JOJMÁH, LA SABIDURÍA DE LOS KABALISTAS
Jojmáh חכמה es un término hebreo que
quiere decir “sabiduría”; en la Kabaláh este término va mucho más lejos pues
representa la referencia mística del kabalista. La Kabaláh es la vía de la
realización de la חכמב נסתרה Jojmáh Nistaráh-La Sabiduría Oculta. Para
el kabalista la Jojmáh no es una simple concepción filosófica abstracta, sino
que es una realidad primordial, donde la experiencia conduce a la reintegración
divina. La mística debe orientar permanentemente sus esfuerzos hacia el
objetivo divino, sin desfallecer jamás.
Es muy necesario comprender bien que es la verdadera Jojmáh con el
fin de aprender a reconocerlo. El sentido etimológico de Kabaláh es
“recepción”, y para recibir es necesario un receptáculo: בית קבול “Bet Kibul”. El más alto
de los receptáculos divinos es la Jojmáh, nada la puede limitar, ella sirve de
referencia al universo entero. Para
realizarla el kabalista no debe jamás olvidar este axioma: “La Jojmáh es un
receptáculo que no sabría ser limitado, PUES CUANTO MÁS SE LE LLENA, MÁS PUEDE
SER LLENADO”. Esta es una clave universal, y la diferencia que existe entre el
mundo material y el mundo divino. Un receptáculo de naturaleza material está sistemáticamente
limitado; por ejemplo, si se llena un vaso de agua, cuando está lleno se
desborda; de igual manera cuando se come por mucha hambre que tengamos y a
pesar de nuestra glotonería, la capacidad del cuerpo es limitada. En cambio se
puede comer por los ojos, y ahí nuestra capacidad está solamente limitada por
la imaginación, pero limitada igualmente; pasando al campo del espíritu nuestra
capacidad es ralentizada. Es a través de los grados del alma que podemos
descubrir el infinito.
A diferencia de los receptáculos precedentes la Jojmáh no conoce
ninguna limitación. Pues ella se llena y cuanto más se llena más puede ser
llenada, sistemáticamente el contenido se transforma en continente. El
kabalista habiéndose dado cuenta de la Jojmáh Ëlyon (Sabiduría superior), vive
en perpetua expansión de consciencia e inunda la nada de su luz, esto es, la
imagen del cosmos entero.
La Kabaláh llama también a la Jojmáh מח “Móaj-Cerebro, ya que nuestro cerebro es el
reflejo de la Sabiduría. Observemos por otra parte que las dos letras que
componen la palabra Móaj מ Mem y ח Jet, son las iniciales de dos raíces que
forman la palabra Jojmáh: חכ y מה . Si observamos
la evolución del cerebro, al principio está vacío, pero posee una
potencialidad. El solo hecho de existir le aporta un primer conocimiento que
asociado a la potencialidad, le permite el descubrimiento de un nuevo
conocimiento; y así seguidamente hasta la adquisición de miles, más tarde de
millones de conocimientos. El cerebro responde a esta ley de expansión, no
tanto como objeto físico, sino como parte del espíritu. Es asimilando
conocimientos que puede ser generador de nueva información. De igual modo
desarrolla cualidades que hacen nacer otras.
Los
niveles de existencia se limitan unos a otros; en general (es decir, si no se
hace nada para que eso cambie), la materia limita al espíritu actuando a la
manera de un ancla marina; es la ley de involución. Un cerebro tan ágil como
sea, no podrá desenvolverse correctamente si el cuerpo que lo lleva se limita a
sus instintos, o si es demasiado débil para dirigirse hacia el saber. Del mismo
modo, el alma no se desarrollará correctamente si el centro de gravedad
existencial desciende demasiado profundamente dentro de la materia. Es por esto
que es capital hacer evolucionar permanentemente los niveles de consciencia por
medio de ejercicios espirituales. Su papel es luchar contra las perpetuas
autolimitaciones que parece que enloquecen a los humanos.
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