LA LETRA ח JET

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LA LETRA ח JET   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra ח ‘Jet’ es la letra de חיים ‘Jaiim’ (“vida”), de la raíz ‘Jaiiá’, cuya letra más importante es ח ‘Jet’. En Jasidut hay 2 niveles de vida: “vida esencial” y “vida que vitaliza”. HaShem en sí mismo, como si fuera, está en el estado de “Vida Esencial”. Su poder creativo, que permea continuamente toda la realidad es “vida que vitaliza”. También en el alma del ‘Ben Israel’ (Hijo de Israel): la esencia de su raíz, por ser una con HaShem, posee el estado de “vida esencial”. Por el otro lado, el reflejo de la luz del alma que brilla abajo para dar vida al cuerpo, se experimenta físicamente a nivel de “vida que vitaliza”. Este segundo nivel, que es la vida como la conocemos en general, se manifiesta como una pulsación, el secreto de ‘Ratz vaShuv’ (“correr y retornar”).   De acuerdo con el Arí (Rabbí Itzjak Luria), la letra ח ‘Jet’ está construida combinando las 2 letras previas, ו ‘Vav’ y ז ‘Záin’, con una fina lín

TIKKUN LEIL SHAVUOT Y EL TZELEM ELOHIM (La Imagen de Di-s)


TIKKÚN LÉL SHAVUÖT Y EL TZÉLEM ELO-HÍM (La Imagen de Di-s)

Rabbí Isaac Luria (El Ari) cita al Zóhar, diciendo: “Y deben saber que quienquiera que no duerma en esta noche [la noche de Shavuöt] en lo absoluto, ni siquiera por un instante, y se ocupa con la Torá toda la noche, tiene garantizado completar su año y ningún daño caerá sobre él durante este año”.

Este es un pasaje asombroso. Lo que significa es que, en la noche de Shavuöt, podemos conectar con el poder de la eliminación de la muerte en un nivel que es suficiente para cuatro meses. Si somos cuidadosos y permanecemos despiertos todo el tiempo para hacer una conexión espiritual en la noche de Shavuöt, se nos garantiza que no seremos forzados a abandonar este mundo, al menos, hasta el final del año actual. ¡Cuatro meses sin caos! Nada en este mundo, salvo la sabiduría de la Kabbaláh, puede proporcionarnos tal tesoro.

Para entender mejor la conexión entre el mes de Siván y la festividad de Shavuöt, tenemos que regresar un momento a la noche de Hoshaná Rabbá, la cual “sella” la festividad de Sukkót. Después de la media medianoche, podemos salir e inspeccionar nuestra sombra bajo la luz de la Luna. Al inspeccionar nuestra sombra, podemos determinar si tenemos suficiente vida-energía que nos sustente por todo el año.

La luz de la Luna en esta noche es diferente de cualquier otra fuente de luz en cualquier otro momento. La sombra que inspeccionamos es diferente de cualquier otra sombra que tengamos en otro momento de nuestra vida. Es una sombra espiritual que indica la densidad de la vida-energía en cada área de nuestro cuerpo. Como unos rayos-x, esta sombra especial revela defectos interiores en nuestro cuerpo pero, a diferencia de los rayos-x, la sombra también revela el futuro. Esta sombra tiene un nombre especial: Tzélem (tzel en arameo es sombra; Tzélem se refiere a una imagen, específicamente “a imagen de Di-s”)

Del libro de Bereshít (Génesis), aprendemos que Tzélem también es un molde, una imagen. La humanidad fue creada a imagen y semejanza del Creador, y nosotros somos una copia auténtica del original. El Tzélem en realidad representa una conciencia y no una forma física. Esta conciencia Tzélem (imagen de la Conciencia Divina) es aquélla de unidad y armonía. Esta misma conciencia existe en todas las actividades fisiológicas del cuerpo en cualquier momento dado. Si una persona se lastima un dedo, todo el cuerpo se une inmediatamente en la tarea de reparar y sanar la herida. La atención, la posición del cuerpo, el nivel de actividad, la presión sanguínea y el pulso, el ritmo respiratorio, el nivel metabólico, el suministro de oxígeno al lugar de la herida; todo esto indica que cada célula en el cuerpo es afectada por tal evento y trabaja a fin de remediar y curar la herida.

