LA LETRA ז ZÁIN

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LA LETRA ז ZÁIN   Por Kabbalah y Torah en Expansión   El Maguid de Mezeritch, el sucesor del Báäl Shem Tov, enseña que el ‘Pasuk’ (“versículo”) de Mishlé/Proverbios 12:4: “ÉSHET-JÁIL   ÄTÉRET   BAÄLÁH - La mujer virtuosa es corona de su marido” alude a la forma de la letra ז ‘Záin’. La letra previa, la ו ‘Vav’, representa la ‘Or Iashar’ (“luz directa”) de HaShem que desciende al mundo. La ז ‘Záin’, cuya forma es similar a la ו ‘Vav’, pero con una corona en la parte Superior, refleja la ‘Or Iashar’ de la ‘Vav’ como ‘Or Jozer’ (“luz retornante”). La ‘Or Jozer’ asciende con tan tremenda fuerza, que llega a un estado de conciencia más elevado que el del punto original revelado de la ‘Or Iashar’. Al llegar al reino supraconciente preliminar de Kéter (“la corona”), se amplía la percepción tanto a izquierda como a derecha. En verdad, “No hay izquierda en ‘Ättik’ (“El Anciano”, el nivel de Kéter), todo es derecha”. Esto significa que el temor a HaShem (izquierda) es indistinguible

LOS 12 NOMBRES DE LAS 12 TRIBUS DE ISRAEL SEGÚN EL SEFER HABAHIR



LOS 12 NOMBRES DE LAS 12 TRIBUS DE ISRAEL SEGÚN EL SÉFER HABAHÍR

Rabí Amorai se preguntaba qué significado tenía el versículo de 1 Reyes 8:27: «He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener.» Y llegaba a la conclusión de que el Santo, Bendito Sea, tenía 72 Nombres que puso entre las tribus de Israel, puesto que está escrito en Shemót/Éxodo 28:10: «Seis de sus Nombres en una piedra, seis en la segunda piedra, según su orden de nacimiento», y en otro lado: «Por su parte, Josué erigió doce piedras», Josué 4:9. Y así como las primeras piedras fueron todas recordatorias, así también las segundas. Y hay en total 72 Nombres grabados sobre doce piedras que por su parte corresponden a los 72 Nombres de HaKadósh Barúj Hú (El Santo, Bendito Sea). ¿Y por qué doce? Para mostrarte que el Santo, Bendito Sea, posee 12 escalas cada una de las cuales encierra seis potencias. ¿Y cuáles son? Las 72 lenguas.

(Séfer HaBahír, ítem 94)

El Santo, Bendito Sea, posee un árbol que tiene 12 ramas o líneas oblicuas: Este-Norte, Este-Sur, Este-Arriba, Este-Abajo, Oeste-Sur, Oeste-Norte, Oeste-Arriba, Oeste-Abajo, Sur-Arriba, Sur-Abajo, Norte-Arriba, Norte-Abajo, que se extienden al infinito. Son los brazos del mundo en medio de los cuales se halla el árbol (ha-ilán). A esas líneas diagonales les corresponden doce guardianes. En el interior de la esfera celeste (galgal) hay, también, doce guardianes. Todo junto suma 36 guardianes. Cada uno de los cuales tiene sobre él un regente, tal como está escrito en Kohélet/Eclesiastés 5:8: «Sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.» Hay nueve del lado Este, nueve del Oeste, nueve del costado Norte, y nueve en el Sur, es decir doce, doce y doce vigías en el Teli (dragón), en la esfera (galgal) y en el corazón, lev.

(El Teli o «dragón» es una figura zodiacal, emblema de la expansión y contracción del universo. Durante la Edad Media la Constelación del Dragón ocupaba un sitio central en la cosmología. Casi toda la numerología de este fragmento gira, además, sobre el concepto de Shalóm  שלום  «paz», puesto que la partícula “lo”  לו  lamed-vav, significa «suyo», de «él» y vale 36. El resto es Shem, שם   «Nombre». Es decir que el universo gira por virtud de la paz, que es su ley de equilibrio pitagórico. También es posible una abierta alusión a los 360° del círculo, como modelo astronómico perfecto. Las correspondencias, además, llegan, al corazón de ese árbol, que el texto original denomina ilán,  אילן  y que puede leerse como aní,  אני  «yo» y E´l,  אל  «Di-s». La estructura arbórea del universo se corresponde con el Árbol de la Vida de la Kabbaláh).

O sea que hay 36 vigías, y cada uno de ellos contiene a los demás, puesto que el poder de cada uno se refleja en los demás. A pesar de que hay 12 en cada uno de los 3, están todos ligados entre sí. Esas 36 potencias se hallan ya en el primer nivel, Teli. Si los buscas en galgal, la esfera celeste, también los hallarás allí. Cuando indagues por ellos en el corazón, los verás del mismo modo en sus latidos. Esa es la razón por la cual cada uno de ellos incluye a los otros 32, pero todos juntos no exceden las 36 «formas» (tzurót). Todos confluyen en lev, el corazón. Agrega a esos 32 otros 32, dejando de lado 4, y tendrás las 64 «formas». ¿Pero de dónde sabemos que hay que sumar 32 más 32? Del pasaje citado del Eclesiastés 5:8: «... y uno más alto estará sobre ellos».
De manera que tenemos 64. Nos faltan 8 para totalizar los 72 Nombre del Santo, Bendito Sea. A ello se refiere, precisamente, el versículo de arriba. Si agregamos los días de la semana no nos faltará más que uno. A eso se refiere el pasaje siguiente al mencionado (5:9): «El provecho de la tierra es para todos; el rey mismo...» ¿Y qué quiere decir «provecho»? Se refiere a la tierra cuando fue conformada tal cual es, lo que representa una ventaja respecto de su estado previo (caótico).
Pero ese «provecho» ¿en qué consiste? Todo lo que existe en el mundo es provechoso para los hombres dignos de percibirlo.

(Séfer HaBahír, ítem 95)

He aquí los Nombres sagrados, preciosos y magníficos, los 12 Nombres que corresponden a las 12 tribus de Israel:

1) AHTZITZHa´RON  (2) AJLITaH´RON 
(3) SHMaKTa´RON  (4) DMUSHaH´RON 
(5) VeTZaFTZaFSIT´RON  (6) HURMI´RON 
(7) BRaJYaH´RON  (8) ËRe´SH  GaDRa´AON 
(9) BaSAVa´H  MoNA´HON  (10) JaZ´HaVaYaH 
(11) HaVaHaI´RI  HA´H  AHYa´H 
(12) VeHaRAIT´HON

Todos ellos están contenidos en lev, «corazón», el corazón de los cielos, y se dividen en 24 Nombres. En ellos están contenidos el principio masculino y el principio femenino, y son guardianes a su vez del Teli, poderoso dragón celeste, y están relacionados con la galgal, rueda zodiacal, y confluyen en el corazón humano. Ellos son las fuentes de la sabiduría.

(Séfer HaBahír, ítem 112)


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