SHEM 41 - AUTOESTIMA - HE HE HE
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SHEM 41 - AUTOESTIMA - הה"ה
Vocalización: HaHaH (Moshé Kordovero);
He/He/He (A. Abbulaäfia).
Valor numérico: 15
Ángel portador del Nombre: Hahah´el.
Valor numérico: 46
“Libra mi alma, oh Señor, del labio
mentiroso, y de la lengua fraudulenta”. (Tehil´lim/Salmos 120:2)
Significado: La letra ה ‘He’, de la cual este Nombre es una triple manifestación, es en sí
misma un anagrama de lo Divino: HaVaIáH, el Nombre de la Existencia. Podemos
considerar que hay tres niveles de manifestación de la Deidad: Esencia,
incognoscible e inexpresable; Trascendencia, permaneciendo separada y aparte,
aunque abarcando todo; e Inmanencia, subyacente a todo, siendo el Ser de lo que
es, el alma de las cosas. También podemos contemplar que si consideramos que la
segunda mitad del Nombre E´HIÉH, es la primera mitad del Nombre IHV´H,
juntándolos obtenemos ‘Álef-He-Iud-He-Vav-He’, de valor numérico 32, el número
de los misterios cabalísticos. En términos de Partzufím - los Rostros de manifestación
de lo Divino - en Kéter, Aríj Anpín (el Rostro Inmenso) y su consorte son uno e
indistinguibles.
La primera ה ‘He’ es, por así decir, la consorte del Vacío Divino, representado
por la א ‘Álef’. Es decir, la primera ה ‘He’ es toda la manifestación de los mundos, llamada ‘Or En Sof’ (La
Luz Infinita). La segunda ה ‘He’ es Immá, la Madre cósmica, el principio femenino creador (Biná),
la Inteligencia activa o Entendimiento subyacente a todo, unida en eterno
abrazo con Abbá, el Padre de la Sabiduría o la inherencia de la conciencia pura
llamada el Pensamiento Divino. La tercera ה ‘He’ es la Shejiná, la Presencia Divina inmanente que satura los
mundos hasta sus resquicios más infinitesimales, tal como está escrito: “Toda
la Tierra está llena de su Gloria”. Es la consorte de Zeër Anpín (el Pequeño
Rostro, Tiféret) mediante el que la Deidad se manifiesta como Yo Soy. Y las
tres הה"ה ‘Heim’ son una y la
misma, porque todo es un continuo en el pléroma divino.
‘He’ ה es la letra del alma, ya sea el Anima Mundi o el alma humana.
También ésta tiene 3 modos de expresión o manifestación: pensamiento, palabra y
acción. Corresponden a los 3 niveles inferiores: Neshamá, Rúaj y Néfesh, los 3
modos de manifestación consciente e individual. Hay sin embargo 2 niveles
superiores de manifestación supraindividual y supraconsciente que son la Jaiá
(Vida) y la Iejidá (Unicidad o Chispa Divina). Es la conexión con estos niveles,
a través de la letra ‘He’, lo que se manifiesta en el canal Tiféret – Jojmá,
que une el “sí mismo” de Tiféret – el centro de la psique – con la raíz del
alma en Jojmá – su arquetipo viviente en el pensamiento de Di-s – tal como está
escrito (Irmiáhu/Jeremías 1:5): “Antes de concebirte en el seno materno (Biná,
la primera He) te he conocido (en Jojmá, la Iud), y antes de darte a luz (en
Tiféret como manifestación de Vav) te he puesto como profeta para las naciones
(segunda He, Maljút).
Del mismo modo que la Sabiduría de
Jojmá sólo es expresable a través del Entendimiento de Biná (la Iud mediante la
‘He’, en el Nombre Divino), es mediante la ‘He’ en el canal Jojmá-Tiféret como
le es revelada al alma su raíz divina, en este sendero de revelación y profecía
que es, al mismo tiempo de una tremenda oscuridad, porque el ser ha de
desprenderse incluso de su propia mente y entendimiento para acceder a la
sabiduría pura de Jojmá. Por supuesto, el valor numérico de este Nombre es 15,
como el del Nombre de Di-s en Jojmá ‘Ia-h’, ‘Iud-He’. También el valor numérico
de su ángel, Hahah´el, es 46, el mismo que el de la palabra, ‘Elo-hai’, que
significa mi Di-s o Di-s mío. Además, Jojmá de Tiféret significa la Sabiduría
interior, que fluye de nuestra propia conexión con lo Divino. Mismo significado
se deduce del sendero Tiféret-Jojmá, que, como hemos dicho, une el self de Tiféret
(el centro de la psique) con la raíz del alma en Jojmá (su arquetipo viviente
en el pensamiento de Di-s). Cuando las tres manifestaciones del alma, Néfesh, Rúaj
y Neshamá, están alineadas, se produce la conexión con nuestra propia divinidad
e irradia la Sabiduría. La lengua mentirosa o engañosa a la que alude el
versículo se refiere no sólo a los reclamos exteriores que requieren nuestra
adhesión prometiéndonos pseudoparaísos (y en particular el ángel protege contra
toda forma de maledicencia), sino y sobre todo al estado de confusión de
nuestros propios pensamientos – nuestro propio caos interior –. En conclusión,
este Nombre nos ayuda a trabajar la conexión con nuestro propio núcleo divino,
alineando nuestros vehículos internos. Nos ayuda a abrirnos a nuestra sabiduría
interior, intuitiva, directa, en lugar de confiar nuestro destino a maestros y
gurús, o expertos en cualquier área, capacitándonos para resolver nuestros
propios problemas. Fortalece nuestra autoestima, una vez que hemos comprendido
profundamente la verdad de nuestra imagen y semejanza con la Deidad, al igual que
los demás seres humanos.
La Tradición dice que el Nombre
formado por las 3 ‘Heim’ está conectado con la Bendición Sacerdotal (del Templo
de Ierushaláim) y con la energía canalizada por los Sumos Sacerdotes, otorgando
la capacidad de promover la luz, la curación y el bienestar en todas las áreas
de la vida. Esta es la manifestación de nuestra Chispa Divina, cuando
permitimos expresar nuestra conexión con la Luz Infinita.
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Comentarios
Hermoso!!! Gracias!!!
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