TIKKÚN LÉL SHAVUÖT Y EL TZÉLEM
ELO-HÍM (La Imagen de Di-s)
Rabbí Isaac Luria (El Ari) cita al
Zóhar, diciendo: “Y deben saber que quienquiera que no duerma en esta noche [la
noche de Shavuöt] en lo absoluto, ni siquiera por un instante, y se ocupa con
la Torá toda la noche, tiene garantizado completar su año y ningún daño caerá
sobre él durante este año”.
Este es un pasaje asombroso. Lo que
significa es que, en la noche de Shavuöt, podemos conectar con el poder de la
eliminación de la muerte en un nivel que es suficiente para cuatro meses. Si
somos cuidadosos y permanecemos despiertos todo el tiempo para hacer una
conexión espiritual en la noche de Shavuöt, se nos garantiza que no seremos
forzados a abandonar este mundo, al menos, hasta el final del año actual. ¡Cuatro
meses sin caos! Nada en este mundo, salvo la sabiduría de la Kabbaláh, puede
proporcionarnos tal tesoro.
Para entender mejor la conexión
entre el mes de Siván y la festividad de Shavuöt, tenemos que regresar un
momento a la noche de Hoshaná Rabbá, la cual “sella” la festividad de Sukkót.
Después de la media medianoche, podemos salir e inspeccionar nuestra sombra
bajo la luz de la Luna. Al inspeccionar nuestra sombra, podemos determinar si
tenemos suficiente vida-energía que nos sustente por todo el año.
La luz de la Luna en esta noche es
diferente de cualquier otra fuente de luz en cualquier otro momento. La sombra
que inspeccionamos es diferente de cualquier otra sombra que tengamos en otro
momento de nuestra vida. Es una sombra espiritual que indica la densidad de la
vida-energía en cada área de nuestro cuerpo. Como unos rayos-x, esta sombra
especial revela defectos interiores en nuestro cuerpo pero, a diferencia de los
rayos-x, la sombra también revela el futuro. Esta sombra tiene un nombre
especial: Tzélem (tzel en arameo es sombra; Tzélem se refiere a una imagen,
específicamente “a imagen de Di-s”)
Del libro de Bereshít (Génesis),
aprendemos que Tzélem también es un molde, una imagen. La humanidad fue creada
a imagen y semejanza del Creador, y nosotros somos una copia auténtica del
original. El Tzélem en realidad representa una conciencia y no una forma
física. Esta conciencia Tzélem (imagen de la Conciencia Divina) es aquélla de
unidad y armonía. Esta misma conciencia existe en todas las actividades
fisiológicas del cuerpo en cualquier momento dado. Si una persona se lastima un
dedo, todo el cuerpo se une inmediatamente en la tarea de reparar y sanar la
herida. La atención, la posición del cuerpo, el nivel de actividad, la presión
sanguínea y el pulso, el ritmo respiratorio, el nivel metabólico, el suministro
de oxígeno al lugar de la herida; todo esto indica que cada célula en el cuerpo
es afectada por tal evento y trabaja a fin de remediar y curar la herida.
De acuerdo con el Tzélem (imagen de
la Conciencia Divina), podemos entender que todas las personas del mundo están
unidas a nivel espiritual, lo cual la ciencia llama el nivel cuántico. Todos
somos creados a imagen de Di-s. Todas las personas tienen una misión similar en
este nivel: revela la Luz en el universo. Toda la Humanidad es responsable de
los unos por los otros, y cada uno de nosotros es necesario para alcanzar la
Corrección Final (Gemár Tikkún) y la redención del mundo (Gueul´lát Shelemá).
El Tzélem (imagen de la Conciencia Divina) enfoca la identidad individual y el
interés individual en una necesidad común, así como ninguna célula en el cuerpo
descansa hasta que la herida ha formado una costra. De este modo, a la
identidad individual de cada célula se le otorga un significado positivo: Cada
célula tiene una función o “talentos” que pueden ayudar a alcanzar la misión
general. Esta conciencia de unidad total duplica la Luz porque sólo en la Luz
no hay separación.
Según el Arí, el mensaje y la
conciencia del signo astrológico de Géminis (Teomím), en general y en la
festividad de Shavuöt específicamente, se concentran en un punto: Tzélem. El
Tzélem (imagen de la Conciencia Divina) y su fuerza pueden armonizar y unificar
todo en el universo en cualquier nivel o aspecto.
Reconocer esta fuerza e incluirla en
nuestras actividades diarias puede revolucionar la calidad de vida de todos en
todo el mundo. En cierta medida, alcanzar estos objetivos es cuestión de
adquirir conocimiento, pero este aspecto intelectual es secundario. Nuestro
camino a la meta es la manifestación de ideas y el logro del control de nuestro
destino de una manera que nos permita terminar nuestra corrección y completar
el propósito de toda la Creación, en cooperación total con el Creador.
La religión dice: Rézale al Creador
en tiempos difíciles. El Tzélem dice: Tú eres el Creador. La Fuerza del Creador
está dentro de ti. Permite que ésta fluya a través de ti, y el milagro ocurrirá
inmediatamente. Tzélem es la vida-fuerza que late dentro de todo tu ser, lo que
te da vida y te sustenta.
Está escrito en la Torá, al final de
la porción de Bemidbár, que para que los levitas que trabajaban en el Templo no
murieran, tenían que cumplir con una regla específica. Estaba prohibido mirar
el Arca del Pacto a simple vista, y quienquiera que desobedeciera esta regla,
moriría por la Fuerza de la Luz. Tenían la instrucción de que el Arca siempre
debía estar cubierta. Sin embargo, la Torá usa la palabra “tragar” en vez de “mirar”
o “ver”. Es como si alguien intentara comerse el Arca. Es cierto que si yo
ingiero agua o algún alimento, en el momento en el que cualquiera de éstos
entre en mi cuerpo, nadie puede verlo. Pero, ¿por qué usar una expresión tan
indirecta para explicar una idea tan sencilla?
