su Luz fuera de sus fronteras físicas. Sólo Iaäkóv
podía conectar las Columnas Derecha e Izquierda, uniendo elementos que por
naturaleza son opuestos el uno al otro. La misericordia (jasadím) y el juicio
(dín) - es decir, Avrahám e Itzják no pueden unirse; o estamos en el juicio o
estamos en la misericordia, pero no podemos estar en ambos. Sólo Iaäkóv, la
Columna Central, podía resolver esta dicotomía fundamental. Iaäkóv es el
filamento de la bombilla de luz, el conducto entre las energías positivas y negativas.
Pero Iaäkóv era fuerte en todos los
lados, en el lado de Itzják y en el lado de Avrahám. Sama´el vino a la derecha
y vio a Avrahám fuerte con el vigor del día, es decir, el Lado Derecho, que es
Jésed. Vino a la izquierda y vio a Itzják poderoso con la fuerza del juicio
riguroso. Vino al cuerpo, concretamente a la Columna Central, y vio a Iaäkov
fuerte en ambos lados. Avrahám e Itzják le rodeaban, uno en cada lado. Luego “cuando
vio que no podía prevalecer contra Iaäkóv, lo tocó en la coyuntura del muslo (Bereshít/Génesis
32:26) en un lugar fuera del cuerpo, el único pilar del cuerpo en el cual se
apoya todo el cuerpo, concretamente netzáj, el pilar de tiféret, llamado “cuerpo”.
Luego “se dislocó la coyuntura del muslo de Iaäkóv mientras luchaba con
él..." (Ibíd.).
(Zóhar, Toledót 19:197)
Cuando personificamos la conciencia
de la Columna Central, somos capaces de unir la verdad, la paz y la bondad amorosa,
y podemos conectar con Iaäkóv y la energía completa que él poseía. Podemos ser
canales de la misma energía equilibrante y resistiva que Iaäkóv,
independientemente de dónde vivamos o dónde viajemos. Las personas que viven en
Israel -y las que no viven pueden todas conectarse con este poder al leer esta Parashá/Sección
de la Torá.
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