LA INMERSIÓN EN LA MIKVÉ SEGÚN EL
ARÍ (INTENCIÓN GENERAL)
La pureza conlleva a la santidad de
una persona. Dado que la pureza del cuerpo causa la pureza del alma, un
individuo debe hacer un esfuerzo en purificar su cuerpo para que, con esta
acción, se fortalezca con Torá y con temor reverencial, amor, felicidad y
verdadero trabajo espiritual incondicional. Vale la pena que haga el mayor
esfuerzo posible y gaste tanto dinero como sea necesario para lograr la pureza
del cuerpo, porque a través de la purificación del cuerpo recibirá asistencia
adicional en su trabajo espiritual. Por lo tanto, se debe hacer el esfuerzo
necesario para sumergirse en una mikvé con tanta frecuencia como se pueda, para
arrepentirse y purificarse de la impureza de nuestras acciones negativas
generales, especialmente si causamos impureza por alguna acción específica. Se
debe tener cuidado de rezar sólo si se está purificado, porque la recompensa es
duplicada cuando se hace el trabajo espiritual con pureza. Se sabe que la
impureza que proviene del cuerpo es muy severa y, por ende, debemos sumergirnos
en la mikvé por kerí (eyaculación masculina) después de tener relaciones
sexuales en la noche, y más aún si el kerí no fue intencional. Es importante
ser cuidadoso, así que no se debe postergar la inmersión en la mikvé para así
poder tener paz a largo plazo.
Los estudiantes del Arí escribieron
que la Misericordia descendía sobre un individuo y eliminaba el mazik (entidad
negativa) que fue creado a partir de ese kerí, de alguien que había
experimentado un kerí accidental (El Cielo no lo permita), si él se sumergía en
la mikvé ese día y se arrepentía. Asimismo, quien tenga pena en su corazón debe
correr a sumergirse en la mikvé. Cualquiera que tenga temor reverencial y
admiración por el Creador debe procurar no mencionar los Nombres Sagrados de
Di-s mientras está impuro, pues está escrito: “porque Yo honro a los que me
honran” (Shmuel Álef/1ª de Samuel 2:30).
Los jajamím (sabios) solían
sumergirse en la mikvé cada día antes de sus oraciones, no como una obligación
sino como una herramienta espiritual importante, de modo que estuvieran limpios
de cualquier impureza. El Arí escribió que hay algunos casos en los que una
persona puede volverse impura sin estar al tanto de ello (basado en el Tratado
Nidá, pág. 13b). Respecto a la esencia de la pureza de la mikvé, uno de los
estudiantes del Arí mencionó también: “El que es cauteloso con la
inmersión טבילה (Teviláh) conecta con
Di-s para volverse uno con Él (sumergirse
טבל en el Nombre
de Di-s יה ) y alabado es él”.
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