Hay una diferencia fundamental entre
algo que desaparece dentro de mí después de tragarlo y algo que cubro con una
máscara o un pañuelo. Con una máscara o un pañuelo, aún es posible ver la forma
de aquello que está ocultando. Por el contrario, algo que es tragado desaparece
y no puede ser identificado; ni su forma ni su existencia. La lección que la
Torá está transmitiendo es muy especial: cuando los levitas cubrían el Arca, el
Arca simplemente desaparecía, como por arte de magia. La cubierta era visible,
pero era imposible reconocer la forma de lo que estaba cubriendo.
¿Por qué? Porque el Arca del Pacto
había perdido su identidad separada y sólo quedaba su Tzélem. Después de ser
cubierta, el Arca se extendía de una conciencia de 1% a una conciencia de 99%.
El Arca en realidad regresaba a su estado embrionario. Se volvía
inidentificable, así como las células de un embrión no pueden identificarse al
principio del embarazo y no podemos ver cuál célula se desarrollará para formar
un corazón y cuál formará el hígado. Las células existen realmente, pero su
esencia es oculta. Podemos aprender una lección importante de esto: las células
unificadas se desarrollan para formar tejidos diferenciados, pero los tejidos
como tal nunca pierden el aspecto unificado a partir del cual se desarrollaron.
Lo más cercano a la expresión física
del Tzélem es el ADN en el núcleo de las células. Dado que el ADN duplica las
células del cuerpo de una manera que permite que cualquier herida sane y que
todas las células sean reemplazadas cada siete años, ¿por qué no puede decirle
al cuerpo de una persona con una pierna amputada que haga crecer una pierna
nueva? Fisiológicamente, esto es posible; la infraestructura física existe.
Sólo la duda y la conciencia negativa evitan que esta clase de milagros ocurran
todos los días. El Tzélem está en todo y en todas partes. Todas las células de
nuestro cuerpo son 99% iguales; la diferenciación celular no es más que un
efecto ilusorio. Entonces, ¿quién le dijo a cierta célula en el embrión que se
desarrollara para formar un ojo y a otra para formar una oreja? Debe haber un
aspecto espiritual más allá del físico que estableció esta realidad. Este
aspecto espiritual es el Tzélem Elo-hím, la Imagen de Di-s.
Cuando realmente amamos a la gente,
nos identificamos con ellos como lo hacemos con nosotros mismos. Sentimos sus
emociones como si fuesen las nuestras. Esta es la unidad del Tzélem. Separación
del Tzélem es lo que evita que creemos milagros y que revelemos la totalidad de
la Fuerza de Luz del Creador en el mundo. El Arí nos enseña que, con la ayuda
del signo astrológico de Géminis y la festividad de Shavuöt, podemos
reprogramar nuestra conciencia, cambiando así nuestra conciencia analítica e
ilusoria por la realidad de El Tzélem (imagen de la Conciencia Divina). De esta
manera, el espíritu gobernará sobre la materia, y manifestaremos la Luz dentro
de nosotros y lograremos el control del destino del universo.
El signo astrológico de este mes es
Teomím (Géminis), simbolizado por los gemelos, como los dos querubines en el
Arca, los cuales representan dos aspectos de un mismo elemento y, por lo tanto,
expresa la unidad de las diferencias: el El Tzélem (imagen de la Conciencia
Divina). La única razón por que tratamos a la gente como individuos separados
es debido a nuestra conciencia ilusoria controlada por el lado negativo. El
Tzélem (imagen de la Conciencia Divina) hace posible que trascendamos la
ilusión de la separación. El nivel de nuestro éxito depende de nuestro nivel de
certeza en la Luz. Con la certeza, no hay necesidad de acudir al Creador en
busca de ayuda; nosotros podemos simplemente unirnos con el Creador. Cuando nos
volvemos como el Creador, podemos crear cualquier milagro que necesitemos.
Sin embargo, una vez que alcanzamos
este nivel, sólo hay una prueba que superar: la prueba de la certeza. Cada día,
el Satán nos confrontará con desafíos predecibles e impredecibles; nos dará
razones para enfurecernos, rendirnos, ver la separación. Pero nosotros podemos
escoger seguir trascendiendo todas las ilusiones, seguir confiando en la Luz,
estar unidos con el Creador y crear soluciones para todos aquellos problemas
ilusorios. Podemos ordenarle al automóvil que encienda y arranque, así como
esperaríamos que Di-s lo hiciera. El Tzélem es capaz de coordinar millones de
actividades en el cuerpo porque tiene certeza con respecto a la Luz. Nuestra
prueba es estar en unidad con nuestro vecino desagradable, con el empleado del
fisco, con el gerente del banco que hizo que nuestro cheque rebotara, con
nuestro estricto y desconsiderado jefe. El nivel de nuestro éxito depende de
nuestro nivel de certeza en la Luz.
Existe una conexión entre Shavuöt y
Lág BaÖmer. Shavuöt y Lág BaÖmer son fechas en las cuales podemos recibir
enormes paquetes de vida-energía. En Lág BaÖmer, es muy sencillo: Lee el Zóhar
tanto como sea posible a lo largo de la noche. En Shavuöt, también es simple,
pero hay algunas instrucciones específicas más. Para poder conectar con el
Kéter de Zéër Anpín y establecer la erradicación de la muerte de nuestra vida,
debemos leer un resumen de la Torá llamado Tikkún Lél Shavuöt - Corrección para
la noche de Shavuót.
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