LA FÍSICA DE RÓSH HASHANÁ
De acuerdo a las enseñanzas del
cabalista Rabi Moshé Jaím Luzzatto (Ramjal), en Rósh HaShaná se lleva a cabo el
juicio porque la estructura de Nukvá se renueva, ya que ese día fue creado el
mundo (o más precisamente el hombre). El nivel de la construcción de Nukvá
depende de las acciones de los seres inferiores, ya que ella es la raíz de los
mismos. En Rósh HaShaná se determina el comportamiento de Nukvá durante el año
entero, y esto significa que en Rósh HaShaná se establece qué tipos de Poder Directivo
habrán de salir de Nukvá. Por eso el Creador revisa los actos de los hombres
nuevamente cada año (es decir, los juzga), y como durante los diez días que
median entre Rósh Hashaná y Ióm Kippúr (Día del Perdón) se genera este proceso
de construcción, la puerta de arrepentimiento permanece abierta, ya que aún no
se ha completado la estructura final de Nukvá.
Durante esos diez días es más fácil
arrepentirse que el resto de los días, porque Abbá ve Immá (Padre y Madre)
están construyendo a Nukvá, a diferencia del resto del año en que es Zéër Anpín
quien la construye. Cuando termina Ióm Kippúr, el Día del Perdón, al finalizar
la estructuración de Nukvá, no existe más probabilidad de arrepentimiento a
menos que se efectúe con sumo esfuerzo y dificultad. Sin embargo, hasta el rezo
de musáf en Sheminí Ätzeret (el octavo día de la festividad de Sukkót) aún se
puede corregir, pero de ahí en más no es posible efectuar ninguna corrección,
porque ya se determinó el juicio que habrá de regir durante todo ese año.
Podemos analizar a Rósh HaShaná en
términos de “despertar desde abajo” (Rajél) y “despertar desde arriba” (Leáh).
Cuando en Rósh HaShaná se creó al primer hombre, es decir, durante el sexto día
de la creación del mundo, el Zeër Anpín y Nukvá se encontraban ubicados “Ajór
BeAjór - Espalda contra Espalda”, y recién cuando el hombre rezó tornaron sus
Rostros y se miraron Paním BePaním - Cara a Cara”. Esto es fundamental por dos
razones:
1) Debido a que el rezo del hombre
fue quien logró que se ubicaran cara a cara, de aquí se aprende que antes de
esto se encontraban espalda contra espalda.
2) Como ya sabemos, Adán y Eva
fueron creados espalda contra espalda y luego separados por el corte - nesirá -
lo cual sucedió el primer día de sus vidas, en Rósh HaShaná. Esto significa que
el aspecto del Rostro denominado Leáh, cuya nesirá se produjo antes de la
trasgresión de Adán, se realiza en un día, mientras que el aspecto denominado
Rajél, cuya nesirá se realizó después de la trasgresión, necesita varios días
hasta Sheminí Ätzeret.
Lo mismo sucede cada año que cuando
llega Rósh Hashaná: Zéër Anpín y Nukvá vuelven a colocarse de espaldas, como
estaban en el momento de la creación, de modo que se precisa cortarlos a fin de
ubicarlos cara a cara. El primer día el aspecto Leáh pasa una nesirá completa,
como sucedió al inicio de los tiempos, pero la nesirá del aspecto Rajél
necesita cierto número de correcciones hasta el musáf de Sheminí Ätzeret.
De lo anterior podemos ver ejemplos
concretos de cómo el Poder Directivo perpetuo, que es el Poder Directivo de los
seis mil años, fue establecido por el Pensamiento de la creación - en Ölám
HaAtzilút (el Mundo de la Emanación) - y cómo en él se determinaron y se
arraigaron todos los modelos. Hoy en día, quienes estudian psicología social
descubren que existen parámetros de conducta factibles de categorizar. Incluso
una persona de comportamiento peculiar puede ser clasificada dentro de uno de
esos parámetros.
Los cabalistas nos enseñan que todas
las conductas posibles fueron ya consideradas en el Pensamiento Divino y se les
adjudicó su respectiva raíz. Ahora podemos comprender mejor el capítulo de las
sefirót, ya que en ellas no sólo el plano material encuentra su raíz y su
vitalidad, sino también la encuentran la forma de pensar del ser humano y sus
preferencias al tomar decisiones, es decir, en el Pensamiento de creación del
Mundo de la Emanación.
Para expresarlo en terminología
cabalística, cuando Zéër Anpín y Nukvá se encuentran en un estado de “espalda
contra espalda”, si bien nos están indicando el estado de las luces superiores,
no debemos olvidar que también son la raíz de la humanidad, y por eso hallamos
en la conducta humana situaciones similares a la del Zéër Anpín con Nukvá.
La acción de la nesirá, o sea, la
mitigación de los diním/juicios, es aparentemente un concepto teórico y lejano
a nosotros. Más no es así, sino que, por el contrario, todo hombre es un mundo
en miniatura en el que se encuentran los órdenes preestablecidos del Poder
Directivo de un modo exacto, similar a como sucede en los mundos superiores.
El objetivo de este estudio es
mostrarnos que nuestras acciones en el contexto material, efectuadas por
nosotros durante los seis mil años, influyen directamente en los Rostros
superiores. Es decir, que existe una reciprocidad entre nuestro servicio al
Creador y la abundancia que recibimos.
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