De acuerdo con el Tzélem (imagen de la Conciencia Divina), podemos entender que todas las personas del mundo están unidas a nivel espiritual, lo cual la ciencia llama el nivel cuántico. Todos somos creados a imagen de Di-s. Todas las personas tienen una misión similar en este nivel: revela la Luz en el universo. Toda la Humanidad es responsable de los unos por los otros, y cada uno de nosotros es necesario para alcanzar la Corrección Final (Gemár Tikkún) y la redención del mundo (Gueul´lát Shelemá). El Tzélem (imagen de la Conciencia Divina) enfoca la identidad individual y el interés individual en una necesidad común, así como ninguna célula en el cuerpo descansa hasta que la herida ha formado una costra. De este modo, a la identidad individual de cada célula se le otorga un significado positivo: Cada célula tiene una función o “talentos” que pueden ayudar a alcanzar la misión general. Esta conciencia de unidad total duplica la Luz porque sólo en la Luz no hay separación.

Según el Arí, el mensaje y la conciencia del signo astrológico de Géminis (Teomím), en general y en la festividad de Shavuöt específicamente, se concentran en un punto: Tzélem. El Tzélem (imagen de la Conciencia Divina) y su fuerza pueden armonizar y unificar todo en el universo en cualquier nivel o aspecto.

Reconocer esta fuerza e incluirla en nuestras actividades diarias puede revolucionar la calidad de vida de todos en todo el mundo. En cierta medida, alcanzar estos objetivos es cuestión de adquirir conocimiento, pero este aspecto intelectual es secundario. Nuestro camino a la meta es la manifestación de ideas y el logro del control de nuestro destino de una manera que nos permita terminar nuestra corrección y completar el propósito de toda la Creación, en cooperación total con el Creador.

La religión dice: Rézale al Creador en tiempos difíciles. El Tzélem dice: Tú eres el Creador. La Fuerza del Creador está dentro de ti. Permite que ésta fluya a través de ti, y el milagro ocurrirá inmediatamente. Tzélem es la vida-fuerza que late dentro de todo tu ser, lo que te da vida y te sustenta.

Está escrito en la Torá, al final de la porción de Bemidbár, que para que los levitas que trabajaban en el Templo no murieran, tenían que cumplir con una regla específica. Estaba prohibido mirar el Arca del Pacto a simple vista, y quienquiera que desobedeciera esta regla, moriría por la Fuerza de la Luz. Tenían la instrucción de que el Arca siempre debía estar cubierta. Sin embargo, la Torá usa la palabra “tragar” en vez de “mirar” o “ver”. Es como si alguien intentara comerse el Arca. Es cierto que si yo ingiero agua o algún alimento, en el momento en el que cualquiera de éstos entre en mi cuerpo, nadie puede verlo. Pero, ¿por qué usar una expresión tan indirecta para explicar una idea tan sencilla?

Hay una diferencia fundamental entre algo que desaparece dentro de mí después de tragarlo y algo que cubro con una máscara o un pañuelo. Con una máscara o un pañuelo, aún es posible ver la forma de aquello que está ocultando. Por el contrario, algo que es tragado desaparece y no puede ser identificado; ni su forma ni su existencia. La lección que la Torá está transmitiendo es muy especial: cuando los levitas cubrían el Arca, el Arca simplemente desaparecía, como por arte de magia. La cubierta era visible, pero era imposible reconocer la forma de lo que estaba cubriendo.

¿Por qué? Porque el Arca del Pacto había perdido su identidad separada y sólo quedaba su Tzélem. Después de ser cubierta, el Arca se extendía de una conciencia de 1% a una conciencia de 99%. El Arca en realidad regresaba a su estado embrionario. Se volvía inidentificable, así como las células de un embrión no pueden identificarse al principio del embarazo y no podemos ver cuál célula se desarrollará para formar un corazón y cuál formará el hígado. Las células existen realmente, pero su esencia es oculta. Podemos aprender una lección importante de esto: las células unificadas se desarrollan para formar tejidos diferenciados, pero los tejidos como tal nunca pierden el aspecto unificado a partir del cual se desarrollaron.

