LA LETRA כ KAF

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LA LETRA כ KAF     Por Kabbalah y Torah en Expansión   Las 2 letras de la escritura completa de la palabra כ ‘Kaf’, כף son las iniciales de 2 palabras hebreas: ‘Kóaj’ (“potencial”) y ‘Poël’ (“real”). Así la כ ‘Kaf’ alude al poder latente dentro del reino espiritual, el potencial de manifestarse completamente en la esfera física de lo real. HaShem debe crear el Mundo continuamente; de lo contrario, la Creación dejaría de existir instantáneamente. Su potencial, es entonces actualizado a cada momento. Este concepto se conoce como “el poder de revelar el eterno potencial dentro de la realidad”. En la Jasidut se nos enseña que esta debe ser la primera percepción al despertar. De momento que el significado literal de la letra כף ‘Kaf’ es “palma” - el lugar del cuerpo donde se lleva a la práctica el potencial - esta percepción es reflejada en la costumbre de poner una palma sobre la otra al despertar, al recitar la plegaria ‘Modé Aní’:   MODÉ (MODÁ)   ANÍ   LEFANEJA   MÉLEJ  

PARASHA VAIETZE: RAJEL Y LEA


PARASHÁ VAIETZÉ: RAJÉL Y LEÁ

Iaäkóv amaba a Rajél, pero el Creador le concedió a Leá el mérito de casarse primero con Iaäkóv, y después Leá concibió hijos cuando Rajél no pudo. Al leer esta simple historia, uno puede preguntarse qué tipo de Creador puede traer tanto caos a una familia.

Aun en la muerte, Rajél fue separada de Iaäkóv. Leá está enterrada con Iaäkóv, mientras que Rajél, que murió mientras daba a luz a Biniamín, está enterrada sola en el camino hacia Bet-Léjem/Belén. El Zóhar explica lo siguiente:

Puesto que Leá fue y lloró en la carretera por Iaäkóv, ella obtuvo el mérito de ser enterrada con él. Rajél, que no quiso salir para rezar por él, fue enterrada entonces junto a la carretera. El secreto de este asunto es que uno está revelado y el otro no está revelado.

(Zóhar, Vaiejí 29:273)

Pero hay una razón para todo lo que sucede. Cómo vemos las cosas no es siempre como realmente son. Las vidas de Iaäkóv, Rajél y Leá no eran como las vidas de otras personas. Todos ellos son Merkavót/Carrozas, almas elevadas y espirituales que como seres humanos liberan y manifiestan ciertas fuerzas cósmicas. Al hacerlo, ellos revelan la forma en que funciona la estructura energética del universo, y esto juega un papel clave en el destino de la humanidad. Todo lo que Iaäkóv, Rajél y Leá experimentaron afecta todavía a todas y cada una de las personas que han existido o que existirán en el mundo.

“Rajél” es un código para nuestra manera de pensar, y “Leá” es un código para la forma en que debemos ver nuestra vida. Rajél representa a Maljút, el mundo físico, o manifestación; Leá representa a Biná, el mundo espiritual o potencial.

Bó uRé/Ven y ve: esto es ciertamente así. Todo lo que pertenece al Mundo Superior, Leá, está oculto, y todo lo que pertenece al Mundo Inferior está revelado. Por lo tanto, Leá fue ocultada y enterrada en Meárát HamMajpelá (la Cueva de Majpela) en Jevrón/Hebrón, y Rajél fue enterrada junto a la carretera abierta. Una está oculta, la otra está abierta. Por lo tanto, el mundo superior destaca en secretismo.

(Zóhar, Vaietzé 24:243)

El problema es que amamos a Rajél, y deseamos profundamente que todo le vaya bien. Sin embargo, Leá representa la vida real que ni siquiera somos conscientes de que queremos. Debemos aprender a vivir la vida de Leá, que es el nivel de Biná, como si fuera la vida de Rajél, que es Maljút. Debemos amar a Leá como si fuera Rajél, y amar lo espiritual como si fuera lo físico. Si somos capaces de transformar nuestros anhelos físicos en anhelos espirituales, cada uno de nuestros deseos y acciones nos llevará más cerca de Di-s. Hay un dicho que debemos aprender: a amar al que regala y no a lo regalado; por ejemplo, si deseamos bellas flores, debemos aprender a desear al Creador en lugar de las flores. De esa forma, trascendemos el mundo físico y amamos cada vez más lo espiritual como si fuera lo físico; o a Leá como si fuera Rajél.

La cuestión reside en a qué le damos más valor. ¿A cuántas personas en el mundo les importa realmente que no haya Templo? ¿Quién llora por su destrucción? Sin embargo, si perdemos dinero en una transacción de negocios lloramos amargamente por la pérdida. Amamos tanto a Rajél - nuestra vida física aquí en el mundo que experimentamos muy poco crecimiento espiritual. Sólo cuando aprendamos a amar a Leá tanto como amamos a Rajél seremos capaces de revelar la Luz del Creador en este mundo.

VAIETZÉ significa “Y salió de”. El mensaje para la humanidad es que sólo cuando “salimos” de nosotros mismos, cuando abandonamos nuestra zona de confort y nos elevamos por encima de nuestra naturaleza y nuestros deseos egoístas, iniciamos nuestro verdadero viaje espiritual. En esta historia, Iaäkóv tuvo que “salir” para embarcarse en su camino hacia convertirse en “Israel”: el conducto de energía para la nación de Israel.

Al conectar con esta lectura particular, podemos adquirir el poder para dejar atrás nuestra naturaleza imperfecta con el fin de hacer un cambio dramático en nuestra vida y crear un nuevo destino.


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