Lo más cercano a la expresión física del Tzélem es el ADN en el núcleo de las células. Dado que el ADN duplica las células del cuerpo de una manera que permite que cualquier herida sane y que todas las células sean reemplazadas cada siete años, ¿por qué no puede decirle al cuerpo de una persona con una pierna amputada que haga crecer una pierna nueva? Fisiológicamente, esto es posible; la infraestructura física existe. Sólo la duda y la conciencia negativa evitan que esta clase de milagros ocurran todos los días. El Tzélem está en todo y en todas partes. Todas las células de nuestro cuerpo son 99% iguales; la diferenciación celular no es más que un efecto ilusorio. Entonces, ¿quién le dijo a cierta célula en el embrión que se desarrollara para formar un ojo y a otra para formar una oreja? Debe haber un aspecto espiritual más allá del físico que estableció esta realidad. Este aspecto espiritual es el Tzélem Elo-hím, la Imagen de Di-s.

Cuando realmente amamos a la gente, nos identificamos con ellos como lo hacemos con nosotros mismos. Sentimos sus emociones como si fuesen las nuestras. Esta es la unidad del Tzélem. Separación del Tzélem es lo que evita que creemos milagros y que revelemos la totalidad de la Fuerza de Luz del Creador en el mundo. El Arí nos enseña que, con la ayuda del signo astrológico de Géminis y la festividad de Shavuöt, podemos reprogramar nuestra conciencia, cambiando así nuestra conciencia analítica e ilusoria por la realidad de El Tzélem (imagen de la Conciencia Divina). De esta manera, el espíritu gobernará sobre la materia, y manifestaremos la Luz dentro de nosotros y lograremos el control del destino del universo.

El signo astrológico de este mes es Teomím (Géminis), simbolizado por los gemelos, como los dos querubines en el Arca, los cuales representan dos aspectos de un mismo elemento y, por lo tanto, expresa la unidad de las diferencias: el El Tzélem (imagen de la Conciencia Divina). La única razón por que tratamos a la gente como individuos separados es debido a nuestra conciencia ilusoria controlada por el lado negativo. El Tzélem (imagen de la Conciencia Divina) hace posible que trascendamos la ilusión de la separación. El nivel de nuestro éxito depende de nuestro nivel de certeza en la Luz. Con la certeza, no hay necesidad de acudir al Creador en busca de ayuda; nosotros podemos simplemente unirnos con el Creador. Cuando nos volvemos como el Creador, podemos crear cualquier milagro que necesitemos.

Sin embargo, una vez que alcanzamos este nivel, sólo hay una prueba que superar: la prueba de la certeza. Cada día, el Satán nos confrontará con desafíos predecibles e impredecibles; nos dará razones para enfurecernos, rendirnos, ver la separación. Pero nosotros podemos escoger seguir trascendiendo todas las ilusiones, seguir confiando en la Luz, estar unidos con el Creador y crear soluciones para todos aquellos problemas ilusorios. Podemos ordenarle al automóvil que encienda y arranque, así como esperaríamos que Di-s lo hiciera. El Tzélem es capaz de coordinar millones de actividades en el cuerpo porque tiene certeza con respecto a la Luz. Nuestra prueba es estar en unidad con nuestro vecino desagradable, con el empleado del fisco, con el gerente del banco que hizo que nuestro cheque rebotara, con nuestro estricto y desconsiderado jefe. El nivel de nuestro éxito depende de nuestro nivel de certeza en la Luz.

Existe una conexión entre Shavuöt y Lág BaÖmer. Shavuöt y Lág BaÖmer son fechas en las cuales podemos recibir enormes paquetes de vida-energía. En Lág BaÖmer, es muy sencillo: Lee el Zóhar tanto como sea posible a lo largo de la noche. En Shavuöt, también es simple, pero hay algunas instrucciones específicas más. Para poder conectar con el Kéter de Zéër Anpín y establecer la erradicación de la muerte de nuestra vida, debemos leer un resumen de la Torá llamado Tikkún Lél Shavuöt - Corrección para la noche de Shavuót